Los japoneses tienen métodos ancestrales de amplia y comprobada efectividad para lograr sus propósitos de orden y de organización, y una muestra de ello es el método KonMari de Marie Kondo capaz de lograr orden, planificación y limpieza de los hogares y que posiblemente sea uno de los más famosos a nivel mundial. Pero no es el único que es efectivo y existen innumerables experiencias geniales para conseguir el orden de un modo sencillo y rápido.
Los orientales, al igual que Marie Kondo disfrutan de otros métodos de gran valor con relación a su efectividad, uno de ellos es el llamado “minuto de oro”, basado en la cultura empresarial japonesa desarrollada posteriormente a la II Guerra Mundial. Un método que es el responsable del milagro japonés y de la correcta recuperación del país nipón tras la debacle de la guerra y que permitió la reactivación de todo el aparato productivo de Japón.
Marie Kondo y su influencia japonesa en el orden
La competitividad japonesa siempre ha sido uno de los grandes determinantes al momento de conseguir cualquier tipo de objetivo buscado, logrando cambios significativos en la consecución de los objetivos y cambiando para mejorar. La eficacia de este método ha permitido ser aplicada en innumerables situaciones en las cuales se ha logrado una tasa de efectividad exclusiva, comparable a la del método KonMari de Marie Kondo.
Basándose en un mejoramiento progresivo que permite involucrar a todos y que supone un verdadero estilo de vida para los japoneses, siendo especialmente efectivo en mejorar la calidad de vida de las personas desde el punto de vista social y familiar. Y que es perfecto para ser implementado en los hogares, para que gracias al esfuerzo diario y cotidiano se produzcan resultados finales de gran envergadura.
Marie Kondo aplica la regla del minuto de oro al hogar
La facilidad de operación y la gran adaptabilidad del método del minuto de oro permiten que esta regla sea de alta eficiencia gracias a que para su ejecución es necesario que se repita diariamente por 60 segundos la misma tarea. Con ello se busca que la tarea pase a ser parte fundamental de la rutina de orden y limpieza personal del hogar y no como una manera de conseguir una obsesión relacionada con el orden de la casa.
Es decir, una correcta asimilación del proceso para su posterior práctica y perfeccionamiento para lograr la máxima eficacia al momento de su ejecución diaria. Con ello se busca una transferencia eficaz desde el ambiente laboral para el que fue creado este método y que logre las mismas tasas de éxito en los espacios domésticos, gracias a su perfecto ajuste a las diversas necesidades de acción de cada una de las rutinas requeridas para el hogar.
Estas rutinas van de maravillas para las acciones de limpieza y de orden de los hogares y con ello lograr ordenar y limpiar cualquier estancia, porque es posible adaptarlo al correcto fregado de los platos después de comer, al orden de la cama tras levantarse, a la limpieza de la cocina después de culminar la jornada de preparación de los alimentos o a la recogida y al obligado doblado de la ropa que debe llevarse a cabo diariamente.
Hábitos que se traducen en un impacto innegable en el orden, la planificación y la limpieza de la casa y que hacen gala de cinco precisas claves, a través de las cuales conseguir los objetivos planteados, que no son más de que establecer el orden y la organización como un estilo de vida dentro de los hogares y conseguir beneficios directos relacionados con los espacios ordenados y limpios.
Las claves del éxito de este método para ordenar el hogar
Dentro del universo del método del minuto de oro existen cinco claves fundamentales para garantizar el máximo de los éxitos durante el proceso de orden y de limpieza, y es que aquí es donde se establece el gran parecido con la doctrina del método KonMari para conseguir el gigantesco margen de éxito que ha logrado a nivel mundial. Primero, clasificar para quedarte solo con lo necesario y organizar en función de la frecuencia de uso de los objetos.
Esto generará grandes ahorros de tiempo y espacio para que la tarea de la limpieza sea lo más sencilla posible gracias a la simplicidad de mantener una rutina que sea ejemplar para producir resultados satisfactorios y constantes. Estandarizar el hecho de convertir esta rutina en un trabajo diario para similar mentalmente que la rutina es necesaria y que debe llevarse a cabo de un modo diario para generar bienestar emocional y físico.