El oído es una de las partes más sensibles del cuerpo humano. Por lo mismo es necesario prestar atención a los métodos de higiene empleados para mantenerlo limpio y saludable. Es que hoy en día surgen cada vez más técnicas de limpieza en casa para eliminar el exceso de cerumen, pero lo cierto del caso es que algunas resultan poco efectivas y hasta peligrosas. En La Mansión de las Ideas queremos ofrecer algunos consejos útiles para hacer que el procedimiento sea seguro, por lo que necesitarás de un producto adecuado y mecanismos que en verdad ayuden a lograr el objetivo.
La forma correcta para limpiar tus oídos
Si quieres emplear un procedimiento útil en el hogar para que tus oídos estén limpios, entonces presta mucha atención y aprende la forma adecuada para realizar el trabajo.
1. Haz el trabajo mientras permaneces en la ducha
La mayoría de los especialistas concuerda en que el mejor momento para hacer higiene a los oídos es durante la ducha. Es justo en ese momento que la piel se encuentra húmeda, lo que simplifica la tarea. Permite que el agua ingresar ligeramente hasta el oído y para ello tendrás que inclinar un poco la cabeza. Al cabo de unos minutos, incorpora la cabeza y notarás cómo el agua corre con restos de cera blanquecida. El siguiente paso es utilizar un pedazo de algodón para retirar algunos pocos restos de suciedad.
2. Evita los bastoncillos
Aunque el uso de los bastoncillos se ha popularizado creyendo que se trata de un método útil, lo cierto del caso es que resulta contraproducente. Esto hará que el cerumen se compacte más al fondo del oído, haciendo mucho más difícil expulsarlo. Además, el hecho de que no estés mirando lo que haces podría traer graves consecuencias como heridas en la zona interna, sordera, perforaciones comprometedoras e infecciones.
3. Utiliza difusores de agua marina
¿Quieres una técnica eficaz para erradicar el cerumen? Los profesionales coinciden en que el uso de agua marina a través de difusores es una buena idea. Este líquido ablandará el tapón de cera, a la vez que estará eliminado de a poco la suciedad.
4. ¿Objetos punzantes? Jamás
Si quieres evitar un accidente y conservar la salud del oído, entonces evita introducir objetos punzantes. Al igual que los bastoncillos, arrastrarán el cerumen más hacia el fondo y causarían heridas en el interior, cuyo tratamiento requerirá una visita segura al médico.
5. No olvides limpiar el exterior del oído
También es importante prestar mucha atención al pabellón externo de la oreja. Pero esta zona es mucho más fácil de limpiar, pues requerirá de un tejido humedecido para completar exitosamente el procedimiento. Hacerlo es bastante sencillo, pues solo tendrás que limpiar la superficie que tus dedos permitan alcanzar.
6. No limpies todos los días
Hay quienes consideran que llevar a cabo el proceso de limpieza de tus oídos todos los días es una buena idea. Pero no hay nada más erróneo que esto. Los expertos aconsejan que puedes hacerlo por lo menos dos veces a la semana. Aunque desagradable, el cerumen es parte esencial del organismo, pues evita la entrada de polvo, basura o microorganismos que podrían afectar severamente la salud. La intención es limpiar el excedente y no erradicarlo por completo.
7. Trata de no abusar con los auriculares
Cascos o auriculares son indispensables para escuchar audios y eso lo sabemos. Pero lo que tal vez desconocemos es que el uso excesivo de estos aparatos podrían generar daños graves a la salud auditiva. Además, ayudan a la proliferación de cerumen y otra suciedad. Por tal motivo, es recomendable no abusar de este tipo de dispositivos.
8. Consulta al médico de confianza
Seguramente por más que limpias tus oídos, has notado una aparición excesiva de cera. Además, sufres de algunas enfermedades causadas por esta sustancia. De ser este tu caso, lo mejor que puedes hacer es visitar al médico de confianza y pedir una evaluación exhaustiva. No solamente serás diagnosticado, sino que serás sometido al tratamiento más adecuado para mitigar el problema.
Tus oídos requieren cuidados y una limpieza absoluta para mantenerlos sanos. Pero hay que tener cuidado con el procedimiento utilizado, si no quieres fallar en el intento. No hay dudas de que el cuerpo es un templo y como tal hay que mantenerlo, por eso también debes conocer cómo proteger tu piel del sol y evitar daños generados por la exposición prolongada a los rayos UV.