Dicen que la primera impresión es lo que cuenta. Por eso, el recibidor es mucho más que un lugar de paso: es lo primero que se ve de nuestro hogar y lo que antes transmite nuestros gustos, nuestro estilo y nuestra forma de vida. Por ese motivo es tan importante cuidar su decoración sin perder, por ello, esa funcionalidad imprescindible.
Pero conseguirlo puede llegar a ser todo un reto. No debemos olvidar que el recibidor, en muchas ocasiones, no es precisamente grande. Y ese hecho limita las posibilidades de decorarlo. Pero sabiendo cómo sacar el máximo partido de cada centímetro, y a veces con una pequeña obra, podemos tener una entrada a casa tan espectacular como práctica.
Claves para decorar el recibidor de tu casa
Las dimensiones, el número de puertas que dan a él, si tiene luz natural o no y el estilo del resto de la casa son los puntos de partida a la hora de vestir el recibidor. Este es el auténtico escaparate de nuestro hogar, por ello, lo primero que hay que tener en cuenta es que se integre perfectamente con el resto de la decoración. Después llega el momento de darle forma.
Un consejo básico es no excederse. Hay espacios en los que la moderación es garantía de éxito y este es uno de ellos. Por un lado, por ese tamaño generalmente reducido de los recibidores. Por otro, porque no debe haber nada que entorpezca el paso o impida moverse libremente por él.
El mueble clásico para cualquier recibidor son las consolas. Sobre todo en recibidores pequeños, interesa que visualmente sean muy ligeras, preferiblemente con patas o, como mucho, con algún cajón. Y si seguimos con las tendencias en decoración, mejor en madera al natural. Por cierto, debe colocarse en la pared principal, que es la que acapara todas las miradas.
Pero si el espacio es realmente pequeño y queremos que visualmente el recibidor parezca más grande, la mejor solución es una balda volada del mismo color que la pared. Para darle presencia bastará algún pequeño detalle decorativo en color: un jarrón con flores secas, una cesta de mimbre para dejar las llaves o una pequeña lámina apoyada en ella.
En el caso de que sea un recibidor oscuro, los espejos son fundamentales. Los redondos no solo son tendencia, sino que además aportan un punto de elegancia muy atractivo. Si hay suficiente luz, hay alternativas que funcionan bien, desde una lámina apoyada en la balda a composiciones en la pared con cuadros pequeños de diferentes molduras.
Un recibidor necesita un lugar para colgar chaquetas y abrigos. Lo ideal es un pequeño armario, pero, si no hay posibilidad de tenerlo, se puede improvisar uno colocando una balda a una cierta altura y, de ella, una barra en la que colocar colgadores o perchas. Si debajo colocamos un banco bonito, el efecto será de lo más vistoso y, sobre todo, práctico.
Precisamente, los bancos dan mucho juego en un recibidor. Ocupan poco, son muy prácticos y con complementos como unos cojines bonitos o unas cestas de mimbre en la parte inferior quedan realmente vistosos. Si el recibidor es grande, se puede combinar con una consola o incluso con una lámpara de pie.
En lo que se refiere a los accesorios, la apuesta por lo natural siempre funciona, mucho más si la madera es protagonista del mobiliario. Objetos de barro o fibras naturales, flores secas o plantas son perfectas para conseguir ese estilo inconfundible para nuestro recibidor. En el suelo, también las fibras naturales triunfan, son perfectas tanto para invierno como para verano.
Trucos para un recibidor más luminoso
La luz es uno de los aspectos más importantes en un recibidor. Siempre debe estar perfectamente iluminado para dar sensación de calidez, para que resulte acogedor y, sobre todo, para que parezca más amplio. Además, cualquier decoración destacará mucho más y su efecto será mucho más atractivo.
Los espejos son una de las mejores formas de conseguir ese efecto. Se puede revestir una pared entera, pero si se quiere un ambiente con mucho más estilo, un espejo grande, apoyado en el suelo es perfecto. También se puede jugar colocando espejos de diferentes formas y tamaños en la pared.
Precisamente, el color de las paredes también importa, y mucho. El blanco aporta luminosidad y agranda espacios, eligiendo mobiliario en madera natural, el resultado será el de un recibidor cálido y elegante. Si se prefiere algo más atrevido, entonces es mejor optar por introducir alguna nota de color en los accesorios . Pero hay otras posibilidades más allá del blanco. Tonos neutros que no sean intensos siempre son una buena elección, como lo pueden ser papeles pintados que aporten textura.
En cualquier caso, es la luz natural, la que es capaz de dar el toque definitivo a ese recibidor. ¿Cómo conseguirla? Si hay una pared compartida con el salón, lo ideal es tirarla. No se trata tanto de abrir la entrada al salón, puesto que se perdería intimidad. Se trata de sustituir ese tabique por otras soluciones, como una pared de cristal o de palillería de madera.