Una de las decisiones más importantes a la hora de amueblar el dormitorio de los hijos es decidir el tipo de cama. No se trata solo de elegir un buen colchón, imprescindible para la salud de su espalda y para un buen descanso. Se trata también de que esa cama sea funcional, que pueda satisfacer todas sus necesidades y que además sea un elemento que aporte estilo a la decoración de la estancia.
Hay, por lo tanto, muchos aspectos que conviene tener en cuenta a la hora de elegir la mejor cama para nuestros hijos: su edad, las dimensiones del dormitorio, los gustos de los más pequeños y hasta el Feng Shui, porque también esta filosofía tiene mucho que aportarnos a la hora de elegir la cama de los niños. No te pierdas esta guía que te ayudará a escoger con buen criterio.
Una cama “crecedera” para el dormitorio
Los niños crecen con rapidez y enseguida todo se les queda pequeño. Pero una cama de dimensiones convencionales puede ser muy grande. Es posible que se sientan en ella algo incómodos y que tengan la impresión de que les falta algo por ese espacio desocupado. Cuando son pequeños, lo ideal es elegir una cama que crezca con ellos, de esta manera siempre se sentirán arropados.
Existen infinidad de modelos, desde cunas que se pueden ir extendiendo a camas con barras y somieres extensibles. Ten en cuenta, eso sí, que son camas que no son eternas y que cuando lleguen a una cierta edad necesitarán una cama de “mayores”. Pero en cualquier caso, la habrá aprovechado varios años y como los colchones se debe cambiar cada cierto tiempo, puedes aprovechar ese cambio para poner cama nueva.
Camas con cabecero, las más clásicas
Las camas tradicionales y tienen sus ventajas. Según el Feng Shui, el cabecero es importante porque ofrece protección y seguridad. Por ello, el dormitorio infantil tiene que tener cabecero obligatoriamente. Además de facilitar el descanso y hacer que el niño se sienta arropado, es un elemento muy decorativo. En habitaciones infantiles, mejor que sean tapizados.
Camas con almacenamiento
Son perfectas para habitaciones de dimensiones más reducidas porque en ellas se puede guardar de todo, desde la ropa de cama a los juguetes de los niños. Pero hay que tener en cuenta que por lo general su aspecto compacto y su volumen pueden hacer que la habitación parezca más pequeña.
Camas puente
Son una alternativa a las camas nido, puesto que aprovechan el almacenamiento en vertical y permiten optimizar el espacio. Son una buena solución para los dormitorios de niños más mayores que necesitan guardar más cosas. Pero ahí el Feng Shui también tiene algo que decir, y es que la energía puede quedar estancada en esos armarios altos, alterando el descanso.
Camas abatibles o sofás cama
Son soluciones muy versátiles y prácticas cuando no hay mucho sitio en el dormitorio. Pero si seguimos los consejos del Feng Shui, tampoco son la mejor decisión para el dormitorio de los hijos. La razón es que esas camas “provisionales” les transmiten inseguridad porque los niños no sienten esa cama como suya.
Dormitorios dobles
En algunos casos, los niños deben compartir dormitorio. También hay diferentes posibilidades y también el Feng Shui da algunos consejos interesantes que nos ayudan a elegir la mejor alternativa para nuestros hijos. ¿Qué posibilidades hay de colocar camas dobles?
Dos camas independientes
Es la mejor solución para un dormitorio infantil doble, puesto que cada niño tiene su espacio propio. Además, esas camas pueden llevar esos cabeceros que les hagan sentirse protegidos. Solo hay un inconveniente: la habitación debe ser lo suficientemente amplia. Pero para que todo fluya correctamente, los pies de una cama nunca se deben dirigir a la otra ni los cabeceros pueden estar enfrentados o pegados. Lo ideal es que estén en paralelo y a una cierta distancia.
Literas
En habitaciones compartidas son la solución más socorrida, puesto que permiten optimizar el espacio al máximo. Independientemente de que tengan una cama justo encima de la otra, tengan disposición en forma de tren o de L, hay algunos aspectos que debemos tener en cuenta. El más importante es que el niño que duerme arriba toma una posición dominante.
Además de ello, es más difícil que las energía fluyan libremente, sobre todo si la litera es baja o el espacio de la superior respecto al techo es pequeño. Para evitar esa sensación de ahogo que pueden sentir los niños, lo mejor es optar por literas en colores claros que dan más sensación de amplitud. Y siempre que sea posible, optar por literas tren, es decir, esas en las que las que la cama superior está desplazada respecto a la inferior.
Camas nido
Con ellas ocurre algo similar a lo que ocurre con las camas abatibles: el niño que la ocupa tiene sensación de provisionalidad. Además, faltará algo muy importante: el cabecero. Por ello, aunque muy prácticas y funcionales, no son la mejor alternativa para un dormitorio doble, si seguimos los consejos del Feng Shui.
Ten en cuenta estos consejos al elegir la cama para el dormitorio de tus hijos. Como vez, hay detalles muy importantes que determinan el nivel de comodidad con el que se sentirán en un espacio tan suyo como es el dormitorio.