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Las hojas de mi orquídea se están poniendo amarillas, ¿qué debo hacer?

Te ofrecemos las principales razones por las que las orquídeas se vuelven amarillas y como remediarlo.

Qué las hojas de orquídea que se vuelven amarillas no es algo poco frecuente, pero puede ser una señal de que tu planta necesita un poco de ayuda. Si bien es natural y normal que las hojas más viejas se pongan amarillas y se caigan en algún momento, es importante estar atento a las hojas más jóvenes y nuevas que se vuelven amarillas como señal de advertencia de problemas en tu siembra.

Algunas causas del amarillamiento de las hojas pueden amenazar la vida de la planta, pero todas son reversibles si se detectan a tiempo. Aquí compartiremos algunas de las razones más comunes por las que las hojas de las orquídeas que decidiste plantar se vuelven amarillas y consejos sobre cómo remediar cada una.

Cuando las hojas de orquídeas que se vuelven amarillas

La causa más común de que las hojas de las orquídeas se vuelvan amarillas es el riego excesivo, seguido de una exposición excesiva a la luz. Ajustar la rutina de riego, la exposición a la luz y la temperatura alrededor de la planta puede tratar las hojas amarillentas. Mantener buenas condiciones desde el principio ayuda a prevenir el amarilleo además de la inevitable pérdida de hojas con la edad.

evitar que las hojas de las orquideas se vuelvan amarillas

Temperatura alta o baja

Las orquídeas son aún más sensibles a la temperatura del aire ambiental que la mayoría de las plantas y flores tropicales de interior. Incluso unas pocas horas de temperaturas demasiado altas o demasiado bajas pueden provocar que las hojas se vuelvan amarillas. A menos que estés cultivando orquídeas al aire libre o con resistencia conocida, las orquídeas de interior siempre deben mantenerse por encima de los 15 grados C.

Las caídas cortas por debajo de este nivel son más que suficientes para causar amarillamiento y otros signos de estrés. Evita temperaturas superiores a 25 grados C para las especies de orquídeas más comunes, especialmente en áreas cerradas donde la humedad podría subir o bajar.

Niveles de humedad

A las orquídeas les gusta un poco de humedad, pero también son propensas a desarrollar bacterias y moho en sus hojas cuando hay demasiada humedad en el aire. Combina la alta humedad con las altas temperaturas y verás que tu orquídea se pone amarilla y pierde hojas rápidamente.

Riego excesivo

Como epífitas, la mayoría de las especies de orquídeas anidan en los troncos y raíces de los árboles para mantener sus raíces relativamente secas. Agregar demasiada agua a la maceta de su orquídea puede sofocar las raíces y causar un amarillamiento inmediato de las hojas en unas pocas horas o días (y también puede provocar plagas, insectos y enfermedades comunes en las plantas de orquídeas).

Puedes notar que el crecimiento de las hojas es lento y se detiene primero, o el color amarillo puede ser el primer signo de problemas. Guarda las orquídeas regadas en exceso, quitando el medio de cultivo y recortando las raíces negras y blandas. El uso de una maceta de drenaje rápido con un medio de tierra suelto hecho para orquídeas y cactus es esencial para prevenir esta causa común de amarillamiento.

Riego insuficiente

Las hojas de las orquídeas se vuelven amarillas por falta de riego. Si tienes demasiado miedo de regar su orquídea cuando lo necesita, notará que las hojas se vuelven suaves y amarillentas. Se arrugarán, se secarán y todo el tallo se marchitará o ablandará. Las orquídeas no se recuperarán inmediatamente del riego, así que no te rindas si la planta pierde la mayoría o todas sus hojas antes de recuperarse.

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