La gala de los Premios Goya celebrada en la noche de ayer, sábado, tuvo muchos momentos para el recuerdo. Desde el emotivo homenaje a Carlos Saura, «Goya de Honor» de este año, que falleció este viernes, a las diferentes actuaciones musicales, con tributo a Lola Flores de su hija Lolita incluido o la reaparición de Fernando Esteso. Otro de los «momentazos» fue el reencuentro de las cuatro protagonistas de «Belle Epoque», de Fernando Trueba.
Miriam Díaz- Aroca, Penélope Cruz, Ariadna Gil y Maribel Verdú compartieron escenario en la gala para entregar el premio a la mejor película, que recayó en «As Bestas». Y es que se han cumplido ya tres décadas de una cinta que marcó al cina español, y mucho, pues fueron nueve Goya los que se llevó. Por ello, y en homenaje a este reencuentro, hemos querido recordar la decoración de una época, la «Belle Epoque», que aún hoy esta muy presente en los hogares.
El lujo, la luminosidad y la ostentación marcan la decoración de la «Belle Epoque»
Hablar de la «Belle Epoque» es hacerlo de finales del siglo XIX, de una época dorada marcada por los progresos tecnológicos, por el desarrollo y la brillantez intelectual, por el consuno y el avance económico y por ser unos años en los que el optimismo y la alegría eran la nota predominante a nivel social. Reinaba el «buen rollo», aunque la guerra, en 1914, dio al traste con todo. Aún así, marcó tanto que aún hoy, más de cien años después, sigue estando de actualidad.
Al menos, a nivel decorativo. Se trató de una época que tuvo su epicentro y origen en Francia, concretamente en París, en la que el lujo y la ostentación estaban a la orden del día. El arte y la cultura vivían su punto álgido y eso se reflejaba en imponentes edificios en los que se cuidaba mucho la estética, con viviendas amplias, luminosas y de techos altos, con una esencia refinada, elegante y especialmente cautivadora.
En la decoración de la época predominaban los colores claros y neutros como el beige o el blanco, que aportaban luminosidad, así como los detalles en dorado, símbolo del lujo por excelencia. Y es que en esta época, la gama media o baja apenas existía. Su máximo referente eran las familias de clase alta por lo que todo era de máxima calidad y, además, saltaba a la vista.
Muebles de madera maciza, textiles con telas gruesas y de nivel, tanto en cortinas como en alfombras, así como multitud de detalles decorativos en los que, como decíamos antes, predominaban los colores brillantes como el dorado. Mención merecen también las antigüedades y las lámparas, que, como no, solían ser también grandes y fastuosas, especialmente las que colgaban en los techos.
Otras tonalidades que también tenían su hueco en esta época eran el rojo, el marrón, el amarillo o el naranja, una gama de tonos cálidos que encajan a la perfección con los muebles y el estilo elegante de la época. Si estás encandilado con este estilo decorativo y quieres trasladarlo a tu vivienda, aquí van unos pequeños consejos para poder llevarlo a cabo.
Como trasladar el estilo «Belle Epoque a tu vivienda»
Para empezar, debes apostar por yeserías ornamentadas, las cuales aportan un estilo elegante. Asimismo, puedes añadir murales a las paredes y no pueden faltar los motivos florales, ya sean en textiles, cuadros e incluso paredes. Unas paredes en las que también puedes incluir tapices, los cuales aportarán colorido y alegría a cualquier estancia.
En una decoración a lo «Belle Epoque» no pueden faltar tampoco los diseños de muebles con curvas, tan de actualidad hoy en detrimento de las líneas rectas; o aquellos de primeros de siglo XX o finales del XIX que aún pueden adquirirse hoy en día, como mesas, sillas, alacenas o armarios. También son imprescindibles los accesorios dorados o brillantes, como grandes espejos, o las lámparas de araña que visten cualquier salón.