Cuando llega el buen tiempo, convertimos la terraza en nuestro oasis particular. Y muchas veces cuidamos al detalle su decoración… o no tanto. En cualquiera de los casos, hay errores que hacen que ese espacio del que tanto disfrutamos no sea ni tan cómodo ni tan bonito como en un principio habíamos pensado. Evitarlos no es complicado y con un pequeño esfuerzo conseguiremos esa terraza de revista de la que presumir en redes sociales.
Dejarse llevar por el entusiasmo es uno de los mayores errores que podemos cometer. Comprar ese conjunto maravilloso de sofá y mesa que hemos encontrado en rebajas puede ser un acierto, o todo lo contrario, si al colocarlo en la terraza nos damos cuenta de que es demasiado grande. Y es solo un ejemplo. Por ello, el primer consejo es no precipitarse, tomar medidas y comprar con sentido.
No tener en cuenta que la terraza es una prolongación de casa
La terraza es una estancia más, y como tal debemos tratarla. Pero es especial por un motivo: en muchos casos conecta directamente con el salón y cuando abrimos las puertas o retiramos las cortinas forman casi una unidad. No potenciar esta característica es un gran error, sobre todo en viviendas de pequeño tamaño. Al crear una continuidad visual con la terraza, esa estancia interior parecerá mucho más amplia.
Por ello, hay que trabajar para que interiores y exteriores mantengan una cierta sintonía. No quiere decir que la decoración tenga que ser exactamente igual, pero sí que haya un hilo conductor que sirva de nexo. Puede ser el estilo o puede ser, simplemente un color. Lo importante es que la terraza conserve la esencia del resto de la casa.
Elegir mal el mobiliario
No se trata solo de acertar con el tamaño adecuado de ese sofá o de esa mesa. Son muchos otros aspectos los que hay que cuidar. Debemos evitar que la terraza se convierta en una especie de almacén en el que colocamos esa mesa que hemos quitado de la cocina o la butaca del salón. La terraza se merece tener mobiliario propio por una cuestión de estilo y también porque los muebles de interior difícilmente van a soportar las condiciones del exterior.
Otro aspecto importante que a veces se descuida es todo lo relacionado con los textiles. Al igual que ocurre con los muebles, no todos los tejidos son aptos. Si queremos que permanezcan inalterables durante mucho tiempo, hay que elegir telas que resisten a los cambios de temperatura, los rayos solares y la humedad. Son más caras, pero a la larga ahorraremos dinero.
No colocar las plantas adecuadas
Las plantas son imprescindibles en una terraza. Pero no vale cualquiera. En primer lugar, hay que elegir especies que soporten sin problemas las condiciones de la terraza. Y recuerda que no todas las terrazas son iguales, que unas están más expuestas que otras. No tenerlo en cuenta es un error. Hay plantas que soportan bien la incidencia directa del sol y otras no, o que llevan mejor la lluvia si las cae directamente. Si no eliges bien, esas plantas, aunque sean de exterior, no durarán mucho.
Otro error común es no acertar con el tamaño de las plantas. Si la terraza es pequeña, mejor olvidarse de palmeras y optar por especies más discretas. Y esto último tampoco significa que tengamos que llenar la terraza de macetas hasta que parezca una selva tropical. Las plantas, como todo, en su justa medida. En todo caso, puedes optar por un jardín vertical, no ocupan mucho y en él podrás tener ese vergel que tanto te apetece para refrescar las noches de verano.
Usar la terraza como trastero
Te has esmerado en decorar la terraza con buen gusto. Todo está perfecto, casi de revista. Pero justo en un lateral has dejado esa bicicleta con la que sales de vez en cuando o ese taburete plegable que solo utilizas en caso de necesidad. Error. Si quieres un terraza de la que poder presumir tienes que olvidarte dejar en ella objetos de cualquier clase, y mucho menos colocar un antiestético tendedero.
No cuidar el mantenimiento
La terraza, como cualquier otra estancia, necesita una puesta a punto antes de comenzar la temporada de uso. Y no solemos olvidarnos de ello, pero sí de dar un pequeño repaso de vez en cuando. Si cae una mancha en la tapicería del sofá del salón, ¿por qué no hacemos lo mismo con el de la terraza? Y es solo un ejemplo. Dejar esos pequeños trabajos de mantenimiento es un error porque el deterioro de mobiliario y revestimientos puede llegar a ser muy rápido.
Y un último error: olvidarse de la terraza en cuanto empiezan a bajar las temperaturas. Por un lado, pasamos por alto que, bien acondicionada, se puede usar durante muchos meses más allá del periodo estival. Por otro lado, lo normal es recoger todo deprisa y corriendo, sin dar un repaso a lo que hay en ella. El resultado puede ser que, cuando queramos volver a montarla, habrá piezas que con la humedad y las temperatura y esa falta de mantenimiento, se habrán estropeado.