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Aplica estos 5 trucos si quieres ahorrar en la factura del gas

La calefacción, la cocina de gas, el agua caliente… Optimiza su consumo al máximo para no gastar mucho dinero.

Cuando los días son muy fríos, es inevitable encender la calefacción durante mucho tiempo para que nuestro hogar se caliente. Normalmente da resultado y estamos muy a gusto, pero algunas veces no somos conscientes del nivel de gas que estamos utilizando.

Este consumo excesivo hace que la factura del gas sea muy cuantiosa, y a lo mejor no nos podemos permitir grandes gastos durante un mes en concreto. Si te sientes representada o representado, a continuación te daremos algunos trucos muy útiles para que ahorres en esta factura y no pagues de más.

Cómo ahorrar en la factura del gas

Hay muchísimos trucos y métodos inventados para esto, y todos ellos los puedes encontrar en Internet. Sin embargo, en esta sección queremos facilitarte las cosas, pues te presentaremos los que consideramos más efectivos:

factura gas

Usa la calefacción de forma óptima

Hemos hecho referencia a la calefacción en la introducción por un motivo sencillo, y es que es el factor que más influye en la factura de gas. Esto se debe a que, como es natural, posicionamos nuestra comodidad en el hogar por encima de cualquier otra cosa. Sin embargo, este consumo exagerado, además de insostenible, nos puede llevar a pagar una gran cantidad de dinero cuando llegue el recibo.

Lo ideal para que esto no te suceda es que mantengas la temperatura entre los 19 y los 21 grados centígrados durante el día y entre los 15 y los 17 durante la noche. No vayas en camiseta por la casa: utiliza manga larga para que no te sea tan necesario encender la calefacción. Una opción muy recomendable es adquirir un termostato inteligente, ya que es capaz de establecer la temperatura óptima de forma automática y de programar la calefacción hasta una hora antes de que llegues a casa. De esta manera, cuando llegues no te hará falta encenderla.

Aprovecha el sol

Este truco no solo te permitirá ahorrar en gas, sino también en luz. Solo tienes que subir las persianas durante el día para dejar que el sol, que es la fuente de calor natural más intensa del mundo, penetre y caliente tu hogar.

También te aconsejamos no ventilar las habitaciones ni a primera ni a última hora del día, pues es cuando más frío puede llegar a entrar en tu domicilio. En invierno y, en general, en cualquier día del año en el que haga más frío del habitual, basta con ventilar durante solo 5 o 10 minutos.

Coloca el grifo en posición de agua fría

Este truco seguramente te sorprenda, pero tiene una explicación fácil de comprender. Cuando giras la manija del grifo para que salga agua caliente, aunque no lo estés usando, provocas que el calentador se encienda, y esto genera consumo de gas.

Por lo tanto, deja las manijas orientadas de tal manera que saldrá agua fría si abres el grifo cuando no lo estés usando. Así te asegurarás de que gastas dinero únicamente en la cantidad exacta de agua caliente que necesitas. También es recomendable cerrar el grifo mientras te lavas los dientes, te enjabonas en la ducha… para no gastar de más.

Cambia baños por duchas

Sabemos que es tentador llenar una bañera de agua caliente cuando hace mucho frío para relajarnos. Sin embargo, debemos resistir dicha tentación si queremos ahorrar dinero en la factura del gas. Por lo tanto, es mejor cambiar los largos y relajantes baños por duchas más bien cortas.

Además, la temperatura del agua que utilices para asearte no deberá superar los 30-35 grados centígrados. Cuanto más aumentes la temperatura, más gas estarás consumiendo, y por tanto más pagarás cuando te llegue el recibo a tu casa.

Utiliza tu lavadora y tu cocina de gas eficientemente

Cuando vayas a poner la lavadora, es mejor que apliques lavados de agua fría siempre que puedas. No es necesario utilizar agua muy caliente si la ropa no está muy sucia. Si simplemente está sudada, por ejemplo, no hace falta que uses agua caliente.

Si tienes una cocina de gas, algunos trucos que puedes aplicar son: tapar las ollas cuando estés cocinando para reducir el tiempo de cocción, apagar la cocina antes con el fin de usar el calor residual para rematar el cocinado de los platos… También debes usar ollas y sartenes que encajen con el tamaño de la fuente de calor. Si el recipiente es demasiado pequeño, lo desperdiciarás.

 

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