¡El invierno nos pisa los talones! La estación más fría y seca del año se acerca y, con ella, las vísperas navideñas y el fin de año. Amada por muchos, odiada por otros, esta temporada trae consigo la despedida del calor y la bienvenida a las constantes lluvias y el descenso de las temperaturas que hacen de la limpieza y la colada un verdadero meollo, en especial en zonas donde hay mucha humedad.
Sí, la verdad es que lavar la ropa es aburrido incluso en pleno verano, pero en estas fechas el estrés se duplica al no poder tender las prendas en el exterior. Si quieres aprender como secar la ropa en invierno y que no huela a humedad ¡Quédate leyendo! Te contamos los métodos más eficaces de dejar los tejidos frescos y libres de malos olores ¡Aún sin secadora!
Cómo secar ropa en lugares cerrados durante el invierno
Una incómoda situación es tener pensado un vestuario para el día, tener la seguridad de que las prendas están limpias y tendidas, y al tocarlas, sigan mojadas aún horas después de haberlas lavado. Esto sucede con frecuencia en las épocas con más precipitaciones, donde resulta imposible secarlas al aire libre y toca acudir a trucos para secar ropa rápido dentro de casa ¡Toma nota a nuestros favoritos!
Un buen escurrido es vital
La clave para agilizar el secado de la ropa en invierno sin secadora es exprimir lo máximo posible los tejidos. Para esta tarea, selecciona un ciclo de centrifugado largo (o repetirlo) para las telas que lo permitan para que expulsen toda el agua antes de colgarlas y que no aparezca olor a humedad. En ropa que no puedas centrifugar o exprimir con fuerza por la delicadeza de los tejidos, lo adecuado es colgarlas en perchas y colocar un cubo debajo para que suelten el agua sin llenar todo el suelo.
Ciclos cortos para lavar ropa en invierno
Otro método de que la tela no salga tan mojada de la lavadora es lavarla con ciclos cortos cuando sea posible, ya que el centrifugado será mucho más rápido que el normal, se escurre más agua y no tendrás que esperar largas horas a que la ropa se seque y se previene el hedor.
Elimina el exceso de agua con una toalla
Una vez hayas escurrido o exprimido la ropa en cuestión, extiende una toalla seca y abre la prenda sobre ella, enrollarla con firmeza y un aplicar un poco de presión para que suelte el agua y se absorba con mayor facilidad.
El secador de pelo: un aliado infalible
Otra excelente alternativa de secar o quitar pequeñas partes de humedad en la ropa es aplicar aire caliente intermedio con el secador de cabello y acelerar el proceso para vestir esa camisa que tanto te gusta. Ten en cuenta que, aunque es una técnica antigua muy empleada, no se recomienda usar la temperatura más elevada para no dañar la estructura del tejido.
Nota: Si las cuelgas en perchas mientras las secas con el secador, evitas tener que plancharla. ¡Es un 2×1!
Tendedero plegable en áreas ventiladas
Sea invierno o verano, uno de estos productos es esencial en el hogar, y si no tienes uno, ¡corre a comprarlo! Sin importar si es horizontal o vertical (ocupan menos espacio) es muy útil en los casos donde debes tender las prendas dentro de casa y no quieres hacerlo sobre sillas.
Otra opción muy acertada es adquirir un tendedero eléctrico, que básicamente es lo mismo que uno convencional, con la ventaja de que las barras de aluminio se encienden y se calientan para que se sequen antes.
Si eres impaciente o no puedes esperar mucho tiempo, te recomendamos comprar un secador eléctrico portátil, que no es más que un mini armario, donde introduces tu ropa colgada en perchas por unos minutos y sale totalmente seca ¡Y sin arrugas!
Deshumidificador: un favor para ti y para tu ropa
Cuando el ambiente es demasiado húmedo, una buena forma de contrarrestarlo y que las prendas se sequen más rápido es instalar cerca de la ropa tendida uno de estos aparatos, cuya función es minimizar el porcentaje de humedad presente en el aire y la mantiene controlada constantemente.
Advertencia: Respirar aire húmedo en días frío es perjudicial para los pulmones.
Truco inesperado: el congelador
Puede parecer curioso, pero meter las prendas dobladas en una bolsa plástica y guardarlas en el congelador durante 3 o 4 horas es una buena manera de secarlas y evitar que aparezcan tufos. Una vez las saques, debes plancharlas para que queden lisas. ¡Y listo!
Recuerda que debes colgar las piezas dejando espacio entre ellas, es decir, no amontonarla para que no se reproduzcan bacterias en ella. Además, no la dejes áreas donde haya fumadores o cerca de la cocina que estos olores no se impregnen en los tejidos, tampoco en zonas muy húmedas como el baño. Al contrario, sitúalas en perchas en espacios ventilados y preferiblemente cerca de la estufa o radiador. ¡Ahora sí, a disfrutar del invierno!