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Lo que necesitas para poner tu casa en modo verano y sobrevivir al calor

Con unos pequeños detalles decorativos conseguirás que en tu vivienda se respire frescura y alegría

Con el cambio de estación, no solo debemos «darle una vuelta» a nuestro armario, guardando las prendas invernales y sacando aquellas más fresquitas y estivales. También debemos hacerlo con nuestro hogar. La decoración de interiores debe adaptarse a la temporada en la que nos encontremos, de manera que sea calentita y acogedora en invierno y fresca y vitalista en verano. Para lograrlo, hay que crear una atmósfera tranquila, alegre y llena de vida en la que, además, se respire a verano.

¿Y cómo se consigue esto? Pues mucho más fácil de lo que, a priori, pudiera parecer. Para empezar, debes quitar las alfombras de pelo largo, cambia las fundas de los cojines con tactos demasiado cálidos y renovar la ropa de cama. Y para continuar, dale un protagonismo extra al recibidor, abusa del blanco y apuesta por vivas tonalidades y fibras naturales, renueva tus cortinas y no te olvides de las plantas.

Claves para que el verano llegue a tu casa

Pocas cosas son tan veraniegas como los estampados marineros y las fibras vegetales. Acogedoras y frescas, diseñan atmósferas envolventes, en las que desconectar y enfrentarse a las altas temperaturas con la mejor cara. Además, encajan con cualquier estilo decorativo. Y hablando de estilo decorativo, si debes apostar por uno este es el de aires mediterráneos, con pinceladas marinas y un toque imprescindible de azul, que recuerda al mar, a los cielos despejados y su efecto es relajante y refrescante.

butacas coloridas de verano, en naranja y amarillo, con mesita y alfombra alegre

Un toque de azul, pues el tono principal ha de ser el blanco, ya que amplía los metros, multiplica la luz y evoca las casas de las islas griegas y el encanto de Ibiza. Puede ser protagonista absoluto en paredes y mobiliario o ser un secundario de lujo en complementos, cortinas y tapicerías. Los colores alegres y vitaminados, así como los corales, tampoco pueden faltar, pues se asocian siempre al buen tiempo. Azules, verdes, amarillos o rosas, la clave del éxito está, recalcamos, en no saturar el espacio y usarlos solo en pequeñas dosis.

Otro aspecto fundamental para adaptar la vivienda a la estación más calurosa del año es tener «lo justo». Es decir, retirar todos los muebles, adornos y cosas que no usas o no necesitas, pues los espacios limpios, así como el orden, aportan un plus de frescura, lo mismo que las plantas, y las flores, que atrapan el verdor de la naturaleza dentro de casa, además de purificar el aire. Destacar también que la madera puede ser una buena aliada en la decoración veraniega, siempre que se apueste por tonalidades más claras y se combine con fibras vegetales, suelos de barro o telas y complementos blancos.

Los detalles decorativos también son muy importantes. Desde las alfombras de fibras vegetales o de materiales tan versátiles y atemporales, como el vinilo; o colocar ramos de flores frescas las estancias, cambiar unas fundas de cojines, reubicar objetos para que el entorno se vea diferente o vestir la mesa del comedor con algodones y linos. Ya se sabe que, durante el verano, la etiqueta se relaja con manteles más informales, en colores ocres o los típicos de esta estación, como el azul, y con motivos marítimos o campestres. Saca tu vajilla más colorida para que haga contraste y unos bajoplatos de fibras, y ya estaría.

En cuanto al dormitorio, en estos meses de verano la mejor opción son las sábanas blancas, sobre todo las de algodón, pues traspiran mejor y regulan la temperatura. Si donde vives o veraneas, refresca por las noches, añade una colcha de lino para ponértela por encima si fuera necesario. Y si, por el contrario, hace tanto calor que a veces no duermes bien, lo que necesitas está claro: un ventilador de techo, uno de los accesorios de moda. También puedes cambiar las cortinas de invierno por otras más ligeras tipo visillo que dejen correr el aire.

No hay que olvidarse tampoco del baño, Lo recomendable es colocar toallas de nido de abeja o de piqué, que son más finas y más fresquitas. Si buscas darle un toque más veraniego y refrescante, pon en el baño un jarrón con plantas verdes o flores, o ambas, pues conseguirás que se respire un ambiente más natural y fresquito. Finalmente, bien es sabido que el buen tiempo invita al descanso. Por ello, no debe faltar en tu hogar un rincón de relax para estar de vacaciones sin salir de casa. Puedes situarlo en una parte del salón, en el dormitorio de matrimonio o en la terraza. Solo se necesita una butaca cómoda y una mesita para dejar el libro o la taza de café.

Y, por último, no te olvides del recibidor. Apórtale un toque fresco para que te reciba de forma agradable cuando las temperaturas calientan. Apuesta por las fibras vegetales, añade algún jarrón con flores que lo alegren, unas plantas verdes que le den vida y sustituye las bufandas y abrigos por capazos de playa o bolsas de piscina. No hace falta más para sentir que el verano ha llegado a tu vivienda.

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