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Lista de errores que cometes al limpiar que te hacen perder dinero, tiempo y energía

Puede que sin darte cuenta estés limpiando incorrectamente tu hogar y pierdas más tiempo y esfuerzo del que deberías.

En algunos casos, las tareas domésticas son un verdadero dolor de cabeza que no te deja tiempo suficiente para desenvolverte en otras áreas de la vida (como trabajar o estudiar, por ejemplo). Sin embargo, a pesar de la flojera, es necesaria y esencial para mantener un aura pulcra, evitar alergias por exceso de polvo y nidos de bacterias por doquier.

Además, es inevitable la extraña sensación de que “algo” no quedó tan limpio como debería (a pesar de gastar horas en ello) por lo que hay que limpiarlo nuevamente en varias ocasiones, gastar más productos de limpieza (innecesariamente) y atrasar las demás labores diarias.

Si estás pasando por una situación similar, quizás estás cometiendo alguna equivocación en tu rutina de limpieza que dificulta el trabajo. Yo los repetía una y otra vez sin saberlo hasta que decidí investigar y me topé con los errores más frecuentes al limpiar. Sigue leyendo y conoce cómo ahorrar tiempo, esfuerzo y dinero limpiando.

Y si estás en la búsqueda de métodos para distribuir el tiempo de manera óptima, estas claves para limpiar la casa en 3 horas sin esforzarte mucho son perfectas para ti.

Evita estos errores en tu rutina de limpieza

Habitualmente surgen dudas al limpiar que decidimos ignorar por pereza o descuido, como si cualquier producto es adecuado para desinfectar el baño, cuál es la manera correcta de lavar el suelo o si se debe barrer o sacudir el polvo primero. En mi caso, tenía muchas interrogantes del porqué pasaba tantas horas sólo con el mantenimiento de mi casa y al leer un poco acerca de ello, me di cuenta de lo que hacía mal y de que estos son los errores más comunes al limpiar que te roban tu dinero y te hacen sentir cansado/a:

Limpiar y no secar

Bien sea el suelo luego de limpiarlo con un paño mojado, los cristales de las ventanas, el espejo, las puertas de la ducha o los espejos, lo adecuado es secarlos con una bayeta de microfibra seca (o una mopa suave si se trata del suelo) para eliminar todos los productos de limpieza residuales luego de haberlos limpiado. Si no lo haces, será un trabajo perdido, pues las marcas de la humedad se marcarán sobre ello.

secar superficie con trapo

No dejar que el producto de limpieza haga su efecto

Si tu intención es que el desengrasante remueva la grasa adherida y que el desinfectante elimine las bacterias y gérmenes ¡Dales tiempo para que actúen! Lee siempre las etiquetas y conoce el modo de uso idóneo para que haga su función eficazmente.

Asimismo, evita caer en el error garrafal de pensar que todos los productos sirven para desinfectar superficies, pues no es así. Cada uno tiene una función y si no quieres estropear una superficie delicada, asegúrate de que realmente es apropiado.

Finalmente, no eches más cantidad producto del que deberías o de la proporción especificada en las instrucciones de la etiqueta, pues esto no hará que los resultados sean mejores o que “ahorres tiempo”, más bien ocurre lo contrario y tardarás más tiempo para eliminar los restos, especialmente si se trata de jabón para lavar, friegasuelos o limpiador de cristales.

No limpiar la lavadora o lavavajillas

Si, aunque estos electrodomésticos básicamente tienen la función de “limpiar” bien sea ropa o utensilios de cocina, es necesario higienizarlos cada cierto tiempo para alargar su vida útil y garantizar un óptimo funcionamiento.

En el lavavajillas, por ejemplo, se acumulan restos de comida en el filtro, a la vez que alojan miles de bacterias. De esta forma los platos y cubiertos no se lavan correctamente y se corre el riesgo de que el aparato se dañe. Por otro lado, si la lavadora no se limpia cada cierto tiempo (incluyendo el filtro) la ropa saldrá con mal olor y hasta con manchas inexplicables.

Igualmente, debes vaciar el depósito de la aspiradora del polvo, pelo y pelusa acumulado para evitar que se recaliente y pierda potencia. Aunado a ello, esporádicamente limpia el interior de los filtros con agua fría y un paño humedecido en vinagre.

Verter el producto directamente sobre la superficie

Si el fabricante no recomienda una aplicación directa, esta es una equivocación que las personas repiten y repiten incansablemente, sin saber que están ocasionando un daño terrible para la superficie (sobre todo cuando es aplicado en el suelo). Rocía con ayuda de un pulverizador o atomizador el trapo, mopa o estropajo y con él realiza la limpieza, así evitarás usar más de lo debido y previenes manchas futuras.

No lavar el cepillo del inodoro, los estropajos y paños al terminar de limpiar

Una vez llegues al final de la rutina de limpieza, es vital que se desinfecten los instrumentos usados y se dejen secar al sol para prevenir focos de microorganismos y humedad que causen mal olor o una sensación pegajosa e incómoda. Además de cuidar tu salud y la de tu familia, estarías alargando su vida útil.

Sacudir el polvo empezando por la parte inferior

¿Limpias la mesa del comedor de madera empezando por las patas? ¡No lo sigas haciendo! Puesto que estarías acumulando el polvo que cae de la parte superior a la inferior recién limpiada. Esto aplica en cualquier situación, desde encimeras, gabinetes y habitaciones enteras. Lo ideal es hacerlo de arriba abajo y remover la suciedad en el lugar.

Si se trata de una estancia, limpia primero las ventanas y cuadros, baja por el comedor, mesas o muebles y culmina con las alfombras y el suelo en general.

Nota: No recomendamos usar el plumero ¿La razón? En vez de atrapar el polvo, lo mueven y lo van esparciendo de un lado a otro. La solución es usar paños o bayetas de microfibra.

Usar la misma bayeta o trapo para todo tipo de limpieza

¡Esta es una metida de pata apoteósica! Imagina por un momento limpiar el espejo con la misma bayeta que la cocina; si, un desastre total en el que arrastras bacterias y gérmenes de un lugar a otro. Para cada área del logar ten un trapo específico, es decir, uno para el cuarto de baño, para las encimeras, para los muebles de madera, los espejos los cristales y así como cada zona de la casa. Al terminar de limpiar a fondo tu hogar, llévalos todos a la lavadora y lávalos con un poco de lejía, sécalos al sol por varias horas ¡Y listo!

Dejar todo para después

¿Se derramó un poco de café en el suelo? Luego lo trapeo. ¿Las cacerolas y utensilios se acumulan en el fregadero? Al terminar de cocinar los enjuago. ¿Se salpicaron los azulejos de grasa? Mañana los limpio ¡Detente! Atrasar las tareas simples desencadena un caos a largo plazo.

Si se ha derramado algo en el suelo o la mesa, límpialo inmediatamente para que no se presenten manchas complicadas después. Si ya hay una montaña de platos, cuchillos e instrumentos de cocina, no esperes a terminar de comer para lavarlos, mientras la comida se va cocinando a fuego medio, ve enjuagándolos poco a poco. Si los azulejos se han salpicado de aceite, con un paño húmedo y unas gotas de limón, frota rápidamente para prevenir que se adhieran.

Recuerda que el primer paso para usar correctamente un producto de limpieza es leer las instrucciones, ante todo. Por eso, el principal error es no hacerlo y aplicarlo por doquier sin estar seguro/a de sus consecuencias, si puede dañar algún material, dejar marcas o si causa reacción tóxica si se combina con otro químico (como es el caso de la lejía y el amoniaco).

No olvides que cada producto está formulado para cumplir una función determinada. La lejía desinfecta, el jabón multiuso es para mantenimiento, el desengrasante para arrancar la grasa, y así sucesivamente. ¡Y no sigas perdiendo dinero, tiempo y energía limpiando demás!

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