La luz es importante en cualquier estancia de la casa, pero lo es mucho más en la cocina. Debemos tener en cuenta que es un espacio en el que trabajamos y en el que estamos expuestos a pequeños accidentes. Cuando no hay ventanas o estas son muy pequeñas, lo lógico es apostar fuerte por la iluminación artificial. Y es un acierto, pero no es la única forma de aportar luminosidad a la cocina.
Si tienes pensado renovar paredes o mobiliario o, simplemente, darle un nuevo aire a su decoración, ten en cuenta los consejos que te vamos a dar. Conseguirás no solo que la cocina deje de parecer una estancia poco acogedora. Si es pequeña, el efecto visual que lograrás con estos trucos hará que también parezca más amplia y te sientas mucho más a gusto en ella.
Una cocina blanca para ganar luminosidad
El blanco es el color por excelencia de las cocinas. Y tiene su explicación porque es un color que nos transmite limpieza y pulcritud, tan importantes en esta estancia. Pero en cocinas oscuras tiene un poder que va mucho más allá. El blanco atrapa la luz y la refleja, de modo que es el color por el que debes apostar fuerte.
Pero es cierto que una cocina completamente blanca resultará fría. ¿Cómo compensar ese efecto sin perder la luminosidad ganada? Lo más sencillo es introducir toques de color en accesorios. Por ejemplo, algún electrodoméstico vintage en colores alegres, plantas o incluso una encimera en un color vivo. El contraste con el blanco ayudará a dar vida a esa cocina.
Superficies brillantes en la cocina
Azulejos o mobiliario con acabado en brillo es otro de los trucos imprescindibles para conseguir que una cocina oscura pase a ser luminosa. Las superficies brillantes tienen el poder de multiplicar la luz y, con ello, todas las ventajas de una cocina bien iluminada, especialmente seguridad y comodidad.
Pero esos brillos no necesariamente tienen que se los de muebles y revestimientos. Hay otras formas de llevarlos a la cocina, por ejemplo, con los metales. Los electrodomésticos en acabado inox también pueden tener ese efecto, al igual que fregaderos de aluminio, grifos o tiradores. Para estos últimos, o en el caso de lámparas, los reflejos cobrizos son perfectos porque dará un toque de calidez a la cocina.
Pero si quieres dar un paso más allá, opta por poner un salpicadero en la zona de trabajo en cristal o en acero, verás qué decorativo queda, la cocina parecerá muy diferente. ¿Es todo? No, si en lugar de puertas ciegas en los armarios pones puertas de cristal, tipo vitrina, conseguirás que tu cocina brille de verdad.
Que nada impida el paso de la luz
Cualquier obstáculo que encuentre la luz hará que la cocina se vea mucho más oscura. Si tiene ventanas, la clave está en no taparlas. Y en caso de poner cortinas, es importante que sean lo más traslúcidas posible. La luz natural es un auténtico tesoro, por ello hay que dejar que circule libremente. Tampoco debe haber muebles altos o accesorios frente a esas ventanas, por ejemplo, taburetes o elementos decorativos como jarrones. Y lo que se aplica a la luz natural se aplica también a la iluminación artificial. Si quedan rincones oscuros en la cocina se arruinará el efecto de toda la decoración.
La iluminación artificial, imprescindible
Ya hemos adelantado la importancia de la iluminación artificial, pero la cocina solo brillará si se eligen las luminarias adecuadas y se colocan de la forma adecuada. Aunque la cocina sea pequeña, no basta con una luz de techo general porque la cocina seguirá sin resultar acogedora.
Para que una cocina oscura se transforme en otra donde reine la luminosidad es importante prestar atención a otro tipo de luces, a las decorativas. Iluminar el interior de esas vitrinas, colocar tiras LED en los zócalos de los armarios o colocar lámparas colgantes en la zona de la barra o comedor no solo incrementará la luminosidad en la cocina. También hará que nuestro ojo la perciba como mucho más cálida, alejando esa sensación de tristeza que transmiten las estancias oscuras.