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Pautas para reducir al mínimo el consumo de gas de tu vivienda durante la primavera

El agua caliente es un elemento que necesitamos utilizar durante todo el año y puede tener una incidencia directa en nuestra factura

Con la llegada de la primavera, muchas personas han decidido relajarse en lo que se refiere al gasto de gas de su vivienda y es que, el hecho de no tener que encender la calefacción, hace que no consideremos que existen otras formas de gastar este combustible en nuestra casa.

Hablamos en concreto, del agua caliente, un recurso que necesitamos emplear durante todo el año. Si bien es cierto que podemos aprender a manejar su consumo para que sea menor y esto es precisamente lo que vamos a ver a lo largo de este post.

El agua caliente, la culpable del consumo de gas en primavera

El agua caliente es un recurso necesario en nuestro día a día, tanto cuando vamos a darnos una ducha, como para lavar los platos o incluso poner una lavadora.

gastar menos agua caliente

Y todo esto afecta al consumo de gas de nuestra casa, provocando que este se incremente si no tenemos cuidado y aplicamos ciertas pautas de ahorro, las cuales no permitirán seguir disfrutando del agua caliente, pero de una manera más controlada.

Las 6 formas de gastar menos agua caliente en tu casa

Ahora que ya conocemos de qué forma puede incrementarse el gasto de gas de tu vivienda, es importante conocer las medidas que podemos tomar al respecto. Así conseguiremos controlar en mayor medida nuestro consumo, con lo que esto va a suponer para nuestra factura de suministros.

Instala cabezales de ducha de bajo flujo

En primer lugar, una de las cosas que puedes hacer es optar por colocar en tu casa cabezales de ducha de bajo flujo o de alta eficiencia, que son aquellos que te ayudan a limitar la cantidad de agua que sale del grifo sin afectar la calidad de la ducha.

Estos cabezales de ducha a menudo utilizan tecnología de aireación o limitadores de flujo para mezclar el agua con aire, lo que ayuda a reducir el consumo de agua y energía.

Intenta reducir el tiempo de ducha

Otro consejo fundamental es tratar de reducir la duración de las duchas, algo que no solamente nos sirve para gastar menos gas, sino también para ahorrar agua de manera general.

Lo mejor es intentar tratar de tardar lo mínimo en estas tareas de aseo y, si tienes la opción, también puedes cerrar el grifo del agua mientras te estás enjabonando y encenderlo solamente para aclararte. Así conseguirás incrementar en gran medida el ahorro de tu vivienda.

Ten cuidado con las fugas de agua caliente

En ocasiones, las alcachofas de la ducha sufren ciertas averías que pueden aumentar el consumo de agua caliente y energía de manera significativa.

Por eso es esencial que revisemos estos elementos de forma habitual y, en caso de que detectemos algo raro, reparemos la fuga de agua caliente de manera oportuna para evitar el desperdicio innecesario de agua y energía.

Emplea el agua caliente solo cuando sea necesario

En ocasiones utilizamos el agua caliente en situaciones en las cuales no es estrictamente necesario y además dejamos el agua correr. Puede ser mientras nos cepillamos los dientes, nos afeitamos, lavamos los platos, etc.

Debemos tratar de reducir este tipo de comportamientos en la medida de lo posible porque suponen un incremento del gasto de gas innecesario.

Establece una temperatura adecuada

Otro aspecto importante es que empleemos una temperatura del agua que sea adecuada y suficiente para la elaboración de las distintas tareas, lo que supone alrededor de unos 20 grados centígrados.

Piensa que, cada vez que elevas la temperatura en tu termostato, estás provocando un incremento de precio del alrededor del 7%. Así que, lo mejor que puedes hacer, es mantener la temperatura al mínimo.

Aísla las tuberías de agua caliente

Finalmente, también debemos tener en cuenta el aislamiento de nuestras tuberías, porque puede influir de manera directa en el consumo.

De esta forma, si conseguimos aislar las tuberías de agua caliente de manera correcta, podremos reducir la pérdida de calor y mantener el agua caliente por más tiempo, lo que reduce la necesidad de calentar el agua con frecuencia.

En resumidas cuentas, conseguir un mayor ahorro de gas conlleva hacer un uso moderado del agua caliente en aquellas épocas en las cuales no sea tan necesario, como puede ser la primavera o el verano. Además de poder incorporar ciertos elementos que nos ayuden en nuestra tarea.

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