Todos llevamos en nuestras vidas las enseñanzas protagónicas de alguna persona que definitivamente marco un antes y un después dentro de nuestra existencia y la escritora Marie Kondo no es ajena a esta afirmación. Ella afirma que su abuela paterna llamada Noriko fue una figura de gran valor en forjar su carácter personal y en ofrecer una gran emotividad en su infancia, logrando transmitir afecto, amor y comprensión hacia la creadora del método KonMari.
Además de conseguir sus primeras enseñanzas en el mundo del orden gracias a la excelente capacidad organizacional y de limpieza que la abuela ofreció desinteresadamente a Marie Kondo, enseñanzas siempre acompañadas de elegancia y grandes dosis de amabilidad para conseguir los objetivos con el menor esfuerzo y disfrutando de todos los beneficios que implica el orden cuando este se alcanza con sabiduría y felicidad.
La abuela de Marie Kondo y su apoyo a la reina del orden
La reina del orden recuerda que su abuela mantenía un método de enseñanza donde no existían las órdenes directas, siendo sus enseñanzas una especie de complicidad entre abuela y nieta. Partiendo de la doctrina de llevar a cabo las tareas con la mejor intención y cuidado para que los resultados puedan estar perfectamente ajustados a las necesidades.
La sabiduría ancestral de los abuelos hacia los nietos es muy conocida por ser efectiva y además de ello por marcar significativamente la mente y la psiquis de los niños, una especie de adoctrinamiento basado en la alta calidad de la comunicación que generalmente se consigue entre ellos, salvando las distancias generacionales y por supuesto las diferencias de edades.
Una sana influencia para lograr orden con disfrute
La doctrina de la abuela de Marie Kondo para conseguir que su nieta pudiera aprender las técnicas de orden y limpieza se basaron en crear una condición de complicidad y de particular entretenimiento, donde las órdenes directas estaban fuera de acción y mediante el uso de la organización alcanzar los objetivos con la sensación de no verlo como un trabajo o una responsabilidad.
Igualmente Marie Kondo pudo aprender lecciones importantes luego de la muerte de su abuela al descubrir que simplemente atesoraba pocas cosas, siendo esto una de las premisas del famoso método KonMari y que sin dudas es el punto fuerte (purga y minimalismo) para que el orden logre apoderarse de cada rincón de los hogares y espacios de trabajo.
Un pensamiento que se incrustó en la mente de la escritora japonesa y que no es más que el gran aprecio que debemos tener por aquellas cosas que amamos o que en definitiva ofrecen dosis de felicidad hacia nosotros. Un carisma que sin dudas resalta gracias al especial filtro y cuidado con el que se han escogido las pocas cosas con las cuales quedarte.
Un impecable sentido de orden y arreglo
La abuela de Marie Kondo predicaba con acciones y siempre manteniendo el mejor estilo posible relacionado con su look, logrando combinaciones de pañuelos en concordancia con la temporada estacional y haciendo un perfecto uso decorativo (raramente visto en la cultura japonesa) donde se mezclan texturas y colores a la perfección.
Pero la principal enseñanza de la abuela hacia Marie Kondo fue la de conseguir que la escritora pudiera cuidar lo que no se ve a simple vista, porque son espacios personales que proporcionan alegría y una sensación de bienestar al permitir mantener bolsos, armarios y tocador en perfecto estado de conservación y de orden.