Podría decirse que, en la actualidad, pasamos el 90% del tiempo en lugares interiores. Los domicilios y los lugares de trabajo se han convertido en el hábitat natural de la población, un hábitat que no siempre es saludable. Son muchos los factores que influyen en que un lugar lo sea o no, caso de la calidad del aire interior, el confort térmico y acústico o la calidad de la iluminación, especialmente de la natural. Pero además, es especialmente importante el tipo de mobiliario que incorporamos a nuestras viviendas y sobre todo a nuestros lugares de trabajo.
Esto no solo debe preocupar a los trabajadores, sino también a las propias empresas, ya que el estado de ánimo de los empleados influye, y mucho, en su creatividad y productividad, y por ello, en la rentabilidad y competitividad de la empresa. Es por ello que tanto estas como los consumidores se están poniendo las pilas para crear un mundo más verde y ecológico, y ya no es extraño oír hablar de la moda, la alimentación o la cosmética ecológica, así como la decoración del hogar. Sin duda alguna, en los últimos años, ha crecido el uso del «fenómeno Green House».
¿En qué consiste el «fenómeno Green House»?
El futuro depara muebles más sostenibles, con certificados de calidad y que respetan el medioambiente. La concienciación social por la sostenibilidad es cada vez más grande., y los consumidores desean adquirir productos respetuosos con el medio. Es el denominado «fenómeno Green House». La mentalidad de la población ha cambiado y los productores deben de adaptarse a estas normas éticas cuanto antes. Y es que este respeto por el medioambiente es un compromiso que deben adquirir las empresas, los fabricantes y los consumidores, con el objetivo de optimizar la salud del planeta.
Con este fin, encontrar marcas de muebles que fabrican con las garantías de sostenibilidad es fundamental. Por si no se tiene claro, para que una pieza de mobiliario adquiera la categoría de ecológica deben cumplirse algunos factores importantes, siendo necesario revisar los certificados asociados a la fabricación de muebles. Por un lado, durante el proceso de elaboración, la fábrica que lo hace tiene que cumplir con los parámetros de sostenibilidad exigidos. Para ello, es importante el uso de materias primas certificadas, que hayan sido obtenidas bajo buenas prácticas.
Respecto a la vida útil del mueble, uno ecológico y sostenible dura mucho tiempo. Por lo tanto, está completamente alejado de la producción en cadena. Lo ideal es adquirir muebles que sigan el modelo de economía circular, pues minimizan el impacto ambiental en la fabricación y en su reutilización o reciclado. Además, debe perseguirse un modelo de diseño y producción que esté enfocado en la nula generación de residuos, así como poner en valor la polivalencia o la multifuncionalidad de los muebles, eligiendo diseños que puedan sernos útiles en varias partes de la casa o que puedan renovarse para darle una nueva vida.
A la hora de escoger los materiales de fabricación, la tendencia es ir descartando aquellos poco respetuosos en pro de fabricar con materias primas sostenibles, como las que tienen un origen completamente natural. Entre los materiales de fibras de origen vegetal están: ratán, mimbre, esparto, algodón o bambú; entre los de fibras de origen animal destacan, entre otros, la lana y la seda; y entre los materiales de fibras de origen mineral destacan el hierro o la piedra.
Para elegir muebles que hayan sido elaborados de forma ecológica, una buena práctica es pedir o buscar información sobre el consumo energético o los desechos de su fabricación. También, será importante fijarse en el proceso de acabado de los muebles. Para la elaboración del mobiliario, se acostumbran a usar pinturas, barnices, disolventes o adhesivos que son contaminantes y que ponen en riesgo la salud de los trabajadores que los fabrican. Los expertos señalan que es altamente aconsejable adquirir aquellos muebles en los que se han usado barnices al agua, cera natural, aceites naturales y pinturas a la caseína.
Certificados de sostenibilidad
Una garantía de sostenibilidad en la fabricación, producción y venta de muebles es contar con certificaciones claras al respecto como el PEFC. Este certificado garantiza la calidad y el origen de la materia prima forestal y la gestión sostenible del bosque del que se ha extraído. Además, avala la cadena de custodia de la madera, con el objetivo de asegurar que todo el proceso cumple con los estándares necesarios para garantizar que un mueble respeta el medioambiente.
También hay otro tipo de certificaciones como WELL, la cual evalúa como de saludable es un edificio, y que tiene en cuenta varios factores que afectan a la calidad de las zonas de trabajo. Cuestiones entre las que se encuentran la calidad del aire, la calidad de la luz, ya sea natural – lo más deseable- o artificial; el confort acústico y el confort físico, quizá el más sencillo de controlar pues, únicamente son necesarias una buena mesa y una buena silla, han de tenerse en mente. Ya se sabe que un buen diseño de las zonas de trabajo debe evitar ruidos indeseados y reverberaciones y limitar los decibelios.
Destacar asimismo que el embalaje o packaging de un mueble también puede favorecer la sostenibilidad, por ello es importante confiar en empresas que recurren a materiales no contaminantes y respetuosos para embalar sus productos. Y recuerda: los muebles ecológicos son aquellos que emplean materiales reciclados o de producción sostenible y usan los medios de transporte de una forma eficiente: desde la planificación de las rutas de reparto hasta el aprovechamiento del espacio. Es una muy buena idea adquirir muebles de fabricación local, ya que comprando productos de proximidad también fomentamos el crecimiento económico de nuestro barrio, ciudad o región. Y es que apostar por la sostenibilidad en la compra de muebles es fundamental para garantizar la buena salud del planeta.