Las paredes de ladrillo tienen un enorme potencial decorativo en casa. No solo son muy atractivas a nivel visual gracias a esa textura inconfundible, sino que encajan a la perfección en estilos tan diferentes como el industrial o el rústico y, además, quedan bien en cualquier estancia. Por ello, no puede extrañar que cada vez cobren mayor vigencia.
Una pared de ladrillo visto es capaz de aportar calidez a una estancia fría, de dar estilo a una habitación sosa o de convertir un dormitorio como cualquier otro en un dormitorio con mucha clase y personalidad. Y todo ello a pesar de que es uno de los materiales constructivos más modestos. ¿Quieres ideas para decorar paredes de tu casa con ladrillo? Vamos a darte algunas muy interesantes.
El ladrillo en la decoración de casa
Usar el ladrillo como elemento decorativo no es nada nuevo. La idea surgió en los años 50, cuando nacieron los primeros lofts de estilo industrial. Aquellos lofts eran naves industriales reconvertidas en viviendas en las que se dejaron paredes y techos tal cual estaban, sin revestir. Esa moda no pasó, al contrario, aún se mantiene plenamente vigente.
Si tienes una pared de ladrillo antiguo y auténtico, tienes un auténtico tesoro, bastará con descubrirla para crear en casa espacios únicos. ¿No la tienes? Sin problema, hoy en día no es necesario recurrir a este material, hay otros, desde los paneles 3D a papeles pintados texturizados que lo imitan a la perfección y que son muy fáciles de instalar, además de económicos.
Ideas para decorar la casa con ladrillo visto
No importa el estilo de tu casa, el ladrillo visto queda bien en hogares de aires clásicos y modernos. Simplemente hay que elegir un mobiliario que combine bien con el color de esa pared. No olvides que puedes optar por ladrillo en bruto, pero que también es posible pintarlo. A partir de ahí, hay ideas de decoración que funcionan a las mil maravillas.
Una pared de ladrillo para dar relevancia al mobiliario
El ladrillo puede ser el protagonista de la decoración de cualquier estancia, pero también puede ser el elemento que consiga realzar el mobiliario. Por ejemplo, una pared de ladrillo en su color original es perfecta para dar vida y calidez a un mobiliario en blanco en el salón. Y, en el dormitorio, si optas por revestir la pared del cabecero, no necesitarás nada más para que la cama se convierta en foco de todas las miradas.
Ladrillo para separar ambientes
En viviendas de concepto abierto, siempre es interesante marcar algún tipo de separación entre los diferentes ambientes. Lo habitual es pintar la pared de otro color o colocar alfombras. El ladrillo es una forma de conseguirlo diferente y muy atractiva a nivel visual. Puedes, por ejemplo, utilizarlo para enmarcar la zona del comedor o para diferenciar la zona de estudio dentro del dormitorio.
Ladrillo en la cocina y el cuarto de baño
Puede dar la impresión de que el ladrillo no es demasiado aconsejable en estancias húmedas o muy expuestas a la humedad como son el baño y la cocina. Nada más lejos de la realidad. Con el ladrillo se consigue darles un toque cálido muy agradable. Si es ladrillo original, simplemente, conviene aplicar un tratamiento impermeabilizante. Si no te atreves, opta por esos otros materiales que lo imitan, ya que son muy resistentes y se limpian con gran facilidad.
En la cocina, por ejemplo, puedes revestir la pared opuesta al frontal para crear un contraste muy atractivo. Otra posibilidad: revestir la zona de la barra de desayuno o de comedor. ¿Y en el baño? El ladrillo es perfecto, por ejemplo, para enmarcar el espejo y crear un efecto maravilloso en la pared del lavabo.
Qué debes tener en cuenta para decorar paredes con ladrillo
Aunque sea un recurso decorativo muy sencillo de aplicar en decoración, hay pequeños trucos que te ayudarán a dar un estilo propio a tu hogar. Por ejemplo, si la estancia es oscura o pequeña, puedes pintar el ladrillo en blanco para ganar en luminosidad y que parezca más amplia. Pero si revistes solo una de las paredes estrechas ganarás en profundidad.
También debes tener en cuenta que el ladrillo combina a la perfección con materiales muy diferentes. Lo clásico es la madera y el hierro, típicos de ese estilo industrial de los lofts originales. Sin embargo, no renuncies al cemento, a la piedra o a otros metales como el aluminio o el acero, la mezcla con ellos puede dar resultados asombrosos.
Y en cuanto al color del ladrillo, el original, ese color rojizo, es perfecto en ambientes de aires industrial o rústico. El blanco encaja también en decoraciones rústicas, pero también románticas o shabby chic. Y, si quieres un efecto más moderno o sofisticado, el ladrillo en gris o incluso en negro son perfectos, pero siempre que la estancia tenga una buena iluminación.