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¿Quieres un jardín comestible en casa? Sigue estos pasos

Tener un huerto en casa, aunque sea un piso pequeño, es muy sencillo, además de permitirte tener tus propias verduras, frutas y hortalizas

Consejos para tener un jardín comestible en casa

Tener un huerto en casa es el sueño de muchos. Un sueño cada vez más alcanzable, pues no es necesario tener una parcela muy amplia para disfrutar de tus propios productos de la huerta. Tanto es así que incluso si tienes un piso pequeño y sin terraza en el que sólo entra en sol por la ventana de una habitación, tendrás la posibilidad de contar con tus propias hierbas aromáticas, hortalizas, pequeños frutales o especias. Y es que contar en casa con un jardín comestible son todo beneficios.

Su cultivo es un hobbie muy gratificante que, además, te permitirá estar en contacto con la naturaleza. Y no de cualquier forma, sino cultivando tus propios alimentos. Asimismo, se trata de una actividad que genera un efecto muy beneficioso en el medio, pues capta CO2, limpia el aire y aumenta la biodiversidad, además de generar oxigeno. Si estas ya convencido de contar con tu propio huerto, toma nota de como ponerlo en marcha.

Tener un jardín comestible en casa es sencillo y saludable

Nunca está de más añadir nuevas aficiones a tu vida, especialmente si con el paso de los años has tenido que decir adiós a algunas. Y si encima te dan de comer, te permiten ahorrar en tu cesta de la compra y contribuyen a cuidar el planeta, mejor que mejor. Si estás decidido o decidida a contar en casa con tu propio jardín comestible, lo primero que debes hacer es elegir el lugar idóneo. Y este ha de ser uno que reciba unas 6 horas de luz directa al día.

Una mujer plantando en su jardín
Una mujer plantando en su jardín

Si bien es cierto que algunas especies pueden crecer bien con algo menos de sol, como lechugas, espinacas, fresas, menta o perejil, lo ideal es que al menos una cuarta parte del día estén al sol, a ser posible en orientación sur o suroeste. No es necesario que este huerto esté en el suelo, pues las jardineras y las macetas, incluidas las colgantes, son perfectas para albergar las diversas plantas de tu jardín comestible particular.

La ubicación y el riego es fundamental para que tus plantaciones sobrevivan

El segundo paso es elegir cuando plantar, una cuestión que depende especialmente del clima de cada región. Según los expertos, lo principal es basarse en la fecha de la última helada, un dato que, si desconoces, puedes consultar en internet. Un principio que se aplica también para arrancar y replantar. Aunque se puede cultivar durante los 12 meses del año, la plantación para la siguiente temporada dependerá también de la fecha de la primera helada, que será el momento de recolectar todo.

Un hombre con varias jardineras en su terraza

Teniendo estos dos aspectos claros, llega el momento de elegir las plantas para nuestro huerto, y para ello debemos tener en cuenta el espacio del que disponemos y el tiempo que durará su cultivo, así como su aclimatación a las condiciones ambientales y el riego necesario. una cuestión imprescindible para la supervivencia de la plantación. Y es que es fundamental suministrar la cantidad correcta, ni más ni menos, ya que tanto el exceso como la falta pueden perjudicar seriamente a la planta.

Existen diferentes sistemas de riego, como el riego por goteo o las mangueras de exudación. Además de estos sistemas, son necesarios elementos como grifos, reducciones, conexiones, codos, abrazaderas, tapones o los programadores de riego, muy útiles para tener un mejor control del riego. Estas opciones de riego son aptas tanto para suelos como para macetas o jardineras, aunque también se puede optar por las clásicas mangueras o regaderas.

Una mujer cuidando sus plantas

En cuanto a la periodicidad, no existe una regla general, ya que depende de la especie que cultivemos, de la época del año y del clima donde nos encontremos. Por ello, es muy importante conocer muy bien las características de cada una de las plantas con las que vas a contar, pues cada una tiene sus propias necesidades. En este punto, es importante saber que deberás echar mano de abonos y fertilizantes.

Si cultivas en una maceta, tu huerto particular va a requerir un mayor aporte de nutrientes que si realizas el cultivo directamente en el suelo. Por ello, si quieres ayudar a tus plantas a crecer sanas y fuertes, recurre durante su crecimiento y fructificación a un buen abono, a ser posible ecológico. Un último cuidado que no debes pasar por alto es revisar con frecuencia las plantas para detectar la presencia de insectos u hongos, y tratarlas contra estos lo antes posible.

Un mujer con algunas plantas en su casa

Llega el momento de elegir lo que se quiere plantar

Y ahora sí, a la hora de elegir lo que quieras plantar, has de saber que las opciones son numerosas. Lo más recomendable es que hagas tu elección en función del tiempo del que dispones, de las condiciones en las que estará tu huerto y del espacio del que dispones. No es lo mismo cultivar acelgas que tomates, por ello debes informarte bien de los cuidados que requieren.

Teniendo esto claro, hay que decir que en un jardín comestible caben desde  frutas a flores, plantas aromáticas, hierbas medicinales, arbustos o arbustos. etc. Es decir, puedes plantar desde espinacas, rúcula o zanahoria a caléndula, perejil, menta, calabaza o alcachofas. Plantas muy variadas con diferentes usos cuyas semillas, en la mayoría de los casos, no germinan directamente en el huerto, y lo adecuado sería germinarlas previamente en un semillero o maceta.

Cultivo de semillas

Puestos a destacar algunos tipos, las verduras de hoja verde son muy recurridas, pues te permitirán preparar deliciosas ensaladas; los pimientos y los tubérculos, que tienen tallos subterráneos, son muy versátiles y apenas precisan muchos cuidados; las plantas aromáticas aportan un toque muy especial a las recetas; mientras que la mata del tomate es una planta trepadora muy fácil de mantener siempre que la coloques en un punto donde reciba muchas horas de sol.

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