Los días se acortan y las temperaturas bajan. Pero aún podemos seguir disfrutando de nuestras terrazas y porches. Pero, para sentirnos realmente cómodos en ellos hay que vestirlos de la manera adecuada. Al fin y al cabo, son parte de casa y, al igual que hacemos con la decoración interior, conviene cambiar los textiles por otros que se adapten mejor a la estación.
Para sentirnos realmente bien, la clave está en crear un entorno cálido en la terraza en todos los sentidos. Una buena iluminación o incluso una pequeña estufa son perfectos, pero no siempre son suficientes para que la terraza sea acogedora cuando ya no hace calor. La clave está en cambiar esos textiles frescos del verano por otros más calentitos que inviten a arrebujarse.
Renueva las tapicerías de los sofás de la terraza
No se trata de cambiar los sofás, simplemente de sustituir las fundas o cubrirlas, si no es posible cambiarlas. Con temperaturas altas necesitamos telas que transpiren bien, que sean muy ligeras y que no nos den calor. Cuando las temperaturas refrescan, necesitamos tejidos que sean especialmente cálidos, por ejemplo, telas de algodón grueso o de lana, que son agradables al tacto y muy calentitas.
El color también es importante. Esos colores llamativos y vistosos del verano ya no encajan con ese ambiente más nublado y frío. Si tienes que renovar las fundas, opta por colores otoñales, que no quiere decir aburridos. Además de los grises, beiges y ocres clásicos, puedes apostar por otros con matices amarillos o rojizos, como son los tonos mostaza o granate. Con ellos tu terraza seguirá teniendo un aspecto vivo y muy elegante.
Protege también otros asientos de la terraza
Si en la terraza tienes zona de comedor, un banco o alguna silla auxiliar, no olvides vestirlos también de otoño. En ellos se puedes aplicar los mismos consejos que para el sofá en cuanto al tipo de tejidos y colores. Si ese mobiliario es de madera no habrá mayor problema, puesto que es un material cálido. Pero si esos asientos son de metal, será necesaria una protección extra para que el frío no nos llegue.
Lo ideal es poner unos cojines en los asientos algo más gruesos y muy mullidos, para que resulten cómodos. Pero no es la única alternativa. Si no quieres gastar mucho en cojines nuevos, puede bastar con unas mantitas de pelo o de borreguito. De esta manera podrás seguir disfrutando de ese comedor exterior, cambiando, eso sí, ensaladas y refrescos por platos y bebidas calientes.
Los accesorios, imprescindibles
En verano estorba todo lo que nos envuelva y arrope, pero en otoño la cosa empieza a cambiar. Llega el momento de colocar algún cojín extra en el sillón exterior para tener la sensación de que nos sumergimos en un espacio muy cálido. Lo ideal es que esos cojines estén cubiertos por fundas de lana que sean muy suaves al tacto. ¿Buscas un efecto muy decorativo y acogedor? Procura que tenga textura, es decir, nudos, puntos gruesos, etc.
Pero si hay un elemento imprescindible en una terraza de otoño son esos plaids y esas mantas con las que podemos cubrirnos para sentirnos perfectamente arropados si el sol no calienta lo suficiente. Las mantas de pelo, de algodón o de lana serán así tus grandes aliadas para poder seguir disfrutando de tu terraza, simplemente, asegúrate de que no resultan muy pesadas. Y si eres de los que no lleva especialmente bien el frío, una manta térmica puede ser la solución.
Una alfombra cálida para el suelo
Los suelos frescos en verano se agradecen, pero cuando llega el frío no resultan agradables. Así que, si quieres que tu terraza sea realmente acogedora en otoño, debes cubrirlos. Las alfombras de exterior resisten sin problemas las condiciones de la terraza o el porche y ayudan a crear ambientes más acogedores. Además, las puedes encontrar en infinidad de medidas y de modelos. Y, algunas son tan bonitas, que podrás colocarlas dentro de casa cuando llegue el invierno y no puedas utilizar la terraza.
Las alfombras, además, te permitirán tener cojines de suelo o pufs y usarlos si el tiempo acompaña y quieres pasar un rato en ella con amigos o familiares, casi como en verano. Y todo con una ventaja añadida: solo con una alfombra el look de esa terraza puede cambiar por completo.