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Las paradojas del vino vegano

Entérate porque el vino no se considera vegano

El espectro de bebidas alcohólicas es amplio, debido a su origen y procesos de preparación, muchas de ellas son consumidas por un público propenso a estilos de vida saludables (como pueden ser los veganos). Esto es así  porque para la producción de estas bebidas se excluye cualquier ingrediente relacionado con animales, minerales o químicos. En ese catálogo entran unos productos más populares que otros, como es el caso de la mayor parte de licores, tales como brandy, ginebra, whisky, ron, vodka y tequila.

Desde sus orígenes, en la  década de los 40 del siglo XX, es muy claro que el veganismo supone distanciarse de todas las formas de explotación y crueldad hacia los animales para obtener alimentos, ropa o cualquier otro propósito. Y hoy en día se ha expandido a todos los niveles y diferentes sectores comerciales presentan ofertas de bienes y servicios que atienden a ese espectro de la población mundial, que oscila entre un 12 y 15%. Y en España, representa un universo de 0,8% adeptos al veganismo.

Aquí encontrarás algunos datos que explican por qué una de las bebidas alcohólicas más influyentes, como lo es el vino, no goza de buena fama para los veganos, por ello, parece poco viable encontrar una veta por donde podría transitar la industria para convalidarse con esa tendencia.

¿Qué es la vinificación?

Un factor clave que puede servirte para comprender mejor este tema es la vinificación, que se entiende como el conjunto de operaciones realizadas para convertir la uva en vino. En ello, influye el uso de sustancias que arrastran hasta el fondo cualquier partícula que haya quedado en la superficie.

Allí es donde aparece el uso de elementos de origen animal que sirven para tal fin. En ese sentido, para sumar pasos a esos procedimientos también se usan derivados como la leche y la caseína, y en algunos tipos de vino se usa la sangre de animales (terneros y corderos).

Igualmente, se producen mezclas con alginatos que provienen de algas marinas, anhídrido silícico de origen químico o bentonita de origen mineral a la hora de clarificar los vinos. Mientras que en el pasado se utilizaba la ictiocola, un derivado del pescado. Más cerca en el tiempo, hay bodegas que aun usan el caseinato, un derivado lácteo, o la ovoalbúmina, proveniente del huevo.

¿Sabemos lo que compramos?

Sin embargo, al comprar un vino para cualquier celebración u obsequio no nos pasa por la mente que la normativa relativa a esta bebida, no es taxativa para informar sobre la presencia de dichas sustancias, es decir, no obliga a notificar sobre el uso de estas en el proceso de su elaboración. De allí que se produce como una especie de velo que podría generar algún tipo de confusión, sobre todo por el origen eminentemente vegetal del vino.

vino vegano

Como sabemos que te encanta esta bebida, te ofrecemos los mejores consejos para aprender a catar el vino.

¿Es posible un vino vegano?

A pesar de lo anterior, cada vez más existen bodegas que promueven vinos que se califican de veganos y ecológicos. Estas bebidas cuentan con el aval y la certificación de instituciones como la unión vegetariana española. En ese caso, se trata de vinos que provienen de viñedos con certificación ecológica.

De modo que la diferencia entre un vino vegano y un vino tradicional consistiría, como te hemos mostrado, en la clarificación del vino, un proceso al que se somete el vino tradicional para limpiarlo y eliminar impurezas que puedan enturbiar en el paso previo al embotellado.

De allí que la aparente paradoja en la que se cae cuando se trata de esta bebida que tiene un origen eminentemente vegetal, pero que a lo largo del proceso de producción se desvía, se resuelve justamente cuando se ajustan esos parámetros y se adaptan a condiciones más cercanas al veganismo. Aunque estrictamente hablando es casi imposible encontrar un vino 100% vegano.

Lo cual no le quita el valor cultural que posee esta bebida, tan apreciada cuando se trata de celebraciones y eventos especiales. En todo caso, en ello aplica el refrán «a cada uno su gusto lo engorde». Y además, también es muy cierto que cuando se trata de pasarla bien y darle un toque simbólico a la celebración basta tan solo una copa de vino, y generalmente, queda en segundo plano la consideración relativa a su pureza o impureza.

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