No hace mucho se llevaban los baños blancos, de ambiente casi hospitalario. Era una estancia que no se tenía mucho en cuenta y en la que la decoración era un aspecto secundario. Pero ahora todo eso ha cambiado y nos encantan los baños en los que hay un toque de color o incluso en los que el color lo inunda todo.
Hay muchas formas de llevar el color al cuarto de baño. Color suave o intenso, a pinceladas o en forma de total look. Elegir una u otra opción es cuestión de gustos, aunque también hay que tener en cuenta dos aspectos importantes: por un lado, la iluminación del baño y, por otro, sus dimensiones. De cualquiera de las maneras, te vamos a dar algunas ideas muy interesantes. ¡Toma nota!
Una pared llena de color en el baño
Si tienes pensado hacer obras en el cuarto de baño, una de las formas más elegantes de introducir una nota de color es dar relevancia a la zona del lavabo o de la ducha con un revestimiento diferente. La combinación de blanco y verde esmeralda, por ejemplo, funciona de maravilla, mucho más si eliges un azulejo con mucho brillo. Pero si quieres un efecto realmente elegante, no hay nada como la baldosa hidráulica.
Si tu idea no es hacer obras ni gastar mucho, hay alternativas. Por ejemplo, poner losetas vinílicas sobre el viejo azulejo. Las puedes encontrar en todo tipo de acabados, colores y motivos. Pero si de verdad quieres un efecto espectacular para el baño, la elección es el papel pintado: motivos geométricos, florales o abstractos llenarán de color el cuarto de baño.
Pero a la hora de incorporar el color de esta forma debes tener en cuenta algunos aspectos. Si el baño es pequeño, siempre son los colores claros la mejor elección. ¿Significa que debas renunciar a colores vibrantes y llenos de vida? No, de hecho, con ellos conseguirás que el baño se vea más cálido, pero en ese caso, mejor superficies brillantes que reflejen la luz y multipliquen el espacio.
Color en el mobiliario
El color no necesariamente tiene que llegar de la mano de los revestimientos, aunque sea la manera más vistosa e impactante de conseguirlo. El mobiliario es otra de las vías para llenar de colorido el cuarto de baño, y no necesariamente de la forma más sutil. En baños blancos se puede buscar el contraste con un mueble en un color con mucha fuerza. El azul es perfecto, pero se puede optar por verdes e incluso amarillos o rojos. Ten en cuenta, eso sí, que este tipo de colores tan intensos pueden llegar a cansar.
Para un efecto más elegante, lo ideal es buscar tonos que resulten cálidos y más suaves. En ese sentido, los empolvados son siempre una buena elección porque crean ambientes muy relajantes que en el baño encajan a la perfección. Otra buena elección son los tonos tierra, los ocres o los arena, no son tan llamativos, pero transmiten calidez. Estos últimos puedes introducirlos de una manera tan sencilla como la encimera del lavabo, alguna estantería o un pequeño mueble auxiliar en madera.
Accesorios en color para un baño vibrante
La tercera forma de introducir el color en el cuarto de baño es a través de los accesorios. Y aquí hay todo un universo para elegir, pero hay algunas ideas que funcionan a la perfección, por ejemplo, una alfombra. Si el baño es blanco, atrévete a poner una de tipo kilim o con estampados étnicos, no necesitarás más para transformar el baño. La otra opción son las alfombras vinílicas, por ejemplo, en un acabado imitación a baldosa hidráulica.
Jaboneras, escobilleros, plafones o focos: cualquiera de estos elementos son también perfectos para darle la nota de color al baño. Eso sí, asegúrate de que comparten una gama cromática para que el resultado sea armónico y el baño tenga esa nota de color sin que parezca un pequeño caos de colores.
Y si todavía quieres algo más, pon alguna planta. En cualquier tipo de baño y en cualquier estilo quedan perfectas. Elige, eso sí, especies que soporten bien las condiciones del baño, por ejemplo los helechos o las orquídeas, si lo que buscas es un color que no sea solo el verde.