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Formas para no desperdiciar tus productos de limpieza con estos maravillosos trucos

Ahorra dinero aprendiendo a utilizar tus productos de mantenimiento

Aunque parezca mentira, es importante prestar atención a la cantidad de producto que usas al momento de realizar la limpieza de la casa, ya que cada uno de ellos cumple una función a la medida. Por ejemplo, si se utiliza más de lo recomendado puede que queden manchas, si por el contrario echas menos, hay posibilidad de que la limpieza no de el resultado esperado. Además, es una manera de contribuir a la economía familiar, así que, deja de desperdiciar tus productos de limpieza con estos maravillosos trucos que tenemos para ti.

Entre limpiar la cocina, el baño, el piso y las ventanas de tu hogar se va cierta cantidad de líquidos que muchas veces desconoces. Esto sucede por realizar el cálculo al ojo por ciento, situación que te pone en desventaja y se nota al poco tiempo, cuando ves que te estás quedando sin los productos de limpieza. Basta de gastar más de la cuenta y aprende a usar los productos de limpieza en cada una de las situaciones hogareñas que se te presenten.

Trucos para ahorrar tu productos de limpieza

No, no es fácil llevar un control sobre la cantidad de productos de limpieza que usas en el hogar, especialmente si eres un obsesivo del orden y aseo. Si, si es importante conocer cuánto se debe utilizar, pues todo está a la medida. Para ello, las empresas hacen pruebas para saber cuál es la cantidad justa a emplear por sus productos. Desperdiciar mercancía hace daño a tu economía familiar, por eso queremos ayudarte a no incrementar tus gastos comprando artículos de aseo cuando puedes poner en práctica trucos que te ayudarán a mantenerte a raya.

Productos de limpieza

1. Usa la medida justa para lavar los platos

Sin importar la cantidad de jabón para fregar que utilices los platos no quedarán completamente limpios. Tampoco hay diferencia entre lavarlos en el lavavajillas o en el friega platos. En ese sentido, la mejor manera de no desperdiciar el producto es vertiendo la cantidad que indica en la etiqueta. Recuerda que hay varios puntos a considerar, comenzando con la cantidad de utensilios a asear y el tipo de suciedad a sacar.

Por ejemplo, si lavas a mano todo dependerá del tipo de limpiador; si es concentrado, llena el fregadero con agua y echa unas gotas del jabón, remueve hasta obtener espuma; si no es concentrado, solo debes echar el doble de gotas. Ahora, si se trata del lavavajillas, debes tener en cuenta la temperatura a la que se limpia y la dureza del agua. Si el agua es blanda y caliente no requieres de mucho jabón. Hay pastillas que se usan solo en caso de limpieza más profunda, una carga completa.

2. Amoniaco sin exageración 

Cuando usas el amoniaco para limpiar tu casa no es necesario exagerar en las cantidades. Es muy útil para quitar el sucio de varios objetos. En el caso de los cristales puedes hacer una mezcla con tres tazas de agua y una de amoniaco. Para las alfombras, toma una esponja y humedécela en dos litros de agua y una de amoniaco. En cuanto al baño, ayúdate con un pulverizador lleno de una parte de amoniaco y dos de agua. Los beneficios de este producto son muchos.

3. Lava la ropa sin desperdiciar productos

El momento de lavar la ropa es el tiempo en que más se utilizan los productos, pues no solo se trata del detergente, también del suavizante. Se trata de un ritual que se hace desde el momento en que se selecciona la ropa que va a la lavadora y de la cantidad de productos a utilizar. Dependiendo de los kilos de vestimenta o sábanas que quieras lavar, se emplea la cantidad de detergente y decides si empleas suavizante o no.

El primer paso es del detergente, si usas demasiado la ropa se manchará, ya que la cantidad de agua será insuficiente. Si la ropa no se lava bien se llenará de cal e incluso, se puede dañar, según el tipo de tela. Lo justo es dos medidas en aguas duras para lavadas de ropa muy sucia o cargas grandes. De lo contrario, una medida será suficiente, pero para saber que estás en lo correcto debes ver dos dedos de espuma sobre el nivel de agua.

El enjuague es fundamental para suavizar y dar un olor agradable a la ropa. Para ahorrar en este producto, debes verificar si se trata de uno concentrado o normal.  Con un suavizante concentrado, usa medio tapón para cargas de 5 a 5 kilos y un tapón para las de 6 a 7. Si lavas a mano, no te sobrepases del cuarto de tapón. Si viertes el suavizante en el compartimiento, procura no llenarlo a tope porque se liberará antes y alcanzará el detergente.

4. Aprovecha la eficacia de la lejía

Este último producto es verdaderamente increíble, la lejía se puede utilizar para limpiar todo en el hogar. Es económico, según la marca que compres. Pero más allá de lo económico, es necesario usar la cantidad adecuada porque su contenido químico es muy alto. Es un aliado para sacar la grasa del piso de la cocina, solo basta un tapón de lejía en el tobo de fregar.

Hay un tipo de lejía especial para ropa, vierte en el cajetín del detergente de la lavadora un tapón y ten cuidado con la ropa de color. Una taza de lejía por litro de agua, será suficiente para quitar el moho de los azulejos. Si quieres dejar el baño impecable, solo humedece la bayeta y añádele unas gotas de lejía. No es necesario exceder las cantidades de lejía.

¿Por qué ahorrar en los productos de limpieza?

La importancia radica en el cuidado de los utensilios. Muchos productos están compuestos de químicos que pueden dañarlos a largo del tiempo. Leerse las etiquetas será de gran ayuda ya que cada uno de ellos ha sido probado por los expertos. Además de eso, está el punto de ahorrar dinero por el buen uso de los productos. Mientras más uses, más rápido se acabarán y tendrás que comprar, sumando gastos a tu presupuesto.

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