Debido a su ubicación, las alfombras suelen ser los tejidos de nuestro hogar que se encuentra más expuestos al desgaste y a la acumulación de suciedad. Además, suele ser un blanco frecuente de derrames de bebidas y comida, e incluso un imán para los pelos de nuestras mascotas, y a veces, su sanitario favorito. De esta manera, con el paso del tiempo, este elemento decorativo se convierte en un almacén de migajas, pelos, polvo y, por supuesto, la casa perfecta para ciertos inquilinos desagradables: los ácaros. Por ello, es de vital importancia realizar una limpieza profunda de nuestras alfombras.
Para realizar esta tarea, existen servicios profesionales de limpieza de alfombras que cuentan con los implementos necesarios de alta potencia y productos químicos destinados a ello. No obstante, en muchos casos estos servicios no son asequibles y los productos que emplean, además de contaminar el ambiente, pueden generar alergias respiratorias o en la piel a los integrantes de nuestra familia. Ante este problema, en este articulo te presentamos una alternativa que te permitirá ahorrar dinero, tiempo y mantendrá tu alfombra limpia y bella al mismo tiempo que prolongará su vida útil. Y la mejor parte es solo necesitas un producto que de seguro tienes a la mano: bicarbonato de sodio.
Paso a paso para limpiar tu alfombra
El bicarbonato de sodio es un compuesto químico con un gran poder para desinfectar y eliminar la grasa, lo cual lo ha convertido en el favorito de muchos para llevar a cabo las tareas de aseo el nuestro hogar. En el caso de la superficie de nuestra alfombra, este producto no solo nos ayudará a eliminar malos olores y suciedad, sino que también permite avivar los colores de este tejido al mismo tiempo que suaviza sus fibras.
Así que, si deseas obtener una alfombra con aspecto fresco y renovado, solo debes poner a prueba el bicarbonato de sodio siguiendo estos sencillos pasos:
Aspira la alfombra:
Antes de iniciar, debes usar tu aspiradora para recoger la mayor cantidad de suciedad posible. Si no cuentas con este aparato, también puedes sacudir la alfombra de manera manual, solo asegúrate de usar protección para tu boca y nariz. La idea es deshacernos de las migajas, tierra y polvo que se concentran en la superficie de nuestra alfombra.
Añade bicarbonato de sodio:
Espolvorea este producto de manera generosa y uniforme sobre toda la alfombra. Puedes ayudarte usando un colador metálico o un tamizador para distribuirlo bien. Presta especial atención a aquellas áreas que suelen ser más transitadas y con manchas.
Agrega sal:
Este paso es opcional, pero, puedes potenciar el efecto del bicarbonato al agregar sal de mesa a la superficie. Esta te ayudará a reducir la humedad y eliminar malos olores de tu alfombra.
Rocía agua:
Utilizando una botella de spray repleta de agua limpia, comienza a esparcir su contenido por toda la superficie de tu alfombra. Si es agua caliente, los resultados serán mejores. Es importante no exagerar con la cantidad de agua.
Friega con ayuda de un cepillo:
Para esta acción debe utilizar un cepillo de cerdas suaves, ya que de lo contrario podría dañar la textura de la alfombra. El objetivo es frotar el bicarbonato de sodio para que se introduzca profundamente en el tejido y pueda ejercer eficazmente su labor.
Deja que actúe:
Una vez cumplido el paso anterior, debes dejar reposar la mezcla sobre el tejido durante una hora aproximadamente para que pueda actuar. Incluso, si tienes mas tiempo, es preferible dejarla durante toda la noche.
Aspira nuevamente:
Finalmente, repetiremos el paso número uno con la aspiradora, pero, esta vez, para recoger todos los residuos de bicarbonato de sodio y sal de mesa que aplicamos sobre la alfombra. Recuerda aspirar en diferentes direcciones para que la recolección de residuos sea completa ¡Y ya está! Tu alfombra quedará sin malos olores y libre de bacterias.
Es importante tener en cuenta que, si deseamos que nuestra alfombra mantenga un aspecto como nuevo al mismo tiempo que nos deshacemos de esas antiestéticas manchas y ácaros, debemos realizar este procedimiento de limpieza profunda por lo menos una vez cada tres meses.
¿Qué hacer con manchas difíciles?
Si luego de realizar la técnica anterior aún persiste la presencia de algunas manchas en tu alfombra, ya sean originadas por derrames de vino, café, comida, orina o similares, te presentamos una excelente solución aplicando un truco casero. Para ello, vas a mezclar 60 g de bicarbonato de sodio, 500 ml de agua (preferiblemente tibia) y 500 ml de vinagre blanco. Agrega la solución en una botella de rociar y agítala bien. Empezará a formar espuma, lo cual es normal. Rocía la mezcla directamente en las manchas y deja que actúe durante 10 a 15 minutos.
Transcurrido el tiempo indicado, debes retirar todos los residuos de la mezcla anterior pasando un paño húmedo cuantas veces sea necesario. Luego, seca el exceso de agua en la zona con ayuda de toallas de papel. Al finalizar, coloca la alfombra al sol o bien deja las ventanas abiertas de la estancia para acelerar el proceso de secado.