Si tienes familia o amigos lejos y vienen a menudo a visitarte, y mucho más si te encanta estar rodado de esos seres queridos, es importante que tengan un dormitorio propio. Como buen anfitrión, seguro que tu deseo es que se sientan como en casa. Y para ello necesitan un espacio en el que puedan disfrutar de algo de intimidad y en el que tengan todo aquello que necesitan.
Si tienes un dormitorio libre en casa, perfecto, resultará sencillo decorarlo. ¿No lo tienes? En ese caso no te quedará más remedio que adaptar alguna otra estancia o rincón de tu hogar, pero aun así es posible conseguir un espacio cómodo y agradable para tus invitados. Al fin y al cabo, no se trata de que tengan una habitación como la de un hotel, que pueden resultar bastante frías, sino de que tengan un lugar donde se puedan sentir a gusto.
El dormitorio de invitados perfecto
Empezamos por lo más sencillo: tu casa es grande y puedes permitirte el lujo de contar con una habitación de invitados. ¡Ojo! Si es para las visitas, es solo para ellas. Olvídate de dejar ahí esa bici estática que no usas o de usarla para planchar. Si lo haces, tendrás que hacer “mudanza” cada vez que recibas a alguien y supondrá un trabajo extra para ti.
Con esta idea clara, hay que pensar en lo más básico. ¿Qué necesitan las visitas para sentirse cómodas? Una cama, por supuesto. Si es amplia, mucho mejor. Pero si la habitación no es muy grande, una cama nido es siempre buena opción porque te permite tener dos camas en una. También van a necesitar mesilla y alguna lamparita. No hay que olvidar el armario o, si la habitación no lo tiene, un siempre ligero y práctico burro.
Los detalles son lo que importa
Como decíamos, no se trata de convertir el dormitorio en una habitación de hotel impersonal. Se trata de crear un ambiente cálido y acogedor. Y es ahí donde entran los detalles. Conseguirlo es mucho más fácil de lo que seguramente crees. ¿Tienes dudas? Estos consejos te ayudarán:
- Opta por colores neutros como grises o tonos tierra claros: son colores que no causan rechazo y crean ambientes acogedores. Otra opción son colores pastel o ahumados, desde rosas a verdes o azules.
- Apuesta por las texturas: aunque la decoración sea sencilla, se pueden conseguir efectos muy agradables que aportan calidez a los espacios. Con las texturas es sencillo. ¿Cómo? Hay miles de ideas: una alfombra de nudos o de fibras naturales, cojines de crochet o una manta de punto XXL sobre la cama, mesillas de madera sin tratar, etc.
- No olvides las plantas: algo tan sencillo como una planta es capaz de transformar una habitación y darle un punto cálido y refrescante a la vez que tus visitas agradecerán.
- Ropa de cama de calidad: tus invitados se merecen lo mejor, así que nada de poner esas sábanas algo gastadas o esas otras que has encontrado superrebajadas y que no son precisamente bonitas. Y lo mismo debes aplicar al colchón y la almohada.
- Detalles que suman: aunque el objetivo sea que la habitación no sea como la de un hotel, sí hay aspectos que puedes copiar como unas toallas sobre la cama o una pequeña bolsita de aseo con lo básico.
El toque final lo pueden poner elementos como un pequeño sillón en el que se puedan relajar o descansar un rato en la intimidad o un ventilador para esos días de más calor. Y no olvides colocar algún elemento decorativo en las paredes, como un cuadro, alguna lámina o un siempre práctico espejo.
Una habitación “multiusos”
Lo más común es que en casa no podamos darnos el lujo de reservar un dormitorio solo para visitas. En ese caso, no queda más remedio que pensar en soluciones completamente diferentes. Pero ¡atención! Que sean diferentes no quiere decir que sean menos cómodas para nuestros invitados, aunque sí es cierto que supondrán un pequeño trabajo extra para nosotros.
Despacho o sala de estar y, a la vez, dormitorio de invitados
En ese caso, lo más sencillo y práctico es poner un sofá cama. Los hay que ocupan muy poco espacio, se abren y cierran con enorme facilidad y son supercómodos. Si se trata del despacho y no hay sitio, nada como una cama mueble. Y no, las camas mueble de hoy en día no tienen nada que ver con esas que tenían nuestras abuelas en casa, las hay en diseños tan discretos que pasan desapercibidas a simple vista.
Pero claro, no basta con esa cama. Tus invitados necesitan algo más, por ejemplo, para colgar su ropa. El consejo es tener un burro desmontable, no ocupan nada y se montan en un momento. Y si además pueden tener una mesita con almacenamiento en la que tengan a mano cojines o mantas por si notan frío, mucho mejor.
¿Y si tampoco tienes despacho o sala de estar? No te preocupes, la idea del sofá cama, el burro y la mesita de almacenaje también se pueden llevar al salón. Simplemente habrá un pequeño inconveniente, que tus invitados perderán algo de intimidad. Pero si son de confianza y se sienten a gusto en tu casa, seguro que no les importa demasiado.