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Esta es la forma correcta de utilizar cloro o lejía para ahuyentar cucarachas

Sigue estos pasos y aprende como mantener controlada la situación en caso de ver cucarachas en casa.

Puedo atrapar arañas sin miedo alguno, sujetar lagartijas sin inmutarme, sacar gusanos fuera de casa a la tierra sin asco y con mucho respeto hacia la vida y la naturaleza, pero hay un insecto que debilita mi fuerza, me vuelve totalmente vulnerable y me genera una incontrolable repulsión: la cucaracha. Y algunas veces, su aparición no tiene que ver con una mala limpieza, sino con productos incorrectos.

Los aromas dulces les atraen, por eso, utilizar sustancias limpiadoras con olor a cherry, fresa o algún otro aroma con un toque dulzón no es la mejor idea si quieres evitar su llegada. Es por eso que hoy queremos contarte cómo limpiar con cloro o lejía para ahuyentar cucarachas del hogar, un truco que no muchos conocen y que funciona de manera efectiva.

Cómo ahuyentar cucarachas limpiando con cloro en 3 pasos

Este insecto se caracteriza por aparecer de noche y esconderse de día y, por desgracia nuestra, es considerado uno de los más fuertes del planeta, por lo que deshacerse de sus infestaciones es una labor ardua. El cloro, además de desinfectar superficies, es un gran aliado para controlar las plagas, en especial de cucarachas. Úsalo de esta forma y limita su presencia a lo mínimo sin químicos demasiado nocivos:

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  1. Mezcla cloro y agua en una cubeta (la proporción recomendada es media taza de cloro —o 120 mililitros— y 2 litros de agua).
  2. Hecho lo anterior, sumerge una mopa o trapo limpio y limpia todo el suelo, en especial en zonas como el baño y la cocina.
  3. Limpia también las encimeras y áreas más inaccesibles, húmedas y oscuras dónde puedan esconderse, cómo bajo el fregadero o de los electrodomésticos.

Otra opción para aportar mayor poder al truco anterior es colocar trampas con un poco de cloro en un plato o recipiente amplio y bajo. Sitúalo en sitios donde hayas notado que las cucarachas tienen “reuniones sociales”, donde veas que instalan sus nidos o ponen sus huevos, por ejemplo, cerda de dónde haya grietas o hendiduras.

Si no te gusta esa alternativa, también puedes optar por llenar una botella con agua y cloro (la misma proporción previamente indicada) y rociar los rincones dónde habiten cucarachas. Gracias a su intenso olor, sirve como eficaz repelente casero y como un potente desinfectante ¡Así que estarás matando dos pájaros de un solo tiro!

No olvides ser precavido, pues el cloro/lejía no debe mezclarse con otras sustancias como el vinagre blanco, alcohol (de ningún tipo), ni amoniaco, mucho menos con otros repelentes químicos. ¡Podrías intoxicarte!

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