Es una de las primeras dudas a la hora de elegir el sofá para el salón. Es cierto que chaise longue y rinconero pueden tener una estética bastante similar. Pero tienen diferencias suficientes como para pensar con calma cuál es el más adecuado para nuestro salón. Al fin y al cabo, tendremos que vivir con él muchos años y un capricho o un error pueden pasarnos factura.
A la hora de elegir ente chaise longue o sofá rinconero conviene tener en cuenta varios aspectos. Influyen, sobre todo, las dimensiones y la forma del salón, el número de personas que viven en casa y también el estilo de vida. Luego entrarán en juego otros aspectos, como las medidas del propio sofá o su diseño. Vamos a dar algunas claves para acercar con la elección.
Cuándo elegir un chaise longue para el salón
El chaise longue es ese sofá en forma de L que no tiene respaldo en su lado más corto. Ese lado, por otra parte, puede tener algo más de anchura que los demás asientos y brazo solo hasta la mitad de su longitud. ¿Por qué es así? Para poder tumbarse en él con comodidad. Esa es la gran diferencia respecto a un sofá rinconero.
Una de las mayores ventajas de este sofá es que puede llegar a ser multifunción. Por un lado, porque ese lado diferente se puede convertir en algunos modelos en una cómoda cama, perfecta para esas ocasiones en las que tenemos invitados en casa. Por otro, porque a veces también se puede levantar la tapa, ofreciendo en su interior un espacio de almacenaje muy útil. Otra ventaja: solo necesita una pared para apoyarse, el lado que no tiene respaldo puede ir en cualquier posición, apoyado o no en la pared.
A cambio, tiene algunas desventajas. La primera es que el número de asientos es más reducido que en el caso de los rinconeros. Además de ello, su forma limita bastante el poder colocarlo en otra posición si decides cambiar la distribución del salón. Y, si es pequeño, es probable que no puedas poner una pequeña mesa de centro. Una desventaja añadida es que suelen ser más voluminosos.
Dónde colocar un chaise longue
A pesar de sus desventajas, es posible colocar un chaise longue en todo tipo de salones, incluso en los más pequeños, eligiendo siempre modelos que tengan el lado sin respaldo algo más corto. En salones alargados, lo ideal es colocar el sofá en el lado del fondo. Si es pequeño, es mejor que el lado sin respaldo, vaya al fondo. Si el salón es grande, ese lado se puede colocar hacia el centro de la estancia, con la función de elemento divisorio.
En salones cuadrados, el chaise longue puede separar el lado del respaldo de la pared para crear dos ambientes bien diferenciados: zona de estas o comedor. Aunque en ese caso es importante que las dimensiones de la estancia sean lo suficientemente amplias. La mejor solución, en cualquier caso, es apoyarlo en la pared.
Cuando es mejor un sofá rinconero para el salón
El sofá rinconero es aquel que tiene forma también de L, pero que sus dos lados tienen respaldo. Esos lados pueden tener el mismo número de asientos o no. Son sofás que aprovechan al máximo el espacio disponible. Por ese motivo, son perfectos cuando en casa viven varias personas o cuando se reciben invitados con frecuencia.
Otra ventaja es que hay diseños con brazo solo en uno de los lados, de modo que se pueden utilizar igual que un chaise longue. Y una más es que es mucho más fácil colocarlos en posiciones diferentes si decidimos cambiar la posición de los muebles dentro del salón. En este último sentido este tipo de sofás son más funcionales, aunque también puede depender del número de asientos de cada lado.
Tiene también inconvenientes, sobre todo porque a nivel visual resultan más pesados. Por ese motivo, en salones pequeños conviene que los dos lados estén siempre apoyados en la pared. Solo en salones grandes se puede separar uno de los lados para crear una separación con la zona de comedor. Otro inconveniente es que la variedad de modelos suele ser algo menor que en el caso de los chaise longue.
Alternativa: dos sofás en lugar de un rinconero
Cuando el salón tiene unas dimensiones, la alternativa perfecta al sofá rinconero son dos sofás, con el mismo número de plazas o distinto. Tienen las mismas ventajas, pero es una solución más versátil, puesto que en un momento dado esos sofás se pueden colocar, por ejemplo, enfrentados si tienen el mismo número de plazas. Se pueden escoger, incluso, con respaldos reclinables o asientos extensibles, de modo que también ofrecen alguna ventaja de los chaise longue.
Eso sí, en caso de elegir dos sofá, ten en cuenta que, inevitablemente, van a ocupar más espacio que cualquiera de las otras posibilidades. Es, por tanto, una posibilidad viable en solo en salones grandes y, a ser posible, sobre todo en el caso de sofás con el mismo número de plazas.