Es cierto que tendemos a confundirlos, que cuando hablamos de decoración solemos mencionar indistintamente vintage y retro para referirnos a un mismo estilo. O, directamente, hablamos de vintage porque nos suena más cool o más elegante. Pero no son lo mismo, de hecho, hay matices importantes que los diferencian.
Es cierto que tanto el término retro como vintage nos llevan al pasado, a objetos que fueron tendencia en un momento de la historia y que incluso marcaron una época. ¿Pero sabías que ese pequeño electrodoméstico estilo años 50 que acabas de comprar no es vintage como tú creías? Si quieres aprender a diferenciar ambos estilos en decoración, sigue leyendo, verás como no es tan difícil. Aquí tienes todas las claves.
¿Qué es vintage en decoración? Claves de un estilo auténtico
Vintage es sinónimo de viejo, así de simple. Y al decir antiguo en decoración nos referimos también a auténtico. ¿Qué quiere decir? Que ese teléfono que heredaste de tus abuelos o esa consola que tenían en su casa y has llevado a la tuya son vintage. En este caso, sí puedes presumir de tener piezas de este estilo decorando tu casa.
Pero mucho cuidado porque en decoración, vintage tampoco es exactamente lo mismo que antiguo, hay una diferencia importante. Cuando hablamos de piezas de estilo vintage nos referimos a objetos del siglo pasado. Aunque hay algún debate al respecto, para que una pieza se considere antigua debe tener al menos cien años.
Y ahora una pequeña curiosidad. ¿Imaginas de dónde proviene el término vintage? En origen esta palabra se relacionaba con la vendimia y con el año de cosecha de los vinos. Ya sabes que los vinos envejecen bien y que cuanto mayor sea su añada, más valor tienen. Si lo extrapolamos a la decoración, significa que esas piezas con historia tienen un valor importante, aunque a veces sea solo sentimental.
¿Qué significa retro en decoración?
Has comprado una radio antigua para darle un toque muy personal al mueble del salón o una lámpara de techo de ese inconfundible estilo industrial de los años 60. Pero no son piezas auténticas, sino imitaciones modernas. ¿Puedes hablar de accesorios de decoración vintage? Lo cierto es que no, en ese caso lo correcto sería usar el término retro.
Seguro que ya has adivinado esa diferencia entre retro y vintage. Retro es aquello que tiene el aspecto de muebles y objetos de los años 50, 60, etc. Pero hablamos de aspecto, no de autenticidad. Y es un matiz que se nota no solo en su apariencia, también en que suelen ser diseños que, de algún modo “reinterpretan” la esencia de esas piezas con solera. Es decir, son diseños inspirados en otros de estilo vintage, pero ni son iguales ni tienen esa belleza que solo puede dar el paso del tiempo.
Cómo introducir piezas retro o vintage en decoración
Todo aquello que tenga un regusto a antiguo es tendencia y es muy fácil personalizar una estancia introduciendo alguna pieza única. Lo ideal siempre es que sea auténtica. Si no has heredado nada, siempre puedes rebuscar en mercadillos o tiendas de antigüedades, no es difícil encontrar piezas realmente maravillosas y a veces por muy poco dinero.
Ejemplos hay miles, desde esos espejos sol que tanto se llevaron en los años 60 a muebles de viejas máquinas de coser que se transforman en consolas o esos relojes de sobremesa en madera y metal. No temas introducir algún elemento de este tipo en la decoración de casa. Una de las ventajas es que combinan bien en muchos estilos diferentes. Pero introduce esas piezas con moderación, buscando el equilibrio. Es mejor una sola pieza que sirva de punto focal en una estancia a muchas diferentes que pueden acabar provocando un pequeño caso decorativo.