La calefacción es un sistema necesario en la mayor parte de las viviendas durante la época de invierno, ya que nos permite manejarnos con las temperaturas más bajas, pero durante los últimos meses también se ha convertido en una preocupación.
Y es que, en un contexto de crisis energética en el que el precio de los combustibles se ha duplicado, la calefacción nos cuesta cada vez más. Pero, ¿hasta qué punto influye la temperatura a la cual la pongamos? Te lo explicamos en detalle a continuación, así que continúa leyendo.
Aumentar un grado puede influir seriamente en lo que pagas a final de mes
A todos nos gusta estar calentitos en invierno, especialmente si no somos demasiado amantes del frío, pero no nos gusta tanto la repercusión económica que puede tener este hecho.
Y debemos saber que, una de las cosas que afecta directamente al hecho de que paguemos más o menos por nuestra calefacción, es la temperatura a la cual ponemos la misma. Porque, por si no lo sabías, cada grado cuenta.
Pero, ¿cuánto más consume al subir un grado la temperatura? Iberdrola ha sido una de las compañías que se han pronunciado al respecto, indicando en un informe que cada grado que subimos la temperatura de nuestra calefacción puede suponer entre un 7 y un 11% más en nuestra factura.
Es decir, simplemente por el hecho de pasar de una temperatura de 21 a 22 °C, podemos estar encareciendo nuestra factura de manera considerable, por lo que imagínate si encima la subimos varios grados, este importe podría incluso duplicarse.
Esta es la temperatura adecuada si no quieres gastar de más en tu casa
Hasta ahora hemos visto lo que supone poner grados de más en el termostato y cómo nos puede repercutir económicamente, pero nos queda conocer cuál es la temperatura correcta para evitar este gasto.
En este sentido, y teniendo en cuenta que esto va a variar dependiendo de diversos factores, lo más aconsejable es situar nuestro termostato entre 19 y 21 grados, lo que se considera una temperatura confortable.
Pero, además de en la temperatura, la clave está en el hecho de mantener la misma de la manera más estable posible porque, cada vez que realizamos cambios de grados, se producen picos de consumo que también van a afectar al cómputo global que pagamos a final de mes.
Otras formas de mantenerse caliente en casa
Como ves, mantener nuestra calefacción a una temperatura estable y no demasiado elevada es lo ideal, siendo la misma adecuada para no pasar frío.
No obstante, si eres muy friolero, te dejamos algunas alternativas con las cuales puedes calentarte sin necesidad de tener que subir la temperatura de tu calefacción:
- Abrígate adecuadamente: usar ropa de abrigo, calcetines gruesos, gorros y guantes puede mantener nuestro cuerpo caliente.
- Utiliza mantas y edredones: al cubrirnos con mantas y edredones podemos mantener nuestra temperatura corporal, especialmente cuando estamos durmiendo. Además, así podremos bajar aún más la temperatura de nuestra calefacción por las noches.
- Toma bebidas calientes: puedes beber té, café, chocolate caliente o sopas calientes, ya que esto te ayudará a elevar la temperatura corporal cuando te encuentres más destemplado.
- Aprovecha la luz solar: Finalmente, también es interesante que abras las cortinas durante el día para permitir que la luz solar caliente la habitación y las cierres por la noche para evitar que se escape el calor acumulado. De esta forma conseguirás evitar la humedad a la vez que mantienes la temperatura de tu vivienda estable.
Esperamos que este artículo te haya resultado útil para entender cómo afecta el manejo de tu sistema de calefacción a la factura de suministros y de qué forma puedes reducirlo para ahorrar más.