La guerra entre Ucrania y Rusia continúa mostrando sus terribles consecuencias y es que, pese a no estar inmersos directamente en el conflicto, son muchos los países europeos que están sufriendo la crisis energética. Los elevados precios del gas y la luz han provocado problemas económicos y que muchos consumidores no puedan hacer frente al pago de sus facturas.
Por eso, Alemania ha decidido dar un paso adelante y comenzar a establecer limitaciones en el precio de los combustibles necesarios para el día a día de los ciudadanos. Te explicamos todo lo que necesitas saber a continuación.
Las limitaciones impuestas por Alemania para salvar el bolsillo de sus ciudadanos
Alemania es uno de los países que más afectados se ha visto por la crisis energética que ha derivado del conflicto de Ucrania que se viene sucediendo durante los últimos meses. De hecho, han llegado al punto en el que la factura de gas de los ciudadanos casi ha triplicado el que sería su precio habitual.
Esta situación se ha convertido en algo sumamente problemático que está afectando seriamente a la economía del país y por eso el Gobierno alemán ha decidido tomar cartas en el asunto. ¿Cómo? Fijando un tope de gas tanto para los hogares como para las pequeñas o medianas empresas cuyo consumo sea inferior a los 1,5 gigavatios/hora.
Dicha propuesta, ha sido discutida por el canciller Olaf Scholz y los presidentes regionales, llegando todos a la conclusión de que lo más adecuado es rebajar el precio de este combustible a 12 céntimos por kilovatio/hora o 9,5 céntimos en el caso de la calefacción. Un consumo que va a tener que subvencionarse y, por tanto, va a requerir una inversión de alrededor de 23.000 y 33.000 millones de euros. Para establecer este precio, se ha tenido en cuenta el 80% del consumo durante el año anterior.
Esto supone un gran alivio para los consumidores, los cuales han visto como el importe de sus facturas se incrementaba de manera exponencial durante los últimos meses hasta alcanzar máximos históricos. Pensemos que, los precios actualmente en el suministro de gas germano, se sitúan en cifras de 21 céntimos por kilovatio/hora. Es decir, casi el doble de lo que el Gobierno pretende implementar próximamente.
La industria también recibirá ayudas y mejoras con el tope de gas
Pero los consumidores finales no son los únicos que se van a ver afectados por este tipo de medidas. La industria también va a conseguir mejoras, si bien es cierto que el tope de gas se incluirá a partir del año 2023 y con una duración establecida: abril de 2024. En este caso, el coste se reducirá a 7 céntimos por kilovatio/hora para una cuota básica del 70% del consumo histórico de las empresas, para lo cual se va a necesitar una financiación de cerca de 21.000 millones de euros.
Por otro lado, la electricidad también va a experimentar cambios a partir del año que viene, situándose el tope de la misma en los 40 céntimos por kilovatio/hora para una cuota básica del 80% de la previsión de consumo anual para hogares y pymes. Y, en el caso de la industria, el tope del precio será de 13 céntimos por kilovatio/hora para el 70% del consumo del año anterior.
Es decir, una inversión económica considerable que busca desahogar a los ciudadanos de los problemas económicos que están viviendo durante los últimos tiempos para así recuperar, en cierta medida, la salud de la economía germana.