Loading...

Europa hoy día consume cuatro veces menos gas ruso de efecto invernadero que antes de la guerra

El presidente Pedro Sánchez estima que las aportaciones de gas ruso para Europa están en un 10 % como mucho

A ocho meses del estallido de la guerra en Ucrania debido a la invasión de Rusia, el consumo del gas de efecto invernadero ruso por parte de los países de Europa ha disminuido en cuatro veces. Una afirmación que el presidente del Gobierno español pedro Sánchez ha hecho en un acto público acontecido en la ciudad de Soria. Además de ser categórico al asegurar que el presidente Putin utiliza los recursos energéticos como un arma contra todo el continente europeo.

Un gas de efecto invernadero que ve su oferta cortada hacia todos los países consumidores de este gas ruso y que evidentemente supone un desenlace donde la subida de los precios es inminente. Así como provocar que todos los países dependientes de esta energía hayan tenido que buscar desesperadamente sustitutos y nuevos proveedores internacionales de cara al invierno que se acerca, pasando Rusia de suplir el 40 % del gas de Europa a solo el 10 % actual.

Europa disminuye el consumo de gas ruso

La salida al mercado internacional para conseguir nuevas alternativas no ha sido una decisión fácil, porque además del aumento de precios, se necesitan de muchas adecuaciones industriales para el cambio de combustible o en su defecto nuevos contratos. Suponiendo un efecto domino en todas estas economías que apenas están en franca recuperación luego de los fatídicos días de pandemia global.

combustible fosil dependencia europa

Las energías renovables han sido una apuesta formulada por España para que el autoconsumo pueda convertirse en una solución lo más rápido posible, logrando que la dependencia energética extranjera disminuya y mirando hacia un futuro mucho más amigable con el medio ambiente, lo que supondría además que se logren las estimaciones basadas con respecto al cambio climático para el año 2030.

Sánchez también ha sido enfático al asegurar que en los últimos 4 años ya España había tomado el rumbo de conseguir elevar la capacidad instalada de energía eólica en 12 veces y la fotovoltaica en unos impresionantes 142. Lo que contrasta con la anterior administración, que gracias a su nefasto impuesto al sol logró que el proceso natural de democratización de la energía se haya frenado de un modo impresionante, significando grandes atrasos en esta materia.

El gas de efecto invernadero: Un mal que aún es necesario

Si bien las energías renovables deben ocupar un puesto destacado y privilegiado en todo el consumo mundial, es obvio que las energías provenientes de los combustibles fósiles como el gas natural, que al mismo tiempo es un gas de efecto invernadero, aún forman y formaran parte importante de la energía necesaria a nivel mundial para los próximos tiempos.

Este tipo de gas compuesto principalmente por metano es causante directo de todos los problemas acontecidos por su efecto invernadero y es importante recordar que además puede contener otros tipos de alcanos y pequeños porcentajes de nitrógeno, helio, dióxido de carbono y ácido sulfhídrico; que sin dudas también aportan un grano de arena en su efecto contaminante del medio ambiente y en el calentamiento global.

Un combustible fósil que se extrae de las profundidades terrestres y que para su correcta y eficiente extracción es necesario llevar a cabo una serie de perforación y procesos químicos para finalmente ser transportado mediante gaseoductos hasta su destino final. De allí que sea ampliamente utilizado para la calefacción de los hogares a nivel mundial y que además se haya empleado como combustible y carburante para los coches.

Una dependencia que ahora está pasando factura gracias a que su bajo valor y su facilidad de transporte permitieron que muchos de los países europeos dependieran casi que exclusivamente del confiable, cercano y barato gas ruso y que en efecto y gracias a estos tiempos de guerra y coaliciones se han presentado los escenarios actuales, donde Rusia utiliza este precioso recurso energético como un arma de doble filo y de presión internacional.

Salir de la versión móvil