Cuando pensamos en seguridad alimentaria, por lo general lo asociamos a cocinas industriales o de restaurantes. Sin embargo, también en casa es muy importante. Al fin y al cabo, cualquiera que manipule herramientas cortantes o cocine está expuesto a un pequeño accidente. Y no hay que olvidar que los microorganismos patógenos no distinguen entre un tipo y otro de cocinas. Por eso, uno de los aspectos que debemos cuidar es el de la iluminación.
Precisamente, la iluminación juega un doble papel muy importante en cualquier cocina. Por una parte, es un elemento clave en su decoración. Los juegos de luces ayudan a diferenciar áreas en la cocina y a hacerla más acogedora y agradable. Y, a la vez, no hay que olvidar su función más práctica, es decir, la de permitirnos trabajar con seguridad. Es en este aspecto en el que nos vamos a fijar.
Iluminación y seguridad en la manipulación de alimentos
La zona de trabajo de la cocina debe estar siempre perfectamente iluminada. La razón es obvia, cuando se trabaja con utensilios como cuchillos o se manipulan recipientes a elevadas temperaturas es importante tener una visión perfecta para evitar el riesgo de accidentes. Por ello, la luz que incida sobre la encimera debe tener unas características muy específicas.
En primer lugar, es importante que sea una luz blanca, que es la que facilita una visión adecuada de la zona de trabajo. Además, debe ser intensa, pero sin que resulte molesta. Y, junto a ello, es importante que cubra bien toda la superficie, puesto que una pequeña sombra puede dar lugar a un accidente.
Lo ideal es que la luz principal esté bien repartida en el techo y, si son focos dirigibles, mejor. De esa forma se conseguirá un reparto homogéneo por todo ese espacio de preparación de alimentos. Pero, además, siempre es interesante colocar algún foco o tira led en la parte inferior de los muebles altos. De esta forma se consigue una iluminación directa y puntual perfecta para el trabajo en la cocina.
La iluminación en la conservación de los alimentos
Tal vez no lo sepas, pero la luz también influye en la seguridad alimentaria en otro aspecto, como es el buen estado de los alimentos. La razón es que hay alimentos, sobre todo frescos, que pueden experimentar cambios en su composición si están muy expuestos a la luz. ¿Qué tiene que ver con la iluminación en cocinas domésticas? Que la luz artificial es también calor.
Si eres de los que pasa horas en la cocina y disfruta preparando alimentos, lo más adecuado es que sustituyas viejas lámparas y bombillas por otras de tecnología LED. No solo son más eficientes, sino que además no se calientan, lo que supone un elemento de seguridad extra en la cocina. Además, hay infinidad de soluciones, como tiras de luces o focos para iluminar perfectamente y de manera decorativa la superficie de trabajo de la cocina.
Iluminación y limpieza
El tercer elemento fundamental de la seguridad alimentaria en una cocina, sea del tipo que sea es la limpieza. La presencia de microorganismos patógenos es un riesgo para la salud. Con la luz y la temperatura ambiente es muy fácil que proliferen en utensilios y, sobre todo, en la encimera. Por ello, la higiene es fundamental. Y, para una limpieza adecuada de las superficies se necesita tener una buena visión de ellas.
Juntas, rincones, encuentros entre elementos son lugares perfectos para el desarrollo de gérmenes de todo tipo. Y su limpieza puede resultar especialmente compleja. Tener una adecuada visibilidad permite actuar sobre ellas con eficacia para eliminar cualquier tipo de microorganismo. Por ello, en lugares especialmente delicados, como es el área del fregadero, siempre es buena idea tener algún tipo de luz puntual y, a ser posible orientable.
Cómo elegir la iluminación adecuada para la zona de trabajo de la cocina
Ya hemos adelantado algunas características, como que debe ser una luz blanca y suficiente. Pero aún conviene fijarse en otras cuestiones. La más importante es que sean luces aptas para un entorno húmedo y expuesto a la suciedad y la grasa como es la cocina. Para elegir bien, fíjate en el valor IP de la luminaria, cuanto mayor sea, más protección tendrá. Un valor IP20 puede ser suficiente, pero cerca del fregadero o la cocina, lo ideal es que sea algo mayor.
En el caso de colocar algún tipo de foco cerca de la encimera o justo encima, conviene fijarse también en su resistencia. Es importante que un golpe involuntario no pueda romper la luminaria y causar la contaminación de los alimentos con los que estemos trabajando.