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La verdad sobre las emisiones de carbono de tus paneles solares

La energía solar está considerada como un sistema alternativo de energía limpia.

La energía solar es baja en emisiones de carbono

Las energías renovables como el sol y el viento se presentan como las salvadoras del medioambiente al ser capaces de entregar todo su potencial mientras reducen de un modo fehaciente la huella de carbono. De allí que la energía solar sea una de las más adecuadas para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables en gran medida del calentamiento global y del cambio climático que se vive en el planeta tierra.

Aunque la energía solar es renovable, barata y limpia, es imposible desligarla por completo de las dañinas emisiones de carbono, porque sin lugar a dudas cualquier cambio o acción que llevemos a cabo relacionado con las energías generara una huella de carbono. Ahora bien, esta huella es menor en comparación con las energías provenientes de los combustibles fósiles y por ende su daño es mucho más llevadero y minúsculo.

La energía solar y las emisiones de carbono

Estas emisiones son de gran importancia debido a que están implícitas en la producción y uso de las energías, que aunque sean renovables y limpias, siempre tendrán sobre si algo de responsabilidad con relación a la generación de emisiones de carbono. Generalmente, estas emisiones tienen que ver con los procesos relacionados con la producción y fabricación de los componentes y equipos necesarios para una instalación solar fotovoltaica.

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Ofrecen una excelente protección al medioambiente

Con la gran diferencia y ventaja de que la energía solar no produce ningún tipo de emisión dañina mientras está generando energía a partir de la radiación solar, de allí que sean un componente primordial hacia la implementación de una adecuada transición hacia energías limpias y que además mantengan el plus de generar ahorros en la facturación eléctrica.

Energía solar renovable y cada día menos contaminante

Las etapas previas a la instalación, como por ejemplo la producción de los equipos de energía solar, son las que producen ciertas emisiones de carbono, estas van desde la extracción de minerales, tierras raras y metales hasta la misma producción de los paneles solares, incluidos el transporte de las materias primas y de los paneles de energía solar ya construidos.

La fabricación de los paneles solares implica el uso de productos químicos, electricidad y mucho calor para lograr producir las células fotovoltaicas que generalmente están fabricadas a partir de silicio. Un material que requiere de unos impresionantes 1.414 grados centígrados para lograr fundirse y que por ende requiere de procesos complejos y generadores de emisiones de carbono y de gases de efecto invernadero.

Entre los gases contaminantes liberados a la atmosfera por este proceso es posible nombrar al óxido de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SO2) y una gran cantidad de compuestos orgánicos volátiles acompañados de multitud de dañinas y peligrosas partículas. Además de emplear muchos metales preciosos como la plata, el telurio, el cobre y por supuesto el litio para lograr la construcción de las baterías de almacenamiento de energía.

La energía solar es más ecológica que los combustibles fósiles

De allí que sea indudable que la extracción de todas estas sustancias y metales genere importantes emisiones de gases de efecto invernadero y que además produzca una contaminación del agua, suelo y aire. Sin dejar de lado las importantes mejoras tecnológicas que en materia de extracción se han logrado, pero que al final del proceso aún siguen manteniendo una elevada preocupación para los conocedores del tema de la contaminación.

La contaminación basada en el tipo de célula fotovoltaica

En la actualidad el estándar indica que existen un par de modelos o tipos de células de energía solar que son las que mantienen acaparado el uso mundial. Las monocristalinas que están construidas a partir de una única pieza de silicio cortada en pequeñas y finas capas y que son las más comunes y las de mayor eficacia en la producción de energía a través de la radiación solar.

Estas son las que producen mayores emisiones porque se requiere fabricar cristales de silicio de un modo individual, en contraparte están las células solares policristalinas que requieren de la fusión de varios cristales de silicio, por lo que el uso de energía es menor y esto reduce los efectos de producción de emisiones de carbono.

En términos comparativos, la energía solar es capaz de generar emisiones 20 veces menores que las producidas por los combustibles fósiles, como por ejemplo el carbón. Los paneles de energía solar deben estar al menos trabajando y generando electricidad por 3 años para compensar la huella de carbono de su elaboración, lo que no supone ningún tipo de problemas dada la larga vida útil de los mismos que generalmente supera los 20 años.

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