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Cómo cuidar el pulmón verde de tu hogar

Para mantener las plantas de interior sanas solo necesitas conocer la temperatura, luz, gumedad o el sustrato que necesita

Las plantas de interior son un excelente aliado para dar vida y una atmósfera más natural a nuestros hogares. Su presencia ayuda no solo a dar un toque estético agradable, sino a mantener un ambiente más saludable, tanto si se trata de plantas de interior con flor como si se trata de otras que no tienen flores, como los helechos. Si bien son muchos los que ponen un gran empeño en cuidarlas, la realidad es que la vida de una planta dentro de una vivienda no siempre es fácil. Las condiciones en el hogar serán siempre las más confortables para sus habitantes, pero no tienen por qué obedecer a las necesidades de las plantas.

Si tú eres de esas personas a las que, en más de una ocasión, no le ha sobrevivido una planta en casa demasiado tiempo, no debes perder la esperanza, pues mantener las plantas de interior sanas es más sencillo de lo que pueden pensar. Sólo hay que seguir unas cuantas indicaciones básicas, así que si quieres aprender a conseguir plantas de interior duraderas y saber algunos trucos para poder cuidarlas correctamente, sigue leyendo. A partir de ahora, podrás ver tu casa llena de plantas esplendorosas, lo que te hará sentir mucho más relajado y feliz. Comprobado.

Selección de la planta de interior más adecuada

Lo primero que se debe hacer antes de llevar una planta a casa es conocer las especies de interior que hay, pues cada especie tiene sus necesidades y cuidados específicos. Eso sí, todas comparten unas necesidades básicas: riego, luz, temperatura y sustrato. Las tres primeras son siempre muy específicas de cada especie de planta, mientras que el sustrato puede ser un aspecto algo más general, pero con algunas excepciones. Atendiendo a un riego de la frecuencia adecuada, al aporte necesario de luz, a un clima acorde al que la planta necesite y a un buen sustrato, tus plantas de interior lucirán siempre una salud envidiable.

sofá de mimbre con cojines en blanco y negro y muchas plantas

No obstante, aparte de conocer los aspectos básicos y generales, conviene conocer a cada especie, al menos en los puntos en los que presenta diferencias en las necesidades respecto a la mayoría de plantas. Por ello, te aconsejamos que, en lugar de comprar plantas por su estética para decorar tu casa, te asesores con la ayuda de un profesional para escoger las plantas que mejor puedan vivir en tu casa y aquellas a las que puedas ofrecer mejores cuidados. Aquí van los principales factores a tener en cuenta.

Riego de las plantas de interior.

Este es el punto más importante en el cuidado de la gran mayoría de plantas, ya sean de interior o de exterior. La mayoría agradecen un riego frecuente y poco abundante que mantenga cierto nivel de humedad en el sustrato, siempre sin anegar ni encharcar la planta. Sin embargo, es necesario consultar las necesidades específicas de agua de la especie que tienes en tu hogar antes de regarla. A la hora de hacerlo, lo ideal es utilizar agua de lluvia o de mineralización débil, aunque muchas plantas toleran sin problemas el agua del grifo. Si la usas, tienes que dejarla reposar una noche para que sus minerales se depositen en el fondo y así no caiga el exceso de estos en la tierra de la planta.

Siempre se ha de regar con una regadera de agujeros finos y procurando mojar el sustrato y no la planta en sí. Siguiendo estos consejos para regar las plantas de interior, te ahorrarás muchos problemas de hongos y de pudrición. En cuanto a con qué frecuencia se deben regar las macetas, las plantas de interior, al estar dentro de casa, necesitan un riego menos frecuente. Estamos acostumbrados a hidratar en abundancia las plantas del jardín o la terraza cuando llega el verano, para después reducir de forma notable la frecuencia al acercarse el invierno. Debe ser así, es lo correcto, por efecto de la intemperie. Pero las plantas de interior se encuentran más protegidas y no acusan tanto las estaciones.

Esto no quiere decir que se tenga que aumentar la dosis de agua en las época de más calor, sino que debe hacerse en menor medida de lo que se esperaría en una planta de exterior. Si no lo tienes claro y te surgen dudas, un truco es comprobar la tierra valorando su humedad, no regando si aún no es necesario, pues asegurarte el riego adecuado se hace imprescindible con ciertas especies nada tolerantes a la pudrición, como cheflera, coleo, filodendro u orquídea, entre otras. En estos casos, se recomiendan macetas cerámicas o de otro material transpirable, así como un sustrato ligero y bien aireado.

Siguiendo con el riego de las plantas de interior, las suculentas necesitan un tratamiento especial, pues están adaptadas a climas secos, son muy resistentes a la sequía, y toleran riegos espaciados. De hecho, estas tienden a ser vulnerables a los excesos de humedad, que pueden provocar el ataque de hongos o la pudrición de las raíces. Este tipo de plantas suelen necesitar de riego cuando la capa superior del sustrato, teniendo en cuenta unos centímetros de profundidad, está totalmente seca y no antes. En cuanto a las tropicales de interior, igualmente necesitan de un nivel constante de humedad ambiental, por lo que pueden necesitar ser regadas incluso más de una vez al día, según el ambiente que haya en la casa en la que están, además de requerir que se pulverice agua sobre sus hojas para refrescarlas y darles humedad.

Un consejo es hidratarlas desde abajo, sumergiendo parcialmente las macetas, así absorberán sin riesgo el agua. Se ha de tener siempre la precaución de comprobar el buen drenaje de los recipientes, pues los agujeros obstruidos suelen desembocar en la muerte de la planta. Lo mismo sucede con los típicos platos bajo los tiestos, repletos del agua sobrante: son otro clásico de mortandad, así que no te olvides de vaciarlos después de haber cumplido su función. También puedes llenarlos con grava o piedrecitas, para que el agua no esté en contacto directo con la maceta.

Luz para las plantas de interior.

Todas las plantas necesitan luz para realizar la fotosíntesis, aunque el grado de incidencia de esta que precisan es muy variable. Por lo general, una planta de interior no necesitará de demasiadas horas de incidencia solar directa. Aun así, colocar las plantas de interior cerca de una ventana o balcón siempre es una opción recomendable para ellas. Por si acaso, infórmate de los requisitos de luz concretos de las especies de tus plantas para ver cuáles estarán bien en semisombra y cuáles necesitan más luz.

No debe olvidarse que la ausencia de luz suficiente es una de las razones más habituales por las que una planta de interior muestra su «peor cara”. Si bien es cierto que hay algunas con requerimientos más escasos, caso de aspidistra, filodendro, bambú de la suerte, bromelias, o helechos, como norma general las plantas de interior han de colocarse cerca de una ventana, balcón, vidriera o galería; con luminosidad suficiente para poder realizar su función más vital: la fotosíntesis.

Si no fuera así, y mientras les quede energía, las plantas buscarán la luz desesperadamente; alargando sus tallos de forma anormal y produciendo hojas de mayor calibre. Pero este mecanismo no siempre las librará de su contratiempo, y de inmediato podrías ver síntomas más graves. Puedes corregir su ubicación antes de que las hojas se tornen amarillas o empiecen a caer. Colócalas en un lugar bien iluminado, bien cerca de una ventana o donde sea que haya más luz, evitando que ésta incida directa sobre las plantas. Y recuerda: los rayos del sol no deben tocar nunca las hojas o se quemarán.

Ubicación de las plantas de interior.

Algo parecido al aspecto de la luz ocurre con la ubicación y el clima. Aun cuando hablamos del interior del hogar, el clima local influye en la temperatura. Algunas plantas necesitan ciertas temperaturas para desarrollarse adecuadamente y, además, algunas no toleran las corrientes de aire, mientras que otras las necesitan. Lo que no suele convenir a ninguna es estar ubicada al lado de un radiador de calefacción o de un aire acondicionado, esto reseca mucho el ambiente y las deshidrata y seca.

Sustrato para las plantas de interior.

La mayoría de plantas necesita un sustrato ligero y enriquecido con materia orgánica, que además ofrezca un buen drenaje. Muchos expertos recomiendan una mezcla universal elaborada con una parte de turba, otra parte de humos de lombriz y una última de fibra de coco,  a la que se le añade perlita y vermiculita, sobre una base de grava o guijarros en el fondo de la maceta. Suele funcionar en la mayoría de plantas, aunque algunas, como las crasas, pueden necesitar sustratos más específicos. Como los nutrientes del sustrato se irán agotando, tendrás que ir renovándolo en parte o todo cada ciertos meses.

Maceta para plantas de interior.

Es muy importante que la maceta cuente con agujeros de drenaje, los cuales ayudan a evitar encharcamientos. También has de saber que la mayoría de plantas agradecerán un trasplante anual o bianual a una maceta más grande, momento en el que puedes aprovechar para cambiar parte del sustrato por uno nuevo con más nutrientes. Este trasplante a una maceta mayor se hará inevitable con el crecimiento de la planta. Excepto en algunas especies, como la orquídea, no es bueno que las raíces se encuentren apretadas: tienden a enrollarse, al buscar cómo crecer, y acaban por ocupar todo el espacio, quedándose sin aire.

Abono para plantas de interior.

Las reservas de nutrientes del sustrato, como bien dijimos antes se va agotando, quizás más rápido de lo que puedas pensar, y por ello hay que ir añadiendo abono. Además, se ha de tener en cuenta que si has usado humus en la mezcla para el sustrato este es muy nutritivo, por lo que solo habrá que añadir abono, fertilizante o materia orgánica en los meses cálidos según las necesidades de cada planta. En general, hay que fijarse en la época de principal crecimiento de la planta y también en las épocas de floración, para poder añadir un abono adecuado en estos momentos en que la planta tiene más demanda de nutrientes.

Temperatura adecuada.

Los cambios bruscos de temperatura o las corrientes de aire son otro problema habitual para las plantas de interior, que suponen con frecuencia la pérdida de sus hojas. Es sabido que estas plantas se encuentran cómodas dentro de cierta horquilla térmica (normalmente entre los 15 y 25ºC), aceptando algo de variabilidad entre el día y la noche o entre el invierno y el verano, pero no les gustan los cambios muy pronunciados.

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