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Marie Kondo se alia con el desorden y lo defiende solo si es bajo este motivo

Marie Kondo afirma que la funcionalidad del desorden muchas veces es beneficiosa

Un poco de desorden no es problema y puede ser beneficioso

Las enseñanzas de Marie Kondo y su famoso método KonMari ya tienen un tiempo entre nosotros y su ayuda es indudable en los hogares para que estos puedan ser un reflejo que genere bienestar emocional y espacios donde la alegría y el orden sean los dominantes. Ya sea que utilices las enseñanzas de sus libros o que sigas sus redes sociales, el orden siempre estará presente y ligado de forma magistral con el nombre de esta escritora y empresaria japonesa.

Los defensores, al igual que los detractores de sus enseñanzas y de su doctrina no se hacen esperar y se mantienen en una constante lucha para ver quien logra salir vencedor. Lo cierto es que nadie puede negar que ha sido un movimiento que sin dudas ha logrado llevar orden a los hogares y espacios laborables del mundo, pero también hay que afirmar que si eres desordenado no permitas que Marie Kondo te moleste, porque sencillamente no pasa nada.

El desorden funcional desde la perspectiva de Marie Kondo

Marie Kondo ha hecho que las personas comiencen a plantearse si el estilo de vida que mantienen es el adecuado o si simplemente eran demasiado desordenadas. Preguntas que tienen mucho que ver con la personalidad de cada quien y donde los ajustes deben ser precisos con relación a los consejos ofrecidos por la reina del orden. Es decir, ¿Qué tan desordenados podemos ser? O ¿habrá problemas si el estilo de vida no es el recomendado por Marie Kondo?.

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La perfección puede ser contraproducente

La respuesta correcta dependerá exclusivamente de cada caso particular y deberá estar ajustada a lo que genere un funcionamiento que pueda catalogarse como de exitoso para las vidas de los involucrados. Esto quiere decir que muchas veces el desorden personal nos permite ser funcionales y no interfiere de pleno en el desarrollo y desenvolvimiento de nuestras vidas diarias.

Marie Kondo enfrenta al orden con el desorden

Los libros, series televisivas y las redes sociales de Marie Kondo están repletos de situaciones donde las personas dicen y aseguran que el desorden está interfiriendo en sus vidas de un modo negativo. Con problemas tan variopintos como interferencias en la vida de pareja, en lo laboral, en lo emocional, en la perdida de espacios y en la necesaria concentración para ser más productivos y al final, en la vida normal y en su correcto funcionamiento.

El desorden es relativo y funcional

Para reconocer si el desorden es un claro problema o no lo es, existe una clave y no es más que medir la funcionalidad personal en el ambiente, que según Marie Kondo está desordenado. De allí que muchas veces se escuche la afirmación “este es mi desorden” y gracias a conocerlo puedo saber donde está cada cosa y desenvolverme como pez en el agua en él.

Saber determinar cuando el desorden supone un problema

Está demostrado que los extremos son peligrosos y dañinos y esta afirmación aplica tanto para el desorden como para el estricto orden de las cosas, de allí que la flexibilidad, la cordura y el sentido común sean los maestros de mayor eficacia al conseguir ponderar cualquier situación que se presente. Por lo que se pueden esconder patologías, como las compras compulsivas o el hecho de ordenar y limpiar sin parar como una salida para llenar ciertos vacíos.

El desorden y la desorganización personal se convierten en problemas cuando comienzan a interferir en nuestra vida diaria, conduciendo a problemas como enfermedades, baja productividad laboral; o en lo relativo a nuestra vida privada, social, familiar y amorosa. Y es que en muchos casos el desorden es el responsable de que no aceptemos visitas en casa o en caso contrario, cuando el orden y la perfección no nos permiten aceptar las visitas para evitar que lo dañen.

El desorden es un problema cuando interfiere en la vida diaria

La ponderación es relativa y aunque Marie Kondo recomienda no tener más de 30 libros en casa, esta es una cifra que sin dudas carece de significancia para muchos, aunque para otros podría resultar ridículamente pequeña. Al igual que mantener armarios ordenados y los zapatos de otras temporadas perfectamente almacenados, no te harán mejor o peor persona.

Siempre y cuando la vida sea funcional son variables que afectarán poco o nada la existencia diaria, por lo que ser un poco desordenado no implica ningún tipo de riesgo y más bien te hace una persona que se encuentra dentro del rango de lo aceptable y de lo emocional y físicamente saludable y lo mejor de todo: sin entrar en conflictos directos con la reina del orden Marie Kondo.

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