La iluminación en la cocina es fundamental. En primer lugar, porque solo de esta manera podemos trabajar en ella con absoluta seguridad. Y, en segundo lugar, porque cada vez cobra en ella mayor importancia la decoración y no debemos olvidar que una iluminación ambiental o indirecta adecuada ayudará a reforzar el estilo de esta estancia que para muchos es ya el auténtico corazón de sus hogares.
Dentro de la iluminación, el LED se ha impuesto por sus enormes ventajas. Además, ya es posible encontrar todo tipo de luminarias en esta tecnología, desde halógenos a downlights empotrables, focos de diseño e incluso bombillas decorativas que permiten prescindir de pantallas en lámparas de techo. ¿Pero qué ventajas concretas tiene el LED en la cocina? ¿Tiene alguna desventaja? Vamos a analizarlo con detalle.
Ahorro energético: la gran ventaja del LED en la cocina
Muchas personas, porque les gusta cocinar, porque tienen familia a la que atender o porque han convertido la cocina en lugar de reunión, pasan horas en la cocina. Esta estancia a veces es oscura, no tiene grandes ventanales. Y en otras ocasiones, ya es tarde cuando se hace uso de ella. Cualquiera de estas circunstancias hace que sea necesario mantener las luces encendidas a veces durante horas, lo que significa un consumo energético.
La gran ventaja de la iluminación LED en este sentido es su eficiencia. Este tipo de luces consume hasta un 80% menos que las tradicionales. Cuando se pasa mucho tiempo en la cocina, sin duda, la factura lo notará. Y a esa eficiencia hay que sumar que son luces con una vida útil muchísimo más larga.
Otras ventajas de la iluminación LED en la cocina
Esa eficiencia energética es en lo primero en lo que se suele pensar al apostar por el LED. Sin embargo, tiene otras ventajas que a veces se pasan por alto y que, en el caso de la cocina, conviene tener en cuenta. Vamos a repasar algunas de ellas.
Facilidad de instalación
La instalación de las luces LED es similar a la de cualquier otra, pero tiene algunos aspectos diferenciadores. Por ejemplo, su consumo es tan bajo, que permiten una iluminación supletoria o decorativa sin necesidad de conexión a la red eléctrica. Es el caso de esas tiras o esos pequeños focos decorativos que se colocan en los armarios de la cocina.
El efecto decorativo del LED
La posibilidad de colocar esa iluminación tanto en el interior de armarios como en cornisas, zócalos o bajo los muebles altos ayuda a dar mucha más relevancia a la decoración de la cocina. Todo ello con la ventaja añadida de que el LED permite combinar en una misma luminaria luces de diferente temperatura (cálidas y frías) o incluso de diferentes colores.
No da calor
La cocina es una estancia cálida por el uso que de ella se hace. Frente a otro tipo de luces, el LED tiene la peculiaridad de que no desprende calor. No importa el tiempo que permanezcan encendidas, este tipo de luces no harán que la temperatura en la cocina se eleve.
Es una iluminación resistente
Otra de las características de la cocina es que se trata de una estancia en la que el vapor, los cambios bruscos de temperatura, los golpes y las vibraciones son constantes. En ese sentido, la iluminación LED aporta la ventaja de su enorme resistencia, además de que son mucho más seguras que cualquier otro tipo de luces.
La versatilidad del LED
Gracias a la inmensa variedad de modelos y a esa facilidad de instalación, es posible iluminar cualquier rincón de la cocina. Y a efectos prácticos es siempre interesante. Más allá de esa función decorativa, las luces LED permiten, por ejemplo, instalar iluminación en cajones cuberteros, lo que incrementará la seguridad. Por supuesto, son ideales para despensas, interiores de armarios o para iluminar la encimera.
Desventajas de la iluminación LED en la cocina
Con tantas y tan interesantes ventajas, podría parecer que la iluminación LED no tiene ninguna desventaja. Y lo cierto es que, si comparamos pros y contras, saldría vencedora con una grandísima diferencia. Sin embargo, es necesario hacer justicia mencionando alguno de sus inconvenientes. Porque también los tiene.
El principal sería el precio. Es cierto que ha ido bajando según se popularizaba y que su eficiencia lo compensa. Pero el desembolso inicial de la instalación de luces LED en la cocina o en cualquier otra estancia de la casa es mayor que con otro tipo de luces. Y otro inconveniente es que es necesario asegurarse de la calidad de las luces, de ella dependen tanto su potencia real como su vida útil.