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Lo imprescindible en tu casa de verano para disfrutar

La segunda residencia debe de ser un espacio donde disfrutar de bienestar y tranquilidad

Llegan las vacaciones y lo que todos tenemos en mente es exprimir al máximo esos días o semanas de asueto. Son muchas las familias que cuentan con una segunda residencia, casas que se convierten cada verano en ese lugar en el que desconectar de la rutina y el ritmo acelerado del resto del año. Un espacio donde disfrutar que, ante todo, debe transmitir ese bienestar y tranquilidad que tanto se necesita durante esta época. Si no es así, debes de ponerte manos a la obra para convertirla en ese remanso de paz que anhelas,

Lo principal es que predomine la sencillez, por lo que es importante no abarrotar la casa con muebles y demasiados accesorios; y que haya luz. Para lograrlo, alíate con el color blanco, así como con las tonalidades pastel, que aportan mucha luminosidad, sumando color con pequeños detalles. Si está en la playa, lo ideal es que esté salpicadas de motivos del lugar, y lo mismo ocurre si está en el campo. Lo que está claro es que la naturaleza debe estar presente, descartando por ello una decoración seria, rotunda y oscura.

Cómo decorar tu casa de vacaciones con estilo

Es vital decorar en armonía con el entorno, así que dependiendo de si la vivienda está en zona de mar o de montaña, habría que adoptar un estilo decorativo u otro. Las casas de la playa tienen un encanto especial, una sensación eterna de verano y su decoración debe destilar eso mismo, frescura. Las de la sierra, por otro lado, siempre resultan naturales y confortables, invitando a dejarte llevar por el ritmo pausado y rústico de los pueblos. A pesar de las diferencias, existen unos puntos claves comunes que pueden seguirse para lograr que tu segunda residencia te aporte todo lo que buscas sin perder ni un ápice de estilo.

casa de verano blanca con detalles en azul, mesa y dos sillones con cojines y planta

La conexión con el exterior a través de una puerta o una ventana es el máximo exponente de nuestra unión con la naturaleza: entra la luz, tenemos contacto visual, podemos renovar el aire y escuchar los ruidos exteriores. Para integrar la naturaleza en el hogar también podemos incorporar plantas. Aportan un ambiente acogedor, dan un toque de estilo al lugar y ayudan a purificar el aire e incluso a reducir el estrés. El uso de materiales naturales también tiene ese efecto en nuestra sensación de bienestar.

En resumen, las claves principales para acertar en la decoración de una casa de verano son: color blanco, telas frescas y luminosas, espacios amplios y despejados, decorar con elementos de la naturaleza y muebles muy cómodos y funcionales. Recuerda que, ante todo, debe ser funcional y práctica. No se trata de decorarla como nuestra vivienda habitual, así que elige muebles que tengan líneas simples que otorguen al espacio frescura y ligereza. Ahora que conoces las claves básicas, solo tienes que ponerlas en práctica. Buena suerte y, ¡a disfrutar!

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