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El postre más esponjoso que se consume en Semana Santa: La receta paso a paso

Crujientes por fuera y huecos por dentro, así son los buñuelos de viento.

En Semana Santa pasa como en Navidad: las calles y las casas se llenan de postres típicos de la época. Que si torrijas, leche frita, rosquillas y, como no, los conocidísimos buñuelos de viento. Como tenemos también algunos días libres, pasamos más tiempo en casa con la familia y, a muchos, nos gusta elaborar todas estas recetas y saborearlas con los nuestros.

Los postres que nosotros más hacemos son las torrijas y los buñuelos de viento. Son muy fáciles de hacer, al igual que las natillas caseras, aunque requieren algo más de dedicación y paciencia. ¿Lo mejor? Que estos buñuelos se elaboran con ingredientes que todos tenemos en casa como harina, huevos, leche o mantequilla. En este artículo te enseñamos cómo hacer buñuelos de viento en casa.

Nuestra receta de Buñuelos de Viento

Cómo hacer buñuelos de viento

¿Sabes por qué se llaman buñuelos de viento? Pues porque, al freirlos, la capa externa se queda muy crujiente, mientras que el interior queda esponjoso y aireado, como si tuviera viento o estuviera vacío. La sensación en la boca al morder la capa crujiente con la parte hueca es brutal y, como queremos que tú también la experimentes y disfrutes de su sabor al máximo, te vamos a enseñar cómo hacer buñuelos de viento en casa.

Receta de buñuelos de viento

Listado de ingredientes para los buñuelos

Antes de ponerte al lío con esta receta de buñuelos de viento, debes asegurarte de que tienes todos los ingredientes necesarios para prepararla:

Ingredientes para hacer la Crema Pastelera del Relleno:

Guía para hacer buñuelos de viento

Para aprender cómo hacer estos buñuelos de viento lo más esponjosos posible, es necesario que sigas todos los pasos que te mostramos, a continuación, al pie de la letra y sin saltarte ninguno.

  1. Lo primero que debes hacer es tamizar la harina de trigo, es decir, quitarle los grumos y apelmazamientos. Para ello, coge un bol, ponle encima un colador y ve echando la harina poco a poco. Ve dándole golpecitos al colador para que la harina caiga al bol.
  2. A continuación, echa en el cazo el agua con la leche, la mantequilla, el azúcar y la sal. Ponlo a fuego medio y mezcla los ingredientes muy bien con una cuchara.
  3. Cuando empiece a hervir y aparezcan las primeras burbujas, apaga el fuego y aparta el cazo a un lado. Prosigue echando toda la harina tamizada de una sola vez y remuévelo muy bien con una espátula hasta que veas que no quedan grumos y que la masa se despega con facilidad de las paredes del cazo.
  4. El siguiente paso sería añadir un huevo a la masa que tenemos en el cazo y batir todo con unas varillas, si son eléctricas y a velocidad baja sería lo ideal. Repite el mismo proceso con el resto de los huevos y con el último, además, debes añadir la levadura química.
  5. Una vez la mezcla esté completamente homogénea, tapa el bol con papel film, mételo en la nevera y deja reposar la masa durante una hora.
  6. Pasada la hora, hay que preparar el aceite para freír. Por eso, echa abundante aceite en una sartén honda con el fuego fuerte y cuando el aceite alcance los 170º, puedes usar un termómetro de cocina para medirlo, ya estará listo.
  7. Mientras el aceite se calienta, es turno de darle la forma redonda a nuestros buñuelos. Puedes hacerlo usando un sacabolas de helados o con dos cucharillas de café. Es importante que estos utensilios los mojes con agua antes de coger la masa para que no se quede pegada y caiga bien en el aceite. A nosotros nos gusta formar la bolita y echarla directamente en el aceite. Vamos haciendo lo mismo con el resto de la masa hasta que la sartén esté llena, con los buñuelos flotando y con espacio entre ellos porque van a crecer el doble de su tamaño.
  8. Ve dándoles la vuelta y controlándoles el punto de dorado para que no se quemen. Cuando vayan estando listos, ve poniéndolos en una bandeja con papel de cocina para que este absorba el aceite sobrante.
  9. Cuando tengas todos los buñuelos fuera del aceite, espolvoréales un poco de azúcar glas y canela por encima. Así te quedarán muy deliciosos de sabor.

Esta es la receta tradicional de buñuelos de viento pero, si quieres añadirle algo más de sabor, puedes echarle a la masa un poco de ralladura de limón o de naranja, canela en polvo, esencia de vainilla, anís o algún licor que te guste.

¿Con qué acompañarlos?

Estos buñuelos de viento puedes comerlos solos, si puedes hacerlo recién fritos y calientes mucho mejor, o con un poco de azúcar espolvoreado por encima. Pero, además, hay muchas regiones españolas donde podrás encontrarlos rellenos de nata, chocolate, crema pastelera o dulce de leche. Para rellenarlos, bastará con hacerles un corte con unas tijeras e introducir el relleno que quieras ayudándote con una manga pastelera.

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