Tener un salón mini no significa sacrificar el estilo a favor de la funcionalidad o de la comodidad. Puedes tenerlo todo en un salón pequeño sin necesidad de hacer malabares. Simplemente, hay que elegir bien la distribución, las medidas y los colores. Dicho así parece mucho más complicado de lo que realmente es. Para que todo te resulte mucho más sencillo, vamos a dar algunos consejos básicos.
Como punto de partida, debes tener en cuenta que, si eliges bien, tendrás mucho más que un salón moderno y sofisticado. También conseguirás que la estancia parezca mucho más grande de lo que realmente es, algo que en un salón pequeño es muy importante. Y otra clave antes de explicar cómo decorarlo: ante todo, moderación porque si saturas los espacios solo conseguirás el efecto contrario.
Por dónde empezar a decorar un salón pequeño
Para empezar, ten en cuenta las dimensiones del salón. Si haces un pequeño plano, mucho mejor, te ayudará a elegir con mejor criterio las piezas del mobiliario. No olvides que a veces la vista nos engaña. Es posible que ese sofá estupendo que a priori parece que encajará bien luego resulte demasiado grande, o al contrario.
Y, en segundo lugar, hay que hablar de la luz. En un salón pequeño lo es casi todo porque es la que consigue ampliar visualmente los espacios sin necesidad de introducir o quitar ningún elemento. Por ello, el segundo consejo es dejarla pasar libremente. Si el salón tiene un gran ventanal tendrás un gran aliado.
Los colores en un salón pequeño
Ahora que ya conoces los dos grandes pilares de la decoración de un salón pequeño, llega el momento de darle forma y personalidad. Lo siguiente es pensar en los colores, a ser posible neutros y siempre en tonos claros. La razón es sencilla: son los tonos más suaves los que mejor ayudarán a que ese salón parezca más amplio.
En tapicerías, además, es mejor optar por telas lisas. La nota alegre se puede introducir con los complementos. La ventaja de esos colores neutros es que combinan perfectamente con otros más vivaces. Por ello, una manera de dar un toque diferente al salón es colocando unos cojines estampados en el sofá. Rayas, cuadros, flores o cualquier otro motivo servirá para aportar esa nota distintiva a la estancia.
Cómo elegir el mobiliario de un salón pequeño
Vamos ahora con la parte tal vez más importante, pero no por ello complicada. El primer consejo, evidentemente, es que coloques solo las piezas que sean necesarias y funcionales. Cualquier mueble accesorio que no tenga una función clara solo conseguirá robar un espacio muy importante. ¿Qué más ideas te pueden ayudar?
- Empieza siempre por el sofá. Es la pieza más voluminosa y también más importante. Elígela en proporción al salón, un sofá XXL nunca será la mejor idea. Un truco que funciona muy bien es que la tapicería se “funda” con las paredes, es decir, que sea de un color muy similar. ¿Quiere decir que tienes que renunciar a colores más intensos? No, pero opta entonces por sofás de líneas ligeras y tamaño discreto.
- En un salón mini, lo ideal es que corra el aire. ¿Qué quiere decir? Que lo que mejor funcionan son los muebles con patas, también el sofá. Y si en lugar de los tradicionales muebles optas por estanterías voladas, es decir, colgadas de la pared, mucho mejor. Otro consejo: apuesta por muebles bajos.
- Las líneas redondas ayudan a optimizar el espacio. Supone, simplemente, que tanto en la mesa de centro como en la de comedor, si es que quieres ponerla, elijas modelos redondos. Ocupan mucho menos y son tan funcionales como cualquier otra.
- Si tu idea es diseñar un salón moderno, apuesta por las transparencias. Mesas con tapa de cristal es una idea estupenda porque dejan pasar la luz, pero si quieres dar un paso más allá, hay mobiliario de metacrilato y otros materiales plásticos realmente espectacular.
La importancia de los accesorios en un salón pequeño
Cuando no sobra el espacio, hay que hacer un esfuerzo extra para elegir con acierto no solo el mobiliario, también los accesorios. En ese sentido, hay muchas ideas que funcionan y que utilizan los mejores decoradores. Ya te hemos adelantado alguna, como introducir el color a través de complementos como cojines. Pero hay más.
En un salón mini, por ejemplo, no pueden faltar los espejos. El efecto multiplicador de la luz y de los espacios es imprescindible. Puedes colocar uno grande en una pared que esté desnuda, pero espejos pequeños funcionan perfectamente, con la ventaja de que puedes jugar con formas y tamaños para dar dinamismo a la decoración.
Otro aspecto importante tiene que ver con las lámparas. Señalábamos al principio que una buena iluminación es fundamental, pero mucho cuidado a la hora de elegir las luminarias. En un salón pequeño, lo mejor son lámparas de líneas simples y poco voluminosas. Y lo ideal es apostar por apliques en paredes antes que por lámparas de pie.
Ten en cuenta estos consejos y podrás diseñar una decoración perfecta para ese salón mini. Recuerda que lo importante es que te sientas a gusto en él y que tenga un toque muy personal, que es el que puedes introducir a través de complementos y pequeñas piezas decorativas con mucho carácter.