La madera transmite calidez y elegancia, por ello, los cabeceros de este material son ideales para la cama. Además, si tenemos en cuenta lo que nos dice el Feng Shui, la cama siempre tiene que llevar cabecero, puesto que es un elemento que protege, da estabilidad y facilita que las energías positivas fluyan. Mientras, la madera se asocia al crecimiento personal, al equilibrio y a la salud. Y si a todo ello añadimos que el cabecero es un elemento muy decorativo, ya tenemos el cóctel ideal para el dormitorio.
Pero las posibilidades de elegir son casi infinitas. La madera es un material que permite diseños muy variados. ¿La ventaja? Que combina con cualquier estilo, y eso es perfecto porque nunca tendrás problema para encontrar un cabecero que encaje en tu dormitorio. Si estás pensando en renovar el tuyo, te vamos a dar algunas ideas que pueden servirte de inspiración. ¿Con cuál te quedas?
Cabeceros de madera par aun dormitorio clásico renovado
En un dormitorio de estilo clásico no puede faltar el cabecero de madera. Pero incluso en ellos se puede introducir un toque de atrevimiento. Estamos acostumbrados a esos cabeceros más o menos ornamentados en madera oscura, pero hay muchas más posibilidades. Si el dormitorio tiene poca luz o si prefieres apostar por colores intensos en paredes y textiles, un cabecero clásico lacado en blanco aportará luminosidad y equilibrio a la decoración.
Este tipo de cabeceros, mucho más si están pintados con pintura a la tiza o tienen un efecto decapado, encajan también a la perfección en otros estilos. Si quieres darle un toque vintage al dormitorio o si prefieres un aire romántico o shabby chic, son geniales. Y no es necesario que el resto del mobiliario sea igual, puedes combinarlos con unas mesillas de forja o de madera en color claro.
Minimalismo cálido en cabeceros
Si el dormitorio es pequeño o prefieres las cosas sencillas, apuesta por el minimalismo. Y eso no significa ni soso ni aburrido. Un sencillo panel de madera puede dar mucho juego si combinas en él diferentes texturas. Por ejemplo, alterna una parte con al superficie completamente lisa y otra en palillería o con algún grabado geométrico muy discreto. Es un tipo de cabecero simple, pero con presencia, ideal para un dormitorio en ese estilo que tanto se lleva ahora: el minimalismo cálido.
Pero este tipo de cabeceros más sencillos y sin apenas ornamentación son una buena elección para estilos que apuestan por la sencillez. Estilos como el oriental, el nórdico o el japandi. En el primero suele predominar las maderas oscuras, al contrario que en los otros dos, en los que apuestan por la calidez de las maderas en tonalidades más claras.
Una apuesta por los cabeceros rústicos
Otro gran estilo decorativo, que además no pasa de moda, es el rústico. ¿Qué posibilidades tiene a la hora de elegir cabecero para la cama? Muchas más de las que quizá imaginas. Vamos a darte solo algunas ideas. Empezamos por las más clásicas. Por un lado, unos sencillos tablones de madera sin tratar , que dejen a la vista sus imperfecciones. Por otro, esos tan socorridos palés, con los que puedes hacer auténticas maravillas si de muebles hablamos.
Pero hay otras ideas mucho más originales. Por ejemplo, transformar una vieja puerta o unas persianas mallorquinas en ese cabecero. Basta con que estén en buen estado. Una mano de lija, una de barniz natural protector y listo, tendrás un cabecero original, diferente y que quedará perfecto en ese dormitorio rústico o incluso de estilo boho. Y todo con una ventaja: estarás apostando por el reciclaje y ya sabes que en decoración también es tendencia.
Cabeceros modernos multiusos
El cabecero puede transformarse también en espacio de almacenaje. Es una idea superpráctica para dormitorios pequeños, pero también para esos otros de estilos más desenfadados o juveniles. Lo más práctico es hacer uno a medida, que se adapte al tamaño del dormitorio y a las necesidades de almacenamiento. Pero una pequeña librería puede ser una solución mucho más sencilla e igual de práctica.
Sí es importante elegir muy bien los objetos que se van a colocar en las estantería. Con ellos es muy fácil potenciar el efecto decorativo de un cabecero con mucha presencia. Por ejemplo, para un dormitorio juvenil, libros con tapas de colores darán un ambiente alegre a la estancia. Y, si se busca un plus de elegancia o de frescura, nada como brillos dorados y alguna maceta pequeña.