Los hogares donde existen niños están asociados con el desorden gracias a su hiperactividad y a la increíble capacidad que tienen para desordenar cualquier espacio. La gran mayoría de las personas aseguran que los juguetes y en general los niños son incompatibles con el orden y la limpieza, una afirmación con la cual la afamada escritora Marie Kondo no está de acuerdo, porque según ella un hogar con niños no tiene por qué ser una pesadilla.
Los padres sueñan con un hogar maravilloso donde la llegada de los niños aporte ese toque de genialidad, amor y expectativa que todos necesitan, ¿Pero y el desorden de los niños?. Despreocúpate porque Marie Kondo puede crear los criterios para que los niños se conviertan en grandes aliados de la limpieza y del orden y puedan establecerse con la necesaria dosis de armonía entre los niños y los padres y por supuesto con la decoración del hogar.
La fórmula de Marie Kondo: niños y decoración
Para conseguir que los niños puedan integrarse completamente al entorno decorativo de los hogares sin que aparezca el temido desorden y la suciedad, es importante conocer al detalle el aspecto psicológico de los más pequeños de la casa. Y por consiguiente lograr un equilibrio donde predomine la armonía con las necesidades de exploración y de entretenimiento de los niños, siempre haciendo un perfecto uso de los objetos que mejoran el bienestar mental y emocional.
La adaptabilidad de los espacios es fundamental para ofrecer al niño las mejores herramientas para que pueda disfrutar de estar a sus anchas sin repercutir de un modo negativo en la decoración, el orden y la organización del hogar. Establecer habitaciones destinadas al juego es una sabia decisión que en efecto delimitará las acciones de los niños en su debido proceso de aprendizaje, logrando encapsular el posible caos a sitios determinados y delimitados.
Marie Kondo equilibra el juego, el orden y la decoración
Una fórmula que siempre resulta satisfactoria es la de incluir el juego y el orden dentro del concepto decorativo del hogar en cuestión, utilizando una gran cantidad de recursos disponibles, como estantes que permitan alojar los objetos sin que resulten peligrosos para los niños o muebles con protecciones o hechos con materiales que sean de elevada resistencia. Estas acciones permitirán que los niños disfruten de mucha seguridad y evitarán daños a los objetos.
Las fibras naturales y los materiales ecológicos van de la mano con el minimalismo y con los niños, evitando alergias y posibles problemas médicos, mientras ofrecen una sana posibilidad de que ellos puedan dar rienda suelta a su imaginación al conseguir una interacción sin restricciones con la decoración del hogar y por supuesto una decoración que efectivamente al ser natural mantiene una amplia tasa de adaptabilidad con el cuerpo de los niños.
Une los espacios internos y externos
Una tendencia en el mundo de la decoración que permite que los espacios puedan ser de mayor amplitud y que también funciona maravillosamente bien para que los pequeños puedan estar a sus anchas. Una decisión que puede catalogarse de vital al permitir que los pequeños mantengan un pleno contacto con la naturaleza exterior y con la seguridad que les ofrecen los espacios internos del hogar.
Espacios del hogar sin restricciones
Así como funciona a las mil maravillas las delimitaciones de espacios funcionales para los juegos, también es cierto que el caso contrario resulta igual de atractivo y de eficiente para el desarrollo de los pequeños y para conseguir que se adapten de un modo eficaz a colaborar con el orden. Los niños son plenos integrantes del hogar y como tal es posible idear una estrategia que les permite moverse a su gusto por cada uno de los espacios y ambientes del hogar.
Es importante desarrollar una estrategia donde el mobiliario este plenamente a favor de la seguridad y de prestar el necesario apoyo en ofrecerse como un juguete más para el niño y de esta manera obtener un aspecto decorativo que sea multifuncional. Esta fundición entre los espacios de los adultos y de los niños crea un ambiente de plena armonía, siempre bajo la supervisión de los mayores, generando confianza y manteniendo el orden y la limpieza.