Las vacaciones pasan rápido y hay que volver a la rutina: el trabajo, los niños, las tareas domésticas… Es el día a día que a veces tanto estrés nos genera. Y queremos dejarlo atrás al volver a casa, pero a veces nos parece misión imposible. La decoración puede ayudarnos. Con solo hacer algunos cambios en el hogar podemos conseguir espacios en los que olvidarnos de todo.
La filosofía zen es un saber ancestral que busca la relajación y la conexión con uno mismo. Aplicada a la decoración de casa podemos conseguir espacios mucho más agradables que nos ayudarán a liberarnos de ese estrés, a descansar mejor a disfrutar de esos escasos ratos de ocio que tenemos cuando regresamos a la rutina. ¿Cuáles son las claves? Vamos a verlo.
Decoración minimalista
A veces lo que nos genera estrés en casa, o lo que evita que lo dejemos fuera al llegar, son espacios saturados que pueden resultar agobiantes. En una decoración zen priman los espacios abiertos, en los que la luz fluye libremente. Pero son también espacios despejados, sin ruido visual.
Significa que debemos apostar por estancias más limpias, con el mobiliario y los accesorios de decoración mínimos. Hay que retirar esos muebles auxiliares que realmente no son necesarios y todos aquellos objetos que no utilices. Espacios simples pero armónicos ayudan a nuestra mente a relajarse. También favorecen el orden, otro elemento imprescindible para que nuestra casa transmita calma.
Mobiliario sencillo
Si tienes que renovar la decoración de alguna estancia de tu casa y quieres llevar a ella una decoración zen, toma nota de estos consejos básicos: líneas muy simples, materiales naturales, piezas que sean cómodas y de poca altura y solo lo estrictamente necesario. Recuerda que apostar por la simplicidad no significa renunciar al estilo.
La madera es la auténtica protagonista en la decoración, es un material cálido, que transmite calma. Pero también puedes introducir piezas de otros materiales como el bambú, el mimbre o el ratán. Y en encimeras, la estrella es la solidez de otro material que nos ofrece la naturaleza: la piedra.
Lleva la naturaleza a casa
La filosofía zen busca la conexión con la naturaleza, con esa naturaleza que nos aporta armonía y bienestar. Para ello, puedes introducir algunas plantas en la decoración de casa. Pero hay otras formas de conseguirlo, por ejemplo, con algún elemento ornamental de madera o de fibras vegetales, con piezas de cerámica o con una fuente de interior.
Colores neutros
El otoño está a la vuelta de la esquina y es momento de pensar en renovar los textiles. Si quieres un ambiente muy zen en casa, opta por colores neutros, especialmente tonos tierra. Son esos colores que aportan un toque de calidez, que son relajantes, crean espacios intimistas y que, además, son atemporales y no pasan de moda. Y, como hablamos de textiles, mucho mejor que sean de tejidos naturales y con texturas que sean agradables al tacto.
La alternativa a esos colores tierra son el gris en sus tonalidades más claras y el blanco. Si te parecen demasiado sosos, puedes introducir una pequeña nota diferenciadora con tonos muy suaves, como rosas ahumados o azules claros con un matiz grisáceo. De lo que debes huir es de los colores intensos.
Una iluminación relajante
La luz tiene un enorme influjo en nuestras emociones. Si quieres un hogar muy zen, deja que la luz natural lo inunde todo. Abre las cortinas o, si quieres privacidad, opta por visillos y tejidos que dejen pasar esa luz sin problemas. En lo que respecta a la iluminación artificial, mejor cálida e indirecta para crear ambientes más íntimos y que inviten a la relajación.
Aromas que inundan el hogar
Si quieres una casa con un ambiente zen, los sentidos son importantes, todos ellos. Por eso, es importante cuidar los aromas que inundan nuestro hogar. Esos aromas deben ser evocadores, suaves y frescos. Las velas aromáticas, por ejemplo, son un buen recurso, pero realmente sirve cualquier otro elemento que lleve esos olores al hogar, desde clásicos ambientadores a flores o jabones. Y no solo hay que prestar atención a las estancias, también al interior de los armarios.
Un rincón zen
Para que tu casa sea realmente un templo de serenidad, un pequeño oasis, es posible que tengas que cambiar muchas cosas. Si te parece excesivo, siempre puedes empezar poco a poco. Si tienes una estancia que puedas remodelar en profundidad, perfecto. Si no, busca un rincón en casa que puedas adaptar y conviértelo en tu espacio de relajación aplicando esos consejos de decoración que te hemos ofrecido.