Las cualidades abrasivas del bicarbonato de sodio añaden fuerza a tus propios esfuerzos de limpieza, lo cual es aún más visible en la lechada. En ningún lugar podría aprovecharse más ese apoyo extra que en este espacio. Puedes hacer una pasta con bicarbonato de sodio y agua e inmediatamente frotar y enjuagar el área. Probablemente, todavía necesitarás un poco de fuerza, pero estos ingredientes poderosos serán tu línea de respaldo y harán todo más sencillo.
También puedes darle más poder al juego de la limpieza de lechadas con un cepillo de dientes, bicarbonato de sodio y vinagre. Este trío dinámico puede hacer que esas líneas de lechada brillen como nunca antes, especialmente en las zonas propensas a la humedad y al crecimiento de moho, como es el baño y la cocina. Si quieres conocer más detalles sobre el proceso, continúa leyendo.
¿Qué necesitaremos para limpiar la lechada con bicarbonato de sodio?
Para limpiar la lechada y dejarla como nuevo necesitará un cepillo de dientes que usas para la limpieza, bicarbonato de sodio, vinagre blanco, agua tibia y un recipiente pequeño para hacer la mezcla.
¿Cuál es el mejor método para limpiar de manera eficiente la lechada?
Mezcla el bicarbonato de sodio y el agua en un tazón o recipiente pequeño para crear una pasta. Agrega poco a poco el agua, recuerda que el bicarbonato es muy soluble y pronto tendrás una solución, lo ideal es que obtengas una pasta. Coge tu cepillo de dientes de limpieza y extiende la pasta sobre las líneas de lechada. Déjala actuar durante unos minutos mientras sigues limpiando otras tareas del hogar y luego, vierte un poco de vinagre en el cepillo de dientes y comienza a fregar las líneas de lechada.
Enjuaga el área con agua tibia para eliminar cualquier resto de pasta de bicarbonato y vinagre. Enjuaga bien y repite los pasos 2 a 4 hasta que la lechada esté limpia y brillante. Puedes seguir frotando hasta que esas líneas brillen como un diamante.
Una vez que la lechada esté fresca y limpia, enjuaga bien el área con agua tibia para eliminar cualquier residuo espumoso y burbujeante. No olvide usar guantes y gafas protectoras cuando trabajes con vinagre, y prueba este método primero en un área pequeña y discreta para asegurarte de que no dañes la integridad de la lechada. Con estos consejos, sigue adelante y limpia esa lechada con tranquilidad, ya que tendrás un resultado perfecto, rápidamente y sin mucho esfuerzo. Lo mejor es hacerlo con frecuencia para que se acumule demasiada suciedad y sea más difícil la limpieza.