La Semana Santa, un puente largo o incluso un fin de semana son suficientes para casi, casi, estrenar decoración. Si tu hogar necesita una puesta a punto, si su estilo está algo anticuado o tan solo te has cansado de verlo como siempre, hay pequeñas reformas que no te llevarán mucho tiempo (tampoco dinero) y que le darán un aspecto mucho más actual.
Solo tienes que reservar esos dos días y pensar muy bien qué estancia o estancias necesitan un buen repaso. Te queremos mostrar las mejores ideas para conseguir esa pequeña renovación de la decoración de tu casa en tiempo récord. Vas a ver cómo es mucho más sencillo de lo que seguramente pensabas.
Cambia la decoración pintando las paredes
Si las paredes no están en buen estado, lo ideal es pintarlas. Puedes aprovechar para cambiar el color. Ocres, grises claritos o beiges son tendencia y combinan bien con casi todo. Pero si las paredes están bien, simplemente cambia el color de una de ellas: la del sofá en el salón o la del cabecero en el dormitorio. Con un tono más oscuro, conseguirás darles relevancia y que luzcan mucho mejor.
¿Te apetece un cambio algo más llamativo? En lugar de un color diferente, empapela la pared. Si quieres algo clásico, elige estampados geométricos o florales. Si buscas un toque rústico, apuesta por un papel que imite piedra y tenga volumen. ¿Tal vez un toque nórdico o incluso industrial? Hay papeles pintados que imitan el ladrillo y quedan realmente bien.
La alternativa al papel son los paneles decorativos, los hay en 3D espectaculares con los que podrás dar acento a una pared que ahora no dice nada. Puedes elegirlos con volumen, imitando a madera, piedra, etc. Y, además, se colocan con gran facilidad.
Apuesta por cuadros y molduras
Hay otras formas también muy sencillas de dar un nuevo aire a las paredes. Las molduras decorativas son muy versátiles y consiguen dar un aire muy elegante a las estancias. No solo puedes colocarlas en techos, también en paredes, tanto para hacer zócalos o como para dar forma a marcos y formas geométricas diferentes y atractivas. Además, las molduras de poliestireno se cortan y colocan con enorme facilidad.
Más sencillo todavía: cambia esos viejos cuadros y láminas que tienes repartidos por toda la casa. ¿Qué es lo que más se lleva? Láminas con motivos geométricos o que dibujan formas con un único trazo y en tonos crudos y ocres. Las combinaciones de cuadros y láminas en forma de mural también son tendencia y son perfectas, por ejemplo, para decorar la pared de la cama y eliminar el cabecero.
Un cambio en los textiles
La casa también se puede vestir de moda. No quiere decir que cambies todos los textiles, pero sí puedes introducir pequeños retoques que cambiarán el aspecto de tu hogar. Por ejemplo, cambia las cortinas por otras de tejidos ligeros y naturales como el lino o algodón. Si no te gustan demasiado las cortinas lisas, elige unas con motivos discretos vegetales o geométricos. Y una característica que es tendencia: déjalas que apoyen ligeramente en el suelo.
No necesariamente tienes que cambiar cortinas. También puedes poner un nuevo cobertor en la cama o simplemente cambiar los cojines del dormitorio o del sofá por otros diferentes. Una idea más: con una alfombra tipo kilim llenarás de color y de alegría tu casa.
Una puesta a punto del baño y la cocina
Si es el baño el que necesita un pequeño repaso, tampoco vas a necesitar mucho tiempo para darle un nuevo look. Algunas ideas rápidas muy sencillas: un espejo nuevo (los redondos son tendencia), un cambio de accesorios y unos grifos más modernos. Una escalera de madera o metal decorativa que haga de toallero alguna una planta y unas tiras led en el techo y tendrás un baño renovado y mucho más actual.
¿Y en la cocina? Dos ideas supersencillas. La primera: cambiar los tiradores y el grifo por otros de diseño más moderno. La segunda, poner una alfombra vinílica que le dé un toque de color, sobre todo si es una cocina en la que predomina el color blanco. Si te atreves a algo más, cambia la encimera o pon un salpicadero de cristal.
Cambiar la decoración sin cambiar nada
Vamos ahora con una idea que funciona mucho mejor de lo que tal vez creas. Se trata, simplemente, de cambiar la distribución del mobiliario. A veces algo tan fácil como cambiar de posición el sofá o la cama hace que las estancias parezcan completamente diferentes. Además, si consigues optimizar el espacio, podrás jugar con accesorios de decoración nuevos para introducir ese elemento diferenciador.
Cambios definitivos sin necesidad de obras
Hay otras muchas cosas que puedes cambiar aprovechando esos dos o tres días libres. Por ejemplo, los suelos de la casa. ¿Lo más sencillo? Los suelos vinílicos o los laminados, que se ponen sobre el que ya tienes. También puedes conseguir un cambio de look total con pintura, pero no de paredes, sino con esa otra de azulejos o específica para los muebles de baño o cocina.