Existen infinidad de herramientas de alto performance y de gran efectividad a través de las cuales apoyarse para transitar el correcto camino del orden y de la organización de los espacios, una de ellas es el color. Por su parte, Marie Kondo ha desarrollado el famoso método KonMari, con plena capacidad de lograr llevar limpieza y orden a los espacios del hogar y del trabajo, y por supuesto no es ajena a la inmensa ayuda que ofrecen las escalas cromáticas para conseguirlo.
El método KonMari de Marie Kondo basa su efectividad en la sencillez de su aplicación y en la inclinación hacia el minimalismo y la reducción de los elementos y objetos para lograr que ordenar y limpiar sea un acto reflejo y de gran facilidad. Pero igualmente reconoce la inmensa ayuda que ofrecen los colores al momento de catalogar y de ordenar los objetos que forman parte integral de la vida diaria de las personas.
Marie Kondo optimiza el orden gracias a los colores
Los espacios tienen que ser disfrutados y lograr transmitir una sensación de paz, tranquilidad, orden y limpieza para que ofrezcan una extraordinaria capacidad de influenciar una vida sana y productiva. Un orden que evidentemente es inminente para alcanzar el camino de la limpieza y por ende del éxito y que en esta oportunidad se encuentra perfectamente apoyado por una organización mediante el uso de los colores.
Los colores son emisores de formas y de sensaciones que influyen de un modo determinante en la actitud de las personas y de los espacios, son una forma extraordinaria de expresión, bastando un mismo ambiente con colores diferentes para conseguir ofrecer un cambio radical con respecto a las sensaciones que son capaces de transmitir en dependencia del color.
La organización a través de los colores según Marie Kondo
Manteniendo la unidad cromática: Cuando se utilizan los colores para ordenar o para mantener una perfecta organización de los objetos dentro de un espacio, es de suma importancia no olvidarse de la unidad cromática. Un patrón que debe ser respetado para otorgar la máxima capacidad de orden y de control a los objetos, a los elementos y a los espacios en los cuales se utilizará del color como una manera de optimizar la organización.
Esta unidad cromática permitirá que la habitación, la cocina o el salón no se conviertan en un carnaval de colores, por lo que es importante estimular el uso de la regla del 60-30-10. Es decir, el color dominante ocupará el 60% del espacio, mientras que el segundo color ocupará el 30% y por último el tercer color solo ocupará el 10%. Esta regla aplica para los objetos, así como para las cajas organizadoras, los envases y los contenedores de almacenamiento.
La limpieza y la influencia de la iluminación
Marie Kondo no es muy amante de la luminosidad descontrolada, por lo que siempre recomienda que las estancias sean pintadas de colores claros y pasteles, con ello es posible amplificar la luz natural obtenida del exterior a través de las ventanas y al mismo tiempo incrementa la sensación de limpieza y de orden de los espacios, por lo que es un concepto a tener en consideración.
Los colores y la sensación de estrés
Más allá del aspecto organizacional de los objetos y de los elementos de un determinado espacio u hogar, los colores son fundamentales para luchar contra el estrés, esto se debe en gran medida a su plena capacidad para transmitir sensaciones, por lo que siempre se deben tomar en consideración sus cualidades: de allí que el blanco sea perfecto para transmitir calma, equilibrio y limpieza, mientras que el naranja es sinónimo de energía, vigor y estimulo mental.
El azul denota profundidad, potencia y seguridad; el amarillo es capaz de generar positivismo y alegría; el negro es parte fundamental de la elegancia, del misterio y de la formalidad. Pero para situaciones de calma, calidez y pasividad nada mejor que el rosa, y si requieres de estabilidad y frescura, el verde es el color indicado; finalmente el rojo es perfecto para generar una sensación ceremonial, así como de fuego, fiesta o pasión.
En la búsqueda de la combinación perfecta
Aunque es evidente que el gusto por los colores es una cuestión personal, existen combinaciones ganadoras y capaces de ser de máxima ayuda para ser empleadas al momento de ordenar y limpiar una casa y además transmitir las más óptimas sensaciones de tranquilidad. Por lo que siguiendo la regla del 60-30-10 se debería de utilizar el blanco (60%) un tono madera (30%) y un color potente del gusto personal como el rojo, el verde o el azul para el restante (10%).
Una combinación perfecta porque te permite cambiar el tono del ambiente solo con modificar el último parámetro (10%), ya que el restante 90% se encuentra conformado por una combinación que se inclina hacia los colores neutros y que en definitiva no afectarán de un modo directo y drástico la cromática general y decorativa del ambiente.