El salón es el corazón de nuestra casa, el lugar en el que nos relajamos, donde pasamos los mejores momentos con la familia y donde nos reunimos con nuestros amigos. Y es también la estancia que mejor refleja nuestros gustos y nuestro estilo de vida. Por ello, su decoración es importante.
Ante todo, un salón, independientemente de su tamaño, debe ser cálido y acogedor para sentirnos realmente a gusto en él. Y, aunque pueda parecer lo contrario, no se necesita gran cosa para conseguirlo. En muchas ocasiones, la clave está en el equilibrio, en pequeños detalles y en prestar atención no solo a la vista, también a otros sentidos como el tacto o el olfato. ¿Quieres conocer todas las claves para conseguirlo?
No sobrecargues el salón
Un exceso de mobiliario, de complementos y de accesorios de decoración puede resultar estresante. Si para sentarte tienes que esquivar una mesita y un puf o si apenas puedes estirar las piernas cuando te acomodas en el sofá, nunca estarás cómodo. Por lo tanto, la primera regla de oro para conseguir un salón acogedor es liberar espacio.
No quiere decir que dejes el salón casi desnudo, en absoluto. Lo que significa es que es importante respetar unas distancias mínimas entre los muebles para que el paso sea cómodo entre ellos. Y significa también no tratar de llenar cualquier espacio en paredes o muebles con objetos decorativos. Lo ideal son pocas piezas, pero elegidas con mucho cuidado. Un ejemplo: en el mobiliario, las líneas orgánicas, suaves y sin aristas son perfectas.
Colores relajantes para un salón acogedor
Seguramente sabes que los colores tienen una enorme influencia en nuestros estados de ánimo. Por ello, para conseguir un ambiente acogedor en el salón sí o sí tienes que apostar por colores suaves. Los neutros, como el blanco y sobre todo cremas y beiges, son perfectos porque puedes combinarlos sin problemas con toques en tonos algo más vivos. Si lo prefieres, los colores pastel son una buena alternativa.
Materiales cálidos en tu salón
Para conseguir un ambiente muy relajante, la clave está en apostar por lo natural. Y la gran protagonista debe ser la madera, a ser posible sin tratar. Junto a ella están esos otros materiales perfectos para mobiliario, para lámparas, para alfombras y para todo tipo de accesorios. Hablamos, cómo no, de las fibras naturales: yute, ratán, mimbre, bambú, sisal… Hay mucho donde elegir.
Si tienes pensado renovar el mobiliario del salón, apuesta por esas piezas de madera casi al natural. Si no quieres muebles nuevos, puedes conseguir un ambiente más acogedor introduciendo solo una pieza de aspecto envejecido o cualquier accesorio que te guste en alguna fibra natural, por ejemplo, una alfombra.
La luz, imprescindible en una estancia como el salón
La luz nos transmite vitalidad, alegría y bienestar. Por eso es muy importante que en el salón fluya libremente. Y, al hablar de luz, nos referimos a la natural. ¿Qué hay que hacer para conseguir ese espacio acogedor? Básicamente, eliminar cualquier obstáculo que pueda encontrar, apostar por cortinas muy ligeras y colocar los muebles de modo que esa luz pueda inundar todo el espacio. Y, en el caso de la iluminación artificial, siempre luces cálidas.
El poder de las texturas en el salón
Las texturas son muy importantes. A nivel visual, ayudan a suavizar espacios excesivamente simples o diáfanos. No temas mezclar texturas: madera, fibras naturales, tejidos orgánicos, etc. Precisamente, los textiles pueden dar mucho juego, con acabados en nudos, en pelo o supersuaves, como son sedas y terciopelos. Estos últimos tienen una ventaja añadida, ayudan a conseguir ambientes más acogedores gracias a la suavidad de su tacto.
No olvides los complementos en tu salón
Con solo unos detalles puedes transformar ese salón ahora frío en otro completamente diferente. Es el poder de los complementos. Unos cojines y un plaid en el sofá, una alfombra mullida en invierno, unas plantas ¡y verás qué diferencia! Si aún quieres dar un paso más allá, coloca unas velas aromáticas o un ambientador decorativo, no olvides que los olores también pueden resultar muy evocadores.
Pon tu toque personal al salón de tu casa
Para sentirte realmente bien en tu salón aún hará falta algo más, y es ese toque personal que lo diferencie, que lo haga tuyo. Hay miles de ideas: dar protagonismo a esa lámina o cuadro que tanto te gusta, crear un rincón especial con un sillón extracómodo, decorar una de las paredes con papel pintado, adornar algún mueble con alguna foto o un recuerdo de un viaje, etc.
Y, como consejo final, intenta que el salón esté siempre ordenado. Cualquier objeto que esté fuera de su sitio o que se amontone en mesas o estanterías solo te provocará estrés, sin olvidar que para las visitas el desorden nunca resulta agradable.