El Feng Shui busca que el estrés esté lo más lejos posible de nuestra vida y que nuestro espíritu esté en equilibrio. Esta filosofía tiene muchos adeptos, y sus expertos coinciden en que, dentro del hogar, uno de los espacios fundamentales para lograr que el orden y la armonía del hogar transmitan esa ansiada tranquilidad es el recibidor, el cual se recomienda que, independientemente de su tamaño, sea abierto y luminoso.
Este recibidor, que debe dejar que la energía positiva circule a sus anchas, es la frontera entre el mundo exterior y el interior y, debe hacerte sentir que has llegado a un sitio seguro, que estás en casa y que nada va a perturbar tu mente. Ni tu cuerpo. Para ello, los expertos en Feng Shui, recomiendan elegir muy bien no sólo los muebles y complementos que colocas en tu recibidor, sino también los colores, las formas, los elementos de decoración y la integración de mismos.
El recibidor, ese umbral donde debe quedarse fuera lo malo y dentro debe reinar la armonía
Hay momentos en la vida en la que nos damos cuenta de que ni en casa nos sentimos bien. Buscamos que nuestro hogar sea ese lugar donde el estrés y los agobios no entren, que se queden en la puerta, pero no siempre lo conseguimos. Quizá, si echamos un vistazo a nuestro recibidor, sus muebles y distribución, nos demos cuenta de que no estamos permitiendo que la armonía, el equilibrio y prosperidad traspasen el umbral de entrada de la vivienda.
Lo cierto es que muchas veces, este espacio pasa desapercibido pues, o es pequeño, o está repleto de cosas que, por nuestra salud mental no deberían estar ahí. Los expertos en Feng Shui aseguran que, a veces, estos muebles y elementos «cargan un ruido visual» que bloquea la entrada de oportunidades a tu hogar, y por ello dan algunas claves para «limpiar» en el más amplio sentido de la palabra este recibidor. Así, todo fluirá con naturalidad.
Debe ser un espacio bien delimitado, con los objetos adecuados y bien iluminado
Y es que, como señalamos antes, no importa el tamaño del recibidor, sino que lo relevante es lograr tener ese espacio de transición entre el exterior y el resto del hogar. Debe ser un espacio bien delimitado, con los objetos adecuados y bien iluminado. Y dentro de estos objetos, uno de los más importantes es, sin lugar a dudas, la puerta de entrada, aunque a veces no damos mucha cuenta de ella.
Es el portal de entrada a tu casa, a tu espacio más íntimo, a las oportunidades, y por ello hay que cuidarla. Esta puerta debe abrirse con facilidad, sin obstáculos, debe de estar en buen estado, con un manilla y unas cerraduras que funcionen correctamente. Asimismo, es muy importante incluirla en la rutina de limpieza diario del hogar, pues así lograrás cambiar la energía del interior de la casa.
La importancia del felpudo y «los guardianes» de la puerta de entrada
Los «fieles escuderos» de esta puerta de entrada son, por un lado, el felpudo, el cual la estabiliza. Debemos cuidar su mantenimiento y, a ser posible, optar por uno que no tenga ni frases, ni dibujos, ni demasiado colorido. Por otro lado, el Feng Shui recomienda colocar unos «guardianes», es decir, elementos dispuestos a ambos lados de la puerta principal, simétricos, para, como el felpudo, dar estabilidad.
Si bien la filosofía oriental usa mucho los «perros Fu», considerados como un símbolo de protección contra malos espíritus, malas energías y malas personas, otras opciones podrían ser unas macetas con lavanda o romero. Una vez que la cuestión de la puerta y los «guardianes» está controlado, toca pensar en el recibidor una vez que entramos en casa. Y este debe tener elementos que transmitan serenidad, protección y que eleven nuestra energía vital.
Ejemplos de este tipo de elementos de decoración
Estos elementos pueden ser una planta, un cuadro, una lámpara de sal, una frase motivadora o la fragancia de un ambientador o una vela. Lo que no puede faltar en este recibidor es un espejo, el cual actúa como elevador de nuestra energía. A ser posible, este espejo debe tener forma vertical, estar en buen estado y, sobre todo, que no tenga ninguna carga histórica o familiar, es decir, que no sea heredado sino nuevo.
Otros elementos importantes son el perchero, el zapatero y un mueble donde poder dejar las cosas que traigamos de la calle. Estos pueden estar dispuestos de forma separada o todos en uno, pues lo importante es tener el espacio físico que nos ayude a despojarnos de nuestras cargas. En resumen nuestro recibidor no sólo debe neutralizar las energías negativas con las que llegamos, sino también activar los sentidos para generar buena energía en el hogar.