Loading...

Estos son los vinos que debes beber fríos por la Tanicidad

Aunque te cueste creer, hay momentos en los que determinados tipos de vino deben beberse fríos porque su sabor mejora.

La temperatura del vino es un factor muy importante para disfrutar de esta rica bebida en condiciones. Cuando llega el calor, los amantes del vino normalmente se preguntan si pueden refrescarlo sin que esto distorsione o perjudique su potente y delicioso sabor.

Es cierto que en cuanto al vino el tema de la temperatura ideal es más confuso, porque existen diferentes tipos, y algunos se ven más afectados que otros. En este artículo, te daremos una guía de los vinos que no solo se pueden enfriar, sino que además la experiencia de tomarlos mejora si lo haces.

La tanicidad: un factor clave

Puede que no conozcas este término, pero es uno de los más utilizados por los catadores profesionales de vino. La tanicidad es esa sensación de sequedad, o incluso de aspereza y rugosidad, que se produce cuando los taninos del vino reaccionan con las proteínas de la saliva; aunque también se utiliza esta palabra para definir el grado de presencia de estos taninos, moléculas antioxidantes muy presentes en el vino.

tanicidad del vino

Está claro que no todos los vinos pueden servirse fríos, sobre todo porque hay algunos que, en estas condiciones, pueden hacer que los taninos cobren más protagonismo del habitual y, de esta manera, provoquen una sensación desagradable en boca. Además, la sensación o el sabor de la fruta se reduce considerablemente. En el siguiente apartado, te indicaremos cuáles son los vinos que pueden, y de hecho deben, servirse fríos y especialmente en verano.

Vinos fríos

Existen dos tipos de vinos que sí o sí debes servirlos fríos para disfrutarlos al máximo. Son el vino espumoso y el vino rosado.

Vino espumoso

Los vinos espumosos son frescos y contienen gas, el cual se obtiene gracias a una segunda fermentación de la uva en botella o en depósitos cerrados. Se caracterizan por ser burbujeantes y porque la espuma se eleva rápidamente dentro de la copa. Para lograr la mejor temperatura, lo mejor es colocarlos en el congelador durante una hora aproximadamente, o ponerlo en una cubeta de hielo durante unos minutos. Un ejemplo de vino espumoso es el cava, muy popular en la Comunidad de Cataluña.

Vino rosado

Es aquel que tiene algo del color típico del vino tinto, pero solo lo suficiente como para darle un característico tono rosa, que puede ir del claro al violeta prácticamente, según las uvas y las técnicas de producción empleadas. Debe servirse frío, pero no tanto como un vino espumoso. Te vale con meterlo en el refrigerador durante 30 minutos, más o menos. Sin embargo, hay quien prefiere dejarlo a temperatura ambiente para experimentar ligeros cambios en el sabor. Esa es tu decisión, pero nosotros te recomendamos consumirlo frío.

Ya sabes: si quieres disfrutar de un vino fresquito durante el periodo más caluroso del año, tanto el vino espumoso como el rosado son muy buenas opciones. ¡Disfruta pero con moderación!

Salir de la versión móvil