Sin importar la raza o condición económica de las personas, la reina del orden Marie Kondo es capaz de ofrecer increíbles consejos de organización y limpieza que funcionan maravillosamente para todos. Desde casas pequeñas hasta mansiones y desde decoraciones minimalistas hasta clásicas, siempre tendrás al alcance de tu mano muchas de las estrategias que la escritora japonesa denomina globales y que son capaces de funcionar para atraer el orden hacia cualquier lugar.
La mayoría de las personas acumulan objetos y son compradores compulsivos guiados por el marketing y las estrategias de ventas de las grandes empresas, por lo que al ser un problema que afecta a muchos, necesita de una solución que al mismo tiempo sea efectiva para una gran franja de personas. Así que prepárate y toma nota porque estos son los más eficientes consejos de Marie Kondo que funcionan para todos y sin excepción, para que el orden se apropie de las casas.
Los consejos de Marie Kondo que funcionan para todos los hogares
La reducción en la generación de los desperdicios y en las compras evidentemente es un punto de partida para comenzar a deshacerte del desorden acumulado, las guías y los libros de Marie Kondo son esenciales para lograrlo. En muchas oportunidades es un trabajo largo y tedioso, por lo que unos consejos generales, que funcionen en todos los lugares representan la solución de mayor efectividad para lograr orden, limpieza, alegría y bienestar.
No te aferres enfermizamente a mis libros
Aunque se hayan vendido millones de copias desde su lanzamiento en el año 2014 y además hayan contado con el apoyo de programas de televisión, es importante mantener la convicción que es un instrumento indicativo que busca el orden mediante la implementación de un método denominado KonMari, pero como todo en esta vida posiblemente debas adaptarlo a las circunstancias personales de tu caso en particular.
Mantén todas estas enseñanzas como una perfecta guía, pero con la necesaria flexibilidad para que puedas adaptarlo a tus expectativas, a tus espacios e indudablemente a tu experiencia y velocidad de adaptación y aceptación del método. Porque al final de cuentas no es más que el comienzo de un cambio que generara que el orden haga acto de presencia y que por medio de este los ambientes irradien alegría.
Organiza solo luego de catalogar y purgar
La doctrina de ordenar que tengamos en mente difiere en gran medida de la que Kondo quiere explicarnos, y es que ordenar no es guardar todo de una forma rápida y sin control. Recuerda que debes ordenar para ti, para generar energías positivas y no hacerlo para satisfacer las expectativas visuales de los huéspedes.
Esta cuestión de espacio se soluciona reciclando y disminuyendo la cantidad total de cosas que conservamos en nuestros espacios, sean residenciales o de trabajo. Esta decisión es difícil al comienzo, pero una vez que comiences a lograr deshacerte de las cosas y veas que el sentimiento es de gusto, podrás conseguir avanzar a pasos agigantados en la purga y luego en la organización de los objetos que queden.
Ordena por categorías y no por espacios
Aunque sin dudas las cosas de las habitaciones no deberían estar en los baños, es importante que además puedas disponer de la comodidad y la certeza de mantener un sistema de organización que se base en las categorías y no en los ambientes. El problema aquí es que Marie explica que solemos almacenar el mismo tipo de objeto en varios lugares del hogar y esto se soluciona al ordenar por tipo o categoría y no por ubicación.
Esta organización además te permitirá conocer de un modo veraz la precisa cantidad de artículos duplicados que tienes y que en efecto son los responsables directos de conseguir que el orden esté lejos de tus espacios.
Únicamente quédate con las cosas que te alegren
La alegría puede ser vista desde muchos ángulos, pero para facilitarte las cosas es importante que puedas mezclar alegría y utilidad. Este consejo podrá encaminarte hacia la conservación de cosas que realmente te sientas feliz de mantener a tu lado y que al mismo tiempo puedan darte una excelente ración de utilidad. Es decir, una especie de convenio con tus pertenencias, dejando a tu lado aquellas que generen sentimientos de bienestar y alegría y que al mismo tiempo te faciliten tu vida diaria.