La mayoría de los famosos a nivel mundial disfrutan de casas de verano en los Estados Unidos, donde la arena y la playa son dos protagonistas esenciales, con un gusto exquisito por la costa este y las magníficas bondades que este paradisiaco lugar ofrece. Pero siempre existe la excepción a la regla y es que Richard Nixon, el presidente número 37 de Norteamérica y nacido en California, ha sido uno de los pocos que ha mantenido una Casa Blanca vacacional occidental.
Una ilustre mansión en la costa oeste de California, perfectamente ubicada frente al mar, con el apelativo de “La Casa Pacífica” en genial alusión al océano que la limita y que funcionó como guarida y lugar de descanso del expresidente. En ella, el propio Richard Nixon recibió a 17 jefes de estado mientras estuvo en el máximo cargo de los Estados Unidos, por lo que es una propiedad con un gran valor histórico, aparte de lograr alcanzar un valor de 65 millones de $.
La mansión de verano de California del expresidente Richard Nixon
De inmediato el estilo español se apodera de gran parte de la construcción, que con sus nueve dormitorios y una decena de baños hacen posible que los 1.394 metros cuadrados de espacio mantengan una sobrada existencia en pro de ofrecer amplitud y confort en todos los rincones de la vivienda. La mansión además dispone de terrenos de 22.055 metros cuadrados y un pleno acceso a la playa en una banda de 137 metros de mar.
El complejo evidentemente está amurallado como medida de protección a las grandes personalidades que lo visitaban, así como perfectamente dotado de los lujos presidenciales que incluyen un pabellón de entretenimiento de 279 metros cuadrados con una admirable piscina frente al mar, conociendo la gran adicción del expresidente Nixon por este tipo de actividad, además de un putting Green y de una cancha de tenis de tamaño profesional.
La casa está ubicada en San Clemente, California frente al océano
La mansión fue construida en el año 1927 y aunque ha sido actualizada en su interior, aún mantiene un exterior completamente inclinado a la arquitectura de estilo colonial español. Donde los jardines se encargan de rodear a la propiedad y el mar de rociarla con la dosis perfecta de humedad y brisa fresca. El patio dispone de espacio a montones, así como de senderos infinitos para disfrutar de las insuperables vistas al océano y de las increíbles puestas de sol.
Aunque la mansión pueda parecer que tiene un precio fuera de lugar, es importante mencionar que su valor histórico, además de la calidad de la construcción y de la ubicación, logran una compleja mezcla que en efecto dispara la cotización de la propiedad. Además de la historia y de los personajes que la misma albergo y de las posibles decisiones tomadas dentro de sus muros y de las cuales la casa aún mantiene un perfecto silencio.
El mismo Nixon compró esta propiedad en expansión en el año 1969 en uno de los múltiples acantilados que pululan en la costa de California y específicamente en el extremo y aislado lado sur de San Clemente y que consta de un complejo residencial de gran tamaño, con una casa principal que logra llegar a los 836 metros cuadrados de espacio habitable.
Gran valor histórico y una mansión única en la Costa Oeste de California
En su interior es posible conseguir todo tipo de espacios dispuestos para satisfacer las necesidades presidenciales y los gustos más exigentes, con terrazas magníficas, casa de huéspedes, glorieta en el propio acantilada, jardines sembrados de plantas ornamentales y vegetales con un invernadero y residencias para el personal de seguridad. Todo está perfectamente planeado, hasta el agua de consumo para la mansión, la cual proviene de un pozo privado.
Después de su polémica renuncia al cargo de presidente de los Estados Unidos, Nixon retorno a los espacios de la mansión junto al mar para escribir sus memorias. Tiempo después vendió la casa y se mudó a Nueva York en 1980, quedándose con la propiedad y 26 acres de tierras el ejecutivo farmacéutico Gavin S. Herbert, dueño de la empresa que logró ganancias millonarias con la creación de los implantes mamarios y el desarrollo y comercialización del Botox.
Hoy día la propiedad aún mantiene un alto valor histórico, pese a que gran parte de la misma ha sido dividida en lotes de tierras con fines residenciales, pero que gracias a que Herbert en la década pasada firmó un acuerdo de preservación de la mansión por una década con la ciudad de San Clemente a cambio de ciertas exenciones de carácter fiscal, lo que ha permitido conservarla y lograr hacer crecer su historia y por supuesto su valor.