La porcelana es uno de los materiales más usados en utensilios y objetos decorativos del hogar, es reconocida por su dureza, soportar pesos elevados por horas, excelente densidad, mínima porosidad, bajo nivel de absorción, impermeabilidad, y, sin duda, por su aspecto tan bonito y su tacto suave. Es resistente a reactivos y compuestos químicos de limpieza, sin embargo, es vital limpiarla de manera adecuada para presentar su óptima apariencia y brillo.
Ya te contamos la forma de limpiar y desmanchar tazas de café/té, hoy queremos revelarte cómo limpiar la porcelana correctamente indiferentemente donde se encuentre y sin utilizar productos químicos tóxicos. Conoce cuáles son las alternativas naturales para su aseo y cómo aprovecharlos al máximo para la limpieza de zonas como la cocina o el cuarto de baño donde tanta suciedad y grasa se concentra. ¡Presta atención que esto te interesa!
Cómo limpiar la porcelana y hacerla brillar con 3 ingredientes
El origen de la porcelana proviene de la arcilla endurecida con fuego, y puedes encontrarla objetos de la cocina como tazas, platos y teteras, como partes del baño como el inodoro, el lavabo e incluso la bañera. Si bien es bastante duradera y soporta bastante peso, es primordial limpiarla con sustancias que no la maltraten ni frotar con estropajos metálicos que la rayen.
El truco casero más recomendado es emplear vinagre blanco y el bicarbonato de sodio, una dupla ideal para arrancar mugre, desmanchar, desinfectar, neutralizar olores molestos y abrillantar superficies. Así que, si tu objetivo es aprender cómo blanquear la porcelana y limpiar la loza manchada, toma nota de este procedimiento que además de ser eficaz, es muy fácil y económico:
- Antes que nada, es indispensable quitar el polvo y cualquier partícula residual sólida. Para ello, humedece con agua una bayeta de microfibra y pásalo suavemente sobre la superficie. Ten en cuenta que este tipo de trapos son lo idea, ya que recogen mejor sucio y no moverlo de un lado a otro. Si es necesario, con un cepillo de cerdas suaves extrae el polvo de recovecos y agujeros.
- Hecho esto, llena un recipiente amplio con medio litro de agua templada -o más, dependiendo de lo que se vaya a limpiar-, añade 4 cucharadas de bicarbonato de sodio y media taza de vinagre blanco. Revuelve esta mezcla para que se integren bien.
- Empapa una esponja en la mezcla y frota hasta que la suciedad desaparezca y se vea más limpio.
- Aclara con agua tibia y deja secar sobre una toalla.
Nota: evita los cambios abruptos de temperatura, pues podría estropear la porcelana, por eso no se recomienda lavar con agua caliente.
Lo beneficioso de este método natural es que se puede emplear para limpiar azulejos del baño o la cocina, menaje, bandejas, utensilios y demás, ya que el poder quitagrasa del bicarbonato junto a la acidez del vinagre ayudarán a sacar marcas de mugre e incluso manchas de sarro. Sin embargo, si quieres usar el fregadero para su limpieza, coloca una alfombra de goma en la parte inferior para disminuir el impacto en caso de caídas o golpes accidentales.
Limpia así la porcelana si está muy manchada
Con pasar el tiempo, la porcelana puede mancharse a causa del uso regular, a los depósitos de minerales o a que se han generado rugosidades en su superficie que retienen la suciedad. Si este es el caso, nos complace informarte que existen vías para hacer recobre su brillo normal, fíjate cuáles son:
- Peróxido de hidrógeno (agua oxigenada): rocía sobre la mancha, deja actuar por 20 minutos, restriega con una esponja y enjuaga con agua tibia.
- Pasta de bicarbonato: Cubre la pieza de porcelana en bicarbonato humedecido en agua y frota suavemente por un minuto.
- Sal y vinagre: haz una solución a partes iguales de estos dos componentes, impregna la mancha y deja que repose por 1 hora.
Si la mancha está demasiado incrustada, deja actuar cualquiera de los productos por más tiempo, ayúdate con un cepillo con dientes de cerdas suave, y repite el proceso en caso de que no haya desaparecido por completo. No olvides que no son aconsejables limpiadores muy abrasivos, estropajos de alambre ni agua demasiado caliente. ¡Mucha suerte!