Todos sabemos cómo se hace la limpieza del suelo, me refiero a la tradicional: recoger el polvo con un cepillo o aspiradora, pasar la fregona con un buen limpiador y luego enjuagarlo para pasarlo nuevamente. Ahora bien, ¿Es esta la forma más inteligente de limpiar? Quizá no, probablemente lo hayamos hecho mal todo este tiempo y hay formas de hacerlo más fácil (y eficiente).
En efecto, si hay alternativas al típico procedimiento para trapear y una en particular es mi favorita. Por eso, hoy quiero hablarte de un interesante método para limpiar mejor el suelo, dejarlo impecable, ahorrar agua y aprovechar de manera más eficiente el fregasuelos o desinfectante ¿Preparado/a para conocerlo? ¡Te encantará tanto como a mí!
Limpia el suelo con la técnica doble cubo
No quiero decir que estés haciéndolo muy mal, ni que sea un error garrafal fregar el suelo como tradicionalmente nos enseñaron, a lo que me refiero es que hay formas mucho más efectivas, que no son nada difíciles y la diferencia es abismal. Para ponerlo en práctica, necesitas dos cubos (o un cubo doble), el limpiador que se adapte a las condiciones y al material de tu suelo, agua tibia y seguir estos pasos:
- El primer paso es llenar uno de los cubos con agua y el producto que hayas elegido para fregar el suelo, mientras que el otro seguirá aún vacío, pues su función será la de recoger el agua sucia.
- Hecho esto, sumerge bien la fregona en el cubo lleno de agua con el limpiador y sin escurrir (si tienes parquet u otros suelos de madera, si debes escurrir el exceso de agua).
- Luego, friega toda la superficie hasta que quede totalmente empapada y sin manchas de suciedad.
- Lo que sigue es escurrir la fregona en el cubo vacío, es decir, el destinado al agua sucia. Si tiene prensa escurridora ¡Mucho mejor, así no te ensuciarás las manos!
- Enjuaga la fregona en el agua limpia, escúrrela, recoge la humedad resultante y deja secar por completo (no tardará más de 3 minutos).
- Finalmente, repite el proceso de enjuagar y escurrir y así dejarla lista para la limpieza de la próxima estancia.
De esta forma, tendrás la fregona o mopa aún limpia y disponible para fregar el suelo en otras habitaciones, pues nunca la contaminaste sumergiéndola en el cubo lleno de agua sucia (el error frecuente del fregado tradicional). Además, el cubo que tiene la solución de limpieza seguirá siendo útil para seguir limpiando otras zonas o simplemente para asear el váter.
No olvides que, aunque el agua caliente es ideal para aflojar la mugre difícil y acabar con bacterias y virus, no es adecuado mezclarla con lejía o cloro, pues automáticamente pierde el poder desinfectante y se evapora el componente, desprendiendo gases peligrosos para el ser humano.